Mayte Martín: “Aborrezco el reguetón con todas mis fuerzas”
La cantaora actúa este verano en los festivales Sagunt a Escena y Esencies Jazz de Montblanc
Mayte Martín (Barcelona, 1965) es una de las cantaoras más personales del flamenco actual. Transgresora en todos los frentes, no ha temido romper moldes musicales ni estéticos ni de género. Ha explorado en profundidad territorios afines como el bolero y nunca se ha apartado de la poesía. Tras el parón por el coronavirus, volvió a los escenarios en julio en el Festival Grec de Barcelona con su espectáculo Déjà vu, junto a la bailaora Patricia Guerrero, montaje que también va a presentar en el Sagunt a Escena el 25 de agosto. Dos días después cantará sus boleros en el Esencies Jazz de Montblanc.
¿Qué o quién la llevó a la música? El amor. la necesidad de comunicarme a niveles profundos con las personas que amaba.
Volvió a los escenarios por primera vez después del confinamiento con una actuación en el Grec. ¿Qué sintió? ¿Fue diferente? Sentí lo mismo de siempre pero más intensamente. Sentí la comunión con la gente que acudió venciendo el miedo y demostrando cuánto necesitamos —ahora más que nunca—, el arte. Sentí la fragilidad de tod@s por las fuertes medidas de seguridad que se aplicaron, sentí el respeto y la delicadeza con que el equipo del Grec trató a todo el mundo; y sentí también nuestra fortaleza porque se consiguió retirar la orden infundada de cancelar el festival. Todavía hay quien confunde el arte y la cultura con el divertimento, creo que es ahí donde radica el problema que sufre la cultura en este país y la razón por la que creen que es lo mismo cerrar una discoteca que cancelar conciertos.
Presentó su espectáculo Déjà vu, que también llevará a Sagunt, con la bailaora Patricia Guerrero. ¿Se canta diferente cuando hay alguien bailando en el escenario? Si ese alguien te conmueve, como es mi caso con patricia, es una fusión. Un viaje que hacemos una a bordo del sentir de la otra. Una sucesión de momentos en los que me descubro a través de sus movimientos. Es como ver en un cardiograma cómo me late el canto. Es como mirarme en un espejo y verme por dentro.
También llevará a Montblanc su espectáculo de boleros Regálame esta noche. ¿Es este su bolero favorito [el del título]? Siempre considero que cuando la gente acude a uno de mis conciertos es un regalo que ellos y ellas me hacen. Vienen a hacerme saber que lo que hago les importa y les aporta. Vienen a ser testigos de mi streep-tease emocional, a formar parte de un íntimo ritual. Es una noche de entrega mutua. Así que aproveché que era el título de uno de los boleros del repertorio para trasladar a mi público este mensaje.
Mantiene también en gira su espectáculo Al cantar a Manuel, con canciones hechas de versos de Manuel Alcántara. ¿Qué tiene este poeta que le llama tanto? Eso es tanto como preguntarme por qué me enamoro de una mujer y no de otra. Es química pura. Es no tener que leer un poema dos veces para que me impregne hasta el tuétano. Es entenderle el alma a cada uno de esos poemas, habitarlos y que me emborrache la emoción cada vez que los leo, los escucho o los canto.
¿Qué otros poetas le gustaría cantar? He musicado a poetas archiconocidos, como Lorca, y lo he disfrutado muchísimo, pero contribuir a que la gente conozca cosas que me parecen especiales y que son desconocidas para el gran público me proporciona un placer especial. los poetas más populares siempre tienen quien les cante.
¿Qué libro tiene en su mesilla de noche? Muchos. La mayoría sin leer. Lo que pudo haber sido, de Itziar Mínguez, fue el último que leí.
¿Uno que no pudiera terminar? Muchos también. Un libro es como un disco, un concierto o una película, tiene que ir cambiando algo de ti a medida que sus páginas avanzan. De lo contrario prefiero cerrarlo y emplear ese tiempo en otra cosa; no hacer nada, por ejemplo, que es una de las cosas que más me aportan en la vida.
¿Qué tipo de música aborrece? El reguetón. Con todas mis fuerzas.
“El flamenco es mi origen, no mi yugo”. El lema nace porque lo ha sentido muchas veces como yugo, supongo… El lema nace porque hay un amplio sector del flamenco que considera mi amor y mi dedicación a otras músicas como una deslealtad, sin detenerse a pensar que lo que define el compromiso de un artista con el arte no es lo que hace sino cómo y para qué lo hace. Nadie que se dedique única y exclusivamente a cantar flamenco lo ama y lo respeta más que yo.
¿Adónde la ha llevado ese lema? (musicalmente hablando) A crear o interpretar la música que mi corazón desea profundamente en cada momento sin plantearme ninguna otra cuestión, como, por ejemplo, si es lo más oportuno o conveniente para mi carrera.
¿Qué tema musical o disco ajeno le ha impactado últimamente? Lo de los temas musicales y los discos es toda una historia. A mí solo me impacta aquello que está hecho puramente por una razón artística que nada tiene que ver con el aspecto mercantil; y, de eso, cada vez hay menos. Y lo que hay, no sale a la luz porque no interesa al negocio de la industria musical. Los egos y el exhibicionismo van ganando terreno y convirtiendo el arte en un negocio, en un circo, en una herramienta para satisfacer la vanidad y la ambición; Y el arte es otra cosa. A mí solo me impacta la pureza, que es la honestidad artística, el compromiso con el arte y con su razón de ser.
¿Qué disco ha escuchado más veces en su vida? Probablemente, el primero de Lole y Manuel.
¿Y una película? Cinema paradiso.
¿Qué está socialmente sobrevalorado? La imagen.
¿A quién le daría el Premio Nacional de Música? Se lo daría a un artista, no a un producto de marketing. Se lo daría a cualquiera que no se venda por nada y que haga lo que hace como si no le pagasen por ello.
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