Chomsky, la conciencia de EE UU
Babelia visita en su refugio de Arizona al gran intelectual que revolucionó la lingüística moderna
“La gente ya no cree en los hechos”, dice Noam Chomsky en una entrevista con Babelia en Tucson, su nuevo destino. El lingüista vivo más importante del mundo, que cumple en diciembre 90 años, ha abandonado su mítica cátedra del MIT en Boston para instalarse en Arizona. Allí sigue impartiendo clases y denunciando las injusticias de un sistema político y económico que, argumenta, sigue ahondando en la desigualdad. A eso dedica su último libro Réquiem por el sueño americano (Sexto Piso). “Hay quien lo llama populismo, pero en realidad es descrédito de las instituciones”, explica el profesor Chomsky a Jan Martínez Ahrens, corresponsal de EL PAÍS en Estados Unidos.
Además de la entrevista con el creador de la revolucionaria gramática generativa, Babelia publica una semblanza personal e intelectual suya firmada por Ángel J. Gallego, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona. En su artículo, Gallego recuerda sus colaboraciones con Chomsky, resume sus principales aportaciones a la ciencia y la cultura contemporáneas y explica el inagotable y sui generis método de trabajo de quien es uno de los intelectuales más influyentes del último siglo.
En páginas siguientes el lector de Babelia encontrará las habituales reseñas de libros, con un espacio destacado para la nueva obra de Antonio Muñoz Molina, Un andar solitario entre la gente.
El apartado de arte se abre con un artículo de Ángela Molina sobre la exposición que el Musac saca a la luz la obra de José Luis Castillejo, escritor experimental vinculado al grupo Zaj.
La sección de música está protagonizada por el multiinstrumentista Tyshawn Sorey, al que se le acaba de conceder la prestigiosa beca MacArthur, también llamada “para genios”.
El crítico teatral Marcos Ordóñez escribre sobre el estreno en Barcelona de la obra Sopa de pollastre amb ordi, de Arnold Wesker, con dirección de Ferran Utzet. En las páginas de opinión ocupa la tribuna libre Beatriz Sarlo, junto a las firmas habituales de Antonio Muñoz Molina y Manuel Rodríguez Rivero.
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