_
_
_
_

Los mejores episodios de series de 2019

Un repaso a algunas de las mejores horas televisivas del año que termina

Natalia Marcos

Se acerca el final del año y, con él, las listas de todo tipo. Antes de elegir las mejores series de 2019, hemos vuelto la vista atrás para repasar algunos de los mejores episodios de los cientos que nos han acompañado en este año. Como siempre decimos en estas recopilaciones, varias advertencias: se trata de una lista subjetiva hecha a partir de las series que su autora ha podido ver este año —que son muchas, pero no todas las que existen, porque es imposible—.Los episodios no están ordenados siguiendo ningún orden. Los comentarios están abiertos para olvidos y sugerencias varias. Y, por supuesto, los textos contienen spoilers.

Allá por febrero llegaba la despedida de una de las mejores comedias británicas de los últimos tiempos con el final de la historia de amor entre Rob y Sharon. En un divertidísimo y muy emocionante episodio final, los protagonistas viajan a Estados Unidos, donde se enteran de la muerte de la madre de Rob (que interpretaba Carrie Fisher). Allí Rob también se reencontrará con su gente y su tierra, además de recibir una interesante oferta de trabajo, por lo que se plantea mudarse allí, algo que provocará una pequeña crisis de pareja. Un capítulo que combina las risas y la emoción y que se despide con un genial diálogo frente al mar que condensa el espíritu de la serie.

Después de estar siguiendo de forma paralela lo que ocurre en los dos mundos alternativos en los que transcurre esta historia de espionaje y ciencia ficción, llega la explicación de cómo surgieron los dos mundos. Yanek de joven abre la puerta entre los dos y con su igual introducen un pequeño cambio que provocará la muerte de su hijo en uno de los dos mundos y que empiecen a saltar de un lado al otro hasta que uno de los dos mata al otro. Los dos mundos han sacado los instintos básicos a relucir en este episodio sobre los orígenes de la historia en el que además no aparecen los actores protagonistas. Un capítulo interesante, bien contado y bonito y triste al mismo tiempo.

Counterpart.

Aunque posiblemente sea mejor episodio el 8x02, la magnitud de la Batalla de Invernalia convierte a este capítulo en uno de los más recordados (por muchos motivos) de la serie. Tras dos capítulos de preparación, llega por fin el enfrentamiento entre los vivos y los muertos. Tenemos por delante hora y media de lucha en la oscuridad (para algunos, demasiada oscuridad que casi ni se veía en algunas pantallas) que deja varios caídos entre los personajes secundarios y algunas sorpresas como el surgimiento de Arya como la salvadora de los humanos. Un capítulo que es pura tensión, con toques de terror y acción un tanto caótica a raudales.

En el capítulo Ronny/Lily, un encargo como asesino para Barry no sale todo lo bien que debería. Solo tenía que matar a Ronny, pero la cosa se complica cuando Barry, encapuchado, llega a su casa y la víctima se resiste a cumplir sus órdenes. Después entrará su hija pequeña en acción, y la cosa ya se volverá totalmente disparatada en este episodio dirigido y escrito por Bill Hader con mucha violencia y humor surrealista. Uno de los capítulos más locos de la serie, y ya es decir.

Los tres vampiros protagonistas son llevados ante un gran consejo internacional vampírico en el episodio The Trial. La grandeza del capítulo está en la sorpresa de los cameos y las referencias. Además de aparecer los tres protagonistas de la película original, el consejo lo preside Tilda Swinton y está acompañada por Evan Rachel Wood, Paul Reubens, Dany Trejo y, por videoconferencia, Wesley Snipes. Todos ellos están en el consejo por haber interpretado a vampiros en diferentes películas/series. En la charla se menciona a Rob (Pattinson), a Kiefer (Sutherland), y a Tom y Brad (Cruise y Pitt). Una genialidad sorprendente y muy divertida, como toda la serie. 

Lo que hacemos en las sombras.

El primer episodio de la segunda temporada de Fleabag es brillante de principio a fin. La protagonista tiene que asistir a una cena familiar en la que su padre y su novia celebran su compromiso matrimonial. A ella acude el cura que les casará, un peculiar hombre que intriga a la protagonista y que será clave en el resto de la temporada. Poco a poco van saliendo a la luz las tensiones propias de esta familia, que incluirá una complicada confesión de su hermana y varios malentendidos. Los malabarismos entre la comedia más ácida y el drama más profundo, tan característicos de esta serie, se muestran en toda su plenitud.

Toda la segunda temporada es brillante y podríamos incluir en esta lista todos los episodios, pero nos hemos limitado a dos. El tercer capítulo está aquí por una escena en concreto. El personaje de Phoebe Waller-Bridge, tras ayudar a su hermana con una entrega de premios bastante desastrosa, tiene una charla con la premiada, interpretada por Kristin Scott Thomas. “Premios para mujeres. Es una gilipollez infantil. Solo sirve para marginar, es una subsección del éxito. Es como la mesa de los niños de los premios”. “¿Y por qué has ido?” “Porque sería una capulla si no hubiese ido”. Las virtudes de la menopausia son otro de los temas de esta conversación que da la vuelta a tantos tópicos.

Fleabag.

Cualquier capítulo de esta miniserie podría estar en esta lista y por motivos parecidos. Pero por el impacto del arranque de la historia que dramatiza el accidente nuclear de Chernóbil, nos quedamos con el primer episodio. Y no solo por lo que cuenta, los primeros minutos después del accidente nuclear. También por cómo está contado. La imagen de esa gente en un puente viendo, a escasos metros de la central, cómo ardía una de sus torres mientras hombres, mujeres y niños reciben directamente un aire contaminadísimo es una imagen escalofriante, una de las más impactantes del año televisivo. Una forma maestra de hacer visible el monstruo invisible de la radiación.

Chernobyl.

Cada episodio de este drama es una historia de terror diferente. Sorprende desde el primero, en el que el espectador se encuentra con una distopía políticosocial mucho más cercana a nuestro tiempo de lo que nos gustaría. El cuarto episodio deja al espectador con el corazón hecho trizas al narrar desde el punto de vista de uno de los protagonistas (los miembros de una familia de clase media británica) el drama de la inmigración. Aprovechados timadores, políticos que no hacen nada por solucionar los problemas, desesperación… La tragedia se consuma en el mar en una patera a pocos metros de la costa.

Years and Years.

Paquita regresa a Navarrete por el fallecimiento de su madre. Este episodio de la gran tercera temporada de la serie mezcla el drama profundo de reencuentro con el pasado y el humor. Además, recupera el caso de Clara, una actriz cuya carrera se hundió por culpa del photoshop y la invención del curriculum, inspirado en el caso de Anna Allen. El episodio nos habla de seguir adelante, de cerrar el pasado para avanzar, de afrontar las dificultades, de sororidad. Una especie de Casa de Bernarda Alba en la que la muerte hace que los personajes salgan a flote. “¿No te cansas de guardarte todo para ti? Porque yo sí”, le dice una vecina a Paquita. El siguiente episodio, el final, también es oro por la explotación del juego meta, el vídeo de los cinco deditos de Belinda y su optimismo.

Paquita Salas.

Fue posiblemente la serie más destacada del verano y tiene algunas de las escenas más poderosas de todo el año televisivo. Nos quedamos con el cuarto episodio, que transcurre casi todo en una feria. El capítulo está narrado con ritmo de thriller y rodado con una maestría que te lleva a adentrarte cada vez más en la historia y a sentir el agobio que sufren los personajes. Además de lo maravilloso de su lado estético y formal, el episodio cuenta con revelaciones importantes en su argumento que hacen que la historia se lance hacia delante.

Euphoria.

El último episodio de la miniserie dirigida por Ava Duvernay se centraba en Korey Wise y su experiencia en prisión. La interpretación de Jharrel Jerome es brillante y le valió el premio Emmy como actor protagonista de miniserie (incomprensiblemente, los Globos de Oro se han olvidado de él). La indignación que provoca esta serie y la historia real en la que está basada llega a su culmen en este episodio, uno de los más duros emocionalmente del año.

Todos y cada uno de los episodios de la segunda temporada de este drama/comedia serían merecedores de aparecer en este listado. Pero el último de esta tanda es magistral. Desde el escenario (un lujosísimo yate) hasta la tensión que se respira ante la necesidad de elegir quién se sacrifica por la familia, pasando por las interpretaciones de protagonistas y secundarios. Tiene momentos brillantes (el pollo de Tom, el iPad volando, la comida con dardos y cuchilladas constantes de unos a otros). Pero, por encima de todos, el giro final. Ese giro final que teníamos que haber adivinado pero no lo hicimos.

Succession.

La serie basada en el universo literario de Stephen King recrea una especie de precuela de Misery en su segunda temporada. Y el primer episodio introduce la historia y el personaje de Annie Wilkes de forma brillante. Con buen ritmo y un gran guion, presenta los conflictos de la protagonista y te atrapa para quedarte en la temporada (que tras un excelente arranque, discurre irregular con episodios más flojos y otros, como el quinto —que narra la infancia y juventud de la protagonista—, muy destacables).

Castle Rock.

La historia de orígenes de Justicia Encapuchada es un gran ejemplo de lo bien que esta serie ha enlazado con los cómics al mismo tiempo que ha reinterpretado su contenido. El capítulo, narrado a modo de flashback —que en realidad son recuerdos ajenos inducidos en la protagonista—, entra directo en el tema de la raza al mismo tiempo que explica algunos acontecimientos centrales de la trama. Rodado en blanco y negro y recurriendo al plano secuencia en varias ocasiones, el episodio tiene casi tantas capas y detalles como se le quiera encontrar.

Watchmen.

La tragedia de Aberfan, el pueblo galés en el que en 1966 murieron 144 personas, la gran mayoría niños de un colegio, tras una avalancha procedente de una escombrera de una mina de carbón, es una de las mejores horas de la tercera temporada de la serie sobre la vida de la reina Isabel II. El episodio se eleva por encima de otros (a la altura del dedicado al primer discurso del príncipe Carlos) no solo por el impactante hecho real que recoge, sino también por cómo refleja la incapacidad de la monarca para empatizar con sus súbditos en casos de tragedias que sobrecogen al país entero. Muy difícil no encontrar parecidos entre su reacción en este caso y la que tuvo tras la muerte de Lady Di. La lágrima final de Olivia Colman vale su peso en premios.

The Crown.

Aunque el durísimo episodio final de la segunda temporada podría estar en esta clasificación sin problemas, nos quedamos con el noveno, Socks Are Important, que funciona de forma autónoma. Ray, un asesino a sueldo, pasa la tarde con su hija y una amiga de esta. Mientras que él elige unos calcetines, las niñas se entretienen jugando. De repente Ray se da cuenta de que la amiga de su hija ha desaparecido. Comienza entonces una carrera a contra reloj para encontrar a la pequeña en un episodio frenético que, poco a poco, traslada la tensión al espectador según se van conociendo detalles sobre el posible destino de la niña. Y ese final...

'Mr. Inbetween'.

El mejor capítulo de la tercera temporada (ligeramente por debajo del nivel de las dos anteriores entregas, aunque todavía muy disfrutable) ha sido escrito y dirigido por su creadora, Amy Sherman-Palladino. En él, tras un tiempo en Las Vegas, la gira del cantante Shy Baldwin lleva a Midge y Susie a Miami. El episodio contiene momentos descacharrantes a raíz del calor en Florida o por la complicada convivencia de los padres de Midge con los de Joel. Pero el clímax de la historia llega hacia el final, cuando la química de Midge y Lenny Bruce se hace patente en forma de miradas y de baile. ¿Uno de los momentos más sexis del año televisivo? Uno de los momentos más sexis del año televisivo.

The Marvelous Mrs. Maisel.

Ne me quitte pas es un capítulo centrado en la madre de Ramy, que hasta ese momento había sido un personaje muy secundario en la serie que narra la historia de este joven de Nueva Jersey con orígenes egipcios. Tras tomar consciencia de ese papel secundario que tiene en su propia familia, Maysa decide coger el timón de su vida y probar como conductora de uber. Un cliente le hará recuperar la ilusión. Pero siempre hay un pero. Un capítulo quizá más amargo que otros de esta comedia que pone en el centro a un gran personaje que merecía más minutos en la serie y, por fin, los tiene.

Ramy.

La serie de Apple TV+ ha ido de menos a más en su primera temporada. Su punto álgido ha sido el octavo episodio, que viaja al pasado para mostrar cómo la visión de un abusador sexual difiere de la de la víctima y la responsabilidad que tienen quienes ocultaban e incluso aplaudían y reían con ciertos comportamientos antes del MeToo. Mitch (Steve Carell) está convencido de que no hizo nada mal, y así lo ha contado en capítulos anteriores. Sin embargo, este episodio, que arranca con un aviso de contenido que puede dañar la sensibilidad del espectador, muestra una realidad muy diferente.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_