_
_
_
_
Blogs / Cultura
La Ruta Norteamericana
Por Fernando Navarro
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Descorchar una botella de champán

La Navidad puede ser como ese corcho que parece que lleva dinamita dentro. Cuando salta, causa el efecto contrario al esperado

Fotograma de la película 'El Apartamento'.
Fotograma de la película 'El Apartamento'.
Fernando Navarro

A veces, descorchar una botella de champán suena como si uno se pegase un tiro. Contundente y seco, atravesándote el pecho. Bien se encargó de mostrarlo la inolvidable escena final de El Apartamento, cuando Shirley McLaine acude corriendo por las calles de Nueva York al encuentro de Jack Lemmon y por las escaleras una especie de explosión corta la respiración. ¡Boom!

La Navidad puede ser como ese corcho que parece que lleva dinamita dentro. Cuando salta, causa el efecto contrario al esperado, incluso al deseado. Puede ser la peor de las épocas posibles, el tiempo menos agradecido y más severo con uno, tumbándote con su saco de nostalgias que pesan más que el carbón, recordándote en cada celebración desmesurada todo lo que falta, como ese plato en la mesa, esa llamada en Nochevieja o ese regalo de Reyes Magos.

Cuando llega la Navidad, pienso siempre en mi abuela, que hablaba de la soledad como una amenaza bíblica. No quería quedarse nunca sola ni morirse sola. Como si pudiéramos elegir no morirnos solos. Aunque nos rodeen todos nuestros seres queridos en el lecho de muerte, todos acabaremos encontrándonos a solas con La Parca y cruzando con ella al otro lado del río. Pero pienso en mi abuela por otra amenaza que de niño me preocupaba mucho más en Navidad. Cuando alguna vez me salía del tiesto, me decía, a modo de reprimenda, que, si no me portaba bien, no iban a venir los Reyes Magos. Aquello sí que lo temía. Siempre he pensado que lo peor no era que los Reyes Magos me dejasen carbón sino que pasasen de largo de mi puerta. Que me olvidasen.

En El Apartamento, Jack Lemmon -el memorable C.C. Baxter en la película- es un ser que está solo en Navidad, pero que también es víctima del olvido. En otra escena magnífica, como cada segundo de esa obra de arte de Billy Wilder, Lemmon se encuentra borracho en un bar en Nochebuena. Se le cruza un Papa Noel, tal vez más bebido que él y que ha dejado “el trineo en doble fila”, y una mujer igual de ebria que le lanza pajitas para llamar su atención y pone música en la jukebox a cambio de otra copa de ron. A través de un diálogo de borrachos -el único diálogo por el que merece la pena jugarse un reino-, Lemmon le confiesa a la mujer que no está casado ni tiene familia, y algo igual de doloroso, incluso peor: la persona que ama está con otro. “He dicho que no tenía familia, no que mi apartamento estuviera vacío”, responde Lemmon en una sentencia que resume toda la película. Luego, le mete otro sorbo a su copa.

¡Boom! Una botella de champán sonando al descorcharse como si uno se pegase un tiro. O se lo pegasen. Y la Navidad como esa barra de bar en la que Lemmon, ese Robinson Crusoe, “náufrago entre ocho millones de personas”, le parece maravilloso tener una simple “cena para dos” que no tiene. Decía Billy Wilder que es mucho más difícil en una película conseguir un buen final feliz que uno triste. Por eso, veo religiosamente cada Navidad El Apartamento. Para recordarme que, a veces, descorchar una botella de champán suena como si uno se pegase un tiro, pero que también, y afortunadamente, puede ser el preámbulo de la mejor partida de cartas de la historia.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Fernando Navarro
Redactor cultural, especializado en música. Pertenece a El País Semanal y es autor de La Ruta Norteamericana. Ejerce de crítico musical en Cadena Ser. Pasó por Efe, Abc, Ruta 66, Efe Eme y Rolling Stone. Ha escrito los libros Acordes Rotos, Martha, Maneras de vivir y Todo lo que importa sucede en las canciones. Es de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_