El TAU gana otra vez en Atenas y domina la semifinal por 2-0
El gran encuentro realizado por el alero del Tau Vitoria Saulius Stombergas, que anotó 39 puntos -nueve triples en nueve intentos- abrió las puertas de la final de la Euroliga al equipo alavés, que pasó por encima del AEK Atenas para lograr el segundo triunfo antes de afrontar los compromisos en el pabellón Fernando Buesa donde el próximo sábado puede cerrar definitivamente la eliminatoria.
La reedición del primer encuentro de la serie determinada por el Juez Único de Competición, Jose Manuel Meirim, apartó las dudas acerca de la distancia que separa al cuadro heleno del español y destapó al alero lituano, ubicado al margen del protagonismo en los dos enfrentamientos previos de la semifinal en los que sumó seis
puntos y cuyo acierto anotador se aproximó a la perfección.
La respuesta del conjunto de Dusko Ivanovic resultó incontestable desde el arranque. El ritmo de juego se alejaba de las intenciones del AEK y la defensa del cuadro alavés dificultó los ataques griegos y precipitó sus errores.
Andrew Betts fue el único argumento ofensivo del equipo local, que tardó siete minutos en anotar su primera cesta en juego. Pero Stombergas -doce puntos en el primer cuarto y nueve más antes del descanso-, ya había iniciado su recital particular y el Tau destapó las primeras diferencias (8-20, m.9).
El cuadro alavés evitó desde el principio las estrecheces en el marcador. Visto lo visto el envite desaconsejaba un final apretado. Pero el AEK no ofreció síntomas de alarma para el Tau, acomodado en rentas superiores a los diez puntos y con las ideas muy claras.
Las alternativas del equipo de Dusan Ivkovic quedaron
definitivamente cerradas con la escasa aportación de Irahim Kutluay, principal argumento en el tiro exterior del cuadro heleno. Las opciones de sus jugadores interiores habían quedado descartadas antes gracias al trabajo de Víctor Alexander y Scola.
El panorama pareció cambiar tras el intermedio (34-46). Dos
triples consecutivos de Vbrica Stefanov alentaron al equipo
ateniense que pareció entrar en el partido tras aprovechar tres pérdidas de balón consecutivas de su rival (54-60, m.28). Entonces apareció de nuevo la magia de Stombergas. Dos triples consecutivos y otros tantos tiros libres trasladaron las distancias de nuevo por encima de los diez puntos. El alero lituano cerró elpartido.
El AEK Atenas bajó los brazos de forma definitiva. Alexander y Oberto se incluyeron dentro de la dinámica anotadora del cuadro vasco que no desaprovechó el hundimiento físico y moral de su rival antes de afrontar en Vitoria la segunda parte de la eliminatoria y cerrar su histórica presencia en la final.
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