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Dani Martín: “Cuando te emocionas en un escenario, significa que todo va bien”

El cantante hace un alto en su gira 'Grandes éxitos y pequeños desastres' para repasar su carrera con los suscriptores de EL PAÍS

Dani Martín charla en exclusiva con los suscriptores de EL PAÍS.Vídeo: Jaime Villanueva
Andrea Nogueira Calvar

Dani Martín se ha hecho mayor en la música. Lleva 18 años sobre los escenarios y lo está celebrando con la gira Grandes éxitos y pequeños desastres. El pasado martes se reunió con los suscriptores de EL PAÍS, dentro del programa EL PAÍS +, para repasar con ellos su carrera. En la cita, en los Teatros Luchana de Madrid, el cantante se mostró en el momento más sereno de su trayectoria, pero le confesó a la presentadora, la periodista de Cadena Ser Laura Piñero, que se sigue emocionando con los directos, como el que ofreció para abrir y cerrar este encuentro. "Cuando te pasa eso cuando subes a un escenario, creo que significa que todo va bien", sentenció.  

El cantante arrancó el evento con su último tema, Dieciocho, en el que resume este periodo de su vida, “entre ladrones y días dorados y caras que aún siguen aquí”, según reza la letra. “Hace 18 años era más delgadito, más joven y estaba en las portadas de las niñas en los colegios”, describía el cantante para contraponer ese recuerdo al presente. “Ahora es de otra manera diferente, lo que me ha traída hasta aquí son las emociones de las canciones que no han caducado”.

Ese tema, que lo “vomitó”, le llevó a reencontrarse con canciones de El Canto del Loco que llevaba años sin escuchar. El grupo con el que se dio a conocer se rompió en 2009, casi por sorpresa, y durante un tiempo el cantante pareció renegar de él, pues no incluía ninguna de las canciones de la banda en sus giras, decisión que ha revocado. Martín destacó que “lo más bonito” de El Canto del Loco fue su primo, el músico David Otero, la persona con la que más conectó y compartió, a pesar de que fuera del grupo tuviesen diferentes maneras de encarar la vida. Lo que le llevó a decirle adiós a él y al resto del equipo fue la necesidad de salir de su zona de confort.  

Aquel año en el que se separaron fue el del fallecimiento de su hermana, a la que nombró en varias ocasiones durante la entrevista y que fue la inspiración de su primer disco en solitario: Pequeño. Un homenaje a la insignificancia del ser humano ante cuestiones trascendentales como la muerte, un viaje por su infancia que le hizo componer dos canciones especialmente para ella: Mi lamento y El cielo de los perros. Siempre que las canta, aseguró, se acuerda de ella, pero ahora, casi 10 años después, sonríe porque así la recuerda a ella, con una sonrisa. “Me lo quité todo y lo enseñé todo porque venía de vivir una situación que me colocó en un lugar donde me quedé desnudo completamente”, reconoció.

Ese disco era un homenaje a su hermana, un paréntesis en su discografía, y por eso el siguiente se llamó Dani Martín, como si ahí arrancase realmente su carrera en solitario. Le siguieron Mi teatro y Montaña Rusa, trabajos que confirmaron que las críticas que recibió al emprender su propio camino no llevaban razón, que no había sido "un loco" por terminar con la banda que le llevó al éxito.

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Sobre la firma

Andrea Nogueira Calvar
Redactora en EL PAÍS desde 2015. Escribe sobre temas de corporativo, cultura y sociedad. Ha trabajado para Faro de Vigo y la editorial Lonely Planet, entre otros. Es licenciada en Filología Hispánica y máster en Periodismo por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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