Diez exposiciones de PHotoEspaña 2023 para no perderse
Ya está en marcha la nueva edición del festival de fotografía y artes visuales. Proponemos una ruta por algunas de las exhibiciones más destacadas que tienen lugar en Madrid
Como cada mes de junio regresa PHotoEspaña. Con casi un centenar de exposiciones y la participación de más de 300 fotógrafos y artistas visuales dentro de su vigesimosexta edición, la programación pone el foco en la relación de la fotografía con el arte contemporáneo, con el medioambiente y con la identidad de género. De entre las diversas propuestas presentadas destacamos diez.
Entre 2021 y 2022, ...
Como cada mes de junio regresa PHotoEspaña. Con casi un centenar de exposiciones y la participación de más de 300 fotógrafos y artistas visuales dentro de su vigesimosexta edición, la programación pone el foco en la relación de la fotografía con el arte contemporáneo, con el medioambiente y con la identidad de género. De entre las diversas propuestas presentadas destacamos diez.
1. Image Cities. Anastasia Samoylova. Fundación Mapfre. Hasta el 27 de agosto.
Entre 2021 y 2022, Anastasia Samoylova (Moscú, 39 años) recorrió 17 ciudades de Europa, Asia y América, con el fin de indagar en la integración de las imágenes publicitarias dentro del espacio urbano. El periplo de esta renovadora de la fotografía documental conforma una de las propuestas más firmes y refrescantes del festival. El retrato de una serie de grandes urbes que cada día se asemejan más entre sí. Imágenes donde la figura humana queda desdibujada, engullida por los símbolos de una sociedad consumista. Mediante concienzudas composiciones y un hábil uso del color, la realidad se confunde con la ficción en un inteligente juego de figura y fondo que consigue desorientar al incauto espectador. Una invitación a reflexionar más detenidamente sobre la relación del individuo y su entorno en un mundo tan ambivalente como contradictorio.
2. Louis Stettner. Fundación Mapfre. Hasta el 27 de agosto.
Son también dos ciudades, París y Nueva York, las que vertebran la obra de Louis Stettner (Nueva York, 1922-París, 2016). En ella resuena la tradición americana de la fotografía de calle pero también la atención al detalle y al ser humano promulgado por la fotografía humanista francesa. Su poética mirada fue capaz de traspasar los cristales de los vagones de tren en Penn Station y de igual forma en el metro, sin que los pasajeros se sintieran observados. Era un tiempo de ritmo pausado en el que la gente leía el periódico y apenas había plástico. Se trata de la primera vez que la obra del fotógrafo americano llega a España. La muestra incluye la serie Pepe and Tony, Spanish Fishermen, centrada en dos pescadores ibicencos donde sus cuerpos fragmentados concentran la dignidad y el esfuerzo de su actividad. Una muy recomendable oda visual cargada de filantropía.
3. Cowboy’s Dream. Miralda. Círculo de Bellas Artes. Sala Goya. Hasta el 17 de septiembre.
Mediante un formidable despliegue de más de 100 fotos en blanco y negro y en forma de friso, se presenta el desconocido archivo fotográfico de una de las figuras más relevantes de la vanguardia española, Antoni Miralda (Terrassa, 81 años), que nunca quiso ser fotógrafo. Una obra sólida y contundente que atrapa al espectador tanto por su intuitivo sentido de la composición, como por su tono inconformista, festivo y barroco donde se advierte la versatilidad y genialidad de un autor que siempre ha concebido el arte como una celebración de la vida.
4. Como un torbellino. Marie Høeg y Bolette Berg. Círculo de Bellas Artes. Sala Minerva. Hasta el 24 de agosto.
Bajo la etiqueta de “privadas” se encontraron en una maleta los negativos de vidrio pertenecientes a la pareja de fotógrafas y activistas feministas noruegas, Marie Høeg (Langesund, 1866-Oslo, 1949) y Bolette Berg (Ålborg, 1872-Karasjok, 1944). Sacaban a relucir una obra, y también una vida, que nada tenía que ver con los convencionales retratos y postales escénicas con los que sostenían su estudio fotográfico. Una serie de divertidas escenificaciones y poses realizadas, entre finales del siglo XIX y los albores del XX, junto a sus amigos y familiares a través de los cuales desafiaban las convenciones subvirtiendo los roles de género.
5. Fina Miralles. La mujer árbol, la mujer agua. Círculo de Bella Artes. Sala Picasso. Hasta el 3 de septiembre.
Discretamente, la sensibilidad de Fina Miralles (Sabadell, 72 años) se abre paso entre las mujeres picassianas que lloran, pero también gritan, de la explosiva ORLAN y entre la reflexión que la más mediática de las tres, Marina Abramovic, presenta sobre la muerte a través de su última obra, 7 Deaths, donde la voz María Callas nos guía por los vericuetos del amor. Las tres comparten sala y hacen uso de la performance como vehículo de expresión. La autora catalana expresa su comunión con la naturaleza a través de las acciones que, con una acentuada carga crítica y política, inició en los setenta reconfigurando el concepto de lo artístico. Su obra expresa su negación ante cualquier sometimiento del individuo y abre caminos a otros imaginarios posibles donde la hierba se traslada al mar y la arena al campo.
6. Los mejores libros de fotografía del año. Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa. Hasta el 30 de julio.
Una buena opción para ponerse al día con algunas de las pequeñas joyas que se nos escapan a lo largo del año dentro del sector editorial dedicado a la fotografía es dedicarle un tiempo al cerca del centenar de libros que optan al Premio al Mejor Libro de Fotografía del Año. Son tres las categorías: nacional, internacional y autoeditado. Entre las publicaciones finalistas encontraremos el catálogo que acompaña a la exposición que el Museo ICO dedica a Bleda y Rosa. Una muestra que recorre por primera vez el conjunto de una obra que indaga en cómo se inscribe el tiempo y la memoria en el paisaje. Planteada a modo de una videoinstalación, pone de manifiesto aspectos que de otra forma pasarían desapercibidos y ofrece una nueva lectura.
7. La joie de vivre. Malick Sidibé. Leica Gallery. Hasta el 23 de septiembre.
A lo largo de las animadas noches que transcurrían en los clubs de Bamako y en la intimidad de su estudio, el fotógrafo maliense Malick Sidibé (Soloba, 1935-Bamako, 2016) supo captar el espíritu de emancipación y euforia que definió un momento de transición en un país que dejaba atrás su pasado colonial. Su obra, cargada de vitalidad y de inocencia, contribuyó a cambiar la idea de la belleza negra en la moda y aún hoy late con fuerza como la crónica de una promesa de libertad. De un momento en el que todos querían ser fotografiados bailando.
8. La mañana. Valery Katsuba. Le Mur Gallery. Hasta el 24 de junio.
La mañana, del fotógrafo bielorruso afincado en Madrid Valery Katsuba (Sergeyevichi, 57 años), está compuesta de paisajes interiores y exteriores que durante un breve lapso de tiempo permanecen inalterables. Escenas cargadas de un componente teatral donde protagonistas dispares exponen su grandeza junto a su fragilidad. Todo ello acompañado de una sensualidad estética que hace referencia a la búsqueda de la belleza del arte clásico. Momentos íntimos e irrecuperables donde el tiempo se ha detenido para dar paso a la introspección.
9. Flowers and Rooms. Alex Hütte. Galería Helga de Alvear. Hasta el 15 de julio.
Hace tiempo que el célebre artista alemán Alex Hütte (Essen, 72 años) abandonó los sobrecogedores paisajes de junglas y glaciares para centrarse en los detalles; en delicadas flores, cortadas y marchitas que mediante una serie de técnicas experimentales se presentan iluminadas por una luz que parece brotar de su interior, como fantasmas de sí mismas. Distanciándose de la neutralidad buscada por el que fuera su maestro, Bernd Betcher, el autor siempre ha jugado con la frontera entre lo real y la ilusión. De forma similar, se exhibe una serie de vistas frontales de interiores barrocos donde la inversión de los valores de color confunde las expectativas del espectador, aludiendo al carácter dual de sus imágenes.
10. José Manuel Ballester. Real Jardín Botánico- CSIC. Hasta el 28 de agosto.
José Manuel Ballester (Madrid, 63 años) regresa, metafóricamente, a la pintura, de donde partió su andadura en el arte, para homenajear al árbol, protagonista de esta exposición con la que apunta a la imperiosa necesidad del hombre por recuperar el respeto y la conexión con su entorno natural. Así, incidiendo en su particular interpretación del espacio, hará uso de la obra de grandes maestros de la pintura para eliminar toda figura y ensalzar la naturaleza en sus desoladas versiones fotográficas. Un recorrido que también nos llevará por parajes reales, sombras y reflejos con el fin de sucumbir ante la majestuosidad y la poesía del mundo natural.