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FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

A Milán por la puerta grande

El Valencia elimina al Leeds con un gran partido de Sánchez y se planta en su segunda final consecutiva

Cierto que el Valencia las pasó canutas en el primer tiempo y que se puso a disfrutar tras la reanudación, cuando impuso la técnica de sus bajitos: Sánchez, Aimar y Mendieta, por este orden. El hombre del partido fue sin duda Sánchez, a quien siempre se le achacó no dar la talla en las grandes citas. Hasta ayer. Coronó su extraordinaria temporada con tres acciones decisivas: el gol del pícaro con la mano que abrió el marcador; el gol de la clase con la zurda que lo aumentó; y el inteligente pase del tercer tanto a Mendieta para que rematara al Leeds. Su noche más gloriosa, sin duda. Acompañada por la vista de Cúper para darle el timón a Aimar, que gobernó el encuentro a su antojo. Porque de lo demás no había dudas, de que Pellegrino y Ayala cerrarían el candado que conducía a los ingleses hacia Cañizares.

Con todo, el Leeds resultó un equipo rocoso en el primer tiempo, un conjunto que sabía perfectamente a qué jugaba. A juntar mucho las líneas, a pelear por cada centímetro de campo y a buscar por las bandas los centros que sus dos magníficos delanteros (Viduka y Smith) trataban de rematar. En un ambiente espectacular (nunca Mestalla se había llenado tanto), Cúper pintó al equipo más bonito de la temporada: con Mendieta por la derecha (que es donde más rinde por mucho que se empeñen), Aimar de media punta y el Kily González por la izquierda. Entre los tres trazaron un fútbol de mucho calibre. Siempre grande en las grandes citas, Mendieta se permitió ciertos lujos en las combinaciones con Aimar, que trabajó como un cosaco.

El plus de picardía que transportan los genes de los futbolistas latinos permitió adelantarse al Valencia en el marcador. La jugada fue espléndida, pero el remate ilegal. El cambio de juego picado del Kily González, el centro de rosca de Mendieta desde la derecha y... ¿el cabezazo en plancha? de Sánchez. No. Marcó con la mano, como se pudo ver por televisión. Se repetía la historia. De nuevo un conjunto inglés afectado por una acción ilegal en su contra. ¿Se acuerdan de Maradona y la mano de Dios a Inglaterra en el Mundial de 1986?; ¿o el gol de Raúl precisamente al Leeds en la segunda ronda? Raúl fue sancionado posteriormente por la UEFA por esas manos y, según el mismo criterio, otro tanto le sucederá al delantero valenciano Sánchez, que no jugará la final.

El Leeds trató de explotar el talento por el callejón del 10 de Kewell, que presumía las flaquezas defensivas de Angloma. Y suerte para los locales que el Leeds no hurgó por el otro lado, donde al brasileño Fabio Aurelio, que sustituía a Carboni, le entró la flojera ante el acontecimiento. Otra vez, como en la ida, la pareja de centrales valencianistas (Ayala y Pellegrino) mantuvo la ventaja valencianista. Ésta estuvo menazada por Viduka, que pidió la pelota sin parar, se dejó caer al centro del campo, y resultó muy habilidoso cuando pudo girarse y encarar.

La segunda parte comenzó con la elimininatoria pendiente de un tenue hilo. Hasta que Sánchez lo tensó y puso Mestalla patas.Se valió de un disparo suave, lejano y colocado. Con la zurda. Como un animal herido, el Leeds dio los últimos coletazos que salvó el Kily González desde la línea de gol tras una internada de Kewell. El Valencia, en todo caso, tenía el partido donde quería y sólo era cuestión de esperar el momento para zampárselo. Se encargó Mendieta, con otro disparo raso, sutil y colocado. También con la izquierda. A Mestalla sólo le quedaba regodearse y confiar en que todos sus héroes pudieran jugar en Milán su segunda final consecutiva, que nadie fuera baja ni por sanción ni por lesión. Para ello retiró Cúper al Kily y a Mendieta, que recibieron una ovación escalofriante, sobre todo el callado capitán, el líder silencioso.

<font size="2"><b>El Valencia gana al Leeds (3-0) y consigue el pase a la final de San Siro</b></font>. Foto: EFE
El Valencia gana al Leeds (3-0) y consigue el pase a la final de San Siro. Foto: EFE

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