Las cosas buenas de ‘Hora punta’

El consejo de administración de TVE aprobó hace unos días la renovación de Operación Triunfo (lógico y esperado), la de MasterChef en todos sus formatos (aún más lógico; es el programa que ha revivido a la cadena en el prime time en el último lustro) y la contratación de medio centenar de programas más de Hora punta, de Javier Cárdenas (dos millones de euros costarán). Lamentamos informar al lector de esto último, pero así ha ocurrido.

Cualquiera que haya conectado con La 1 en los últimos meses dispuesto a ver Cuéntame, Maestros de la costura, Estoy vivo, MasterChef u Operación Triunfo, seguro que se ha tragado un rato de este programa sin sentido. Pero ya desde los medios y los espectadores lo hemos criticado demasiadas (y merecidas) veces y, vista la extensión de la confianza en el formato y en el presentador por parte de TVE (el Consejo también ha aprobado una segunda temporada de Pura magia, producido por Cárdenas), y que desde el programa se han autoconvencido de que son un éxito (chupando audiencia de los programas que vienen después y de la previsión del tiempo que se emite justo antes) y de que hay una campaña interesada en su contra (en fin...), hoy nos queremos poner positivos, reposar, pensar y sacar seis motivos por los que Hora Punta es bueno.

1. El programa es un recordatorio constante de que el prime time en España es tardío, por lo que ayuda en la lucha por una televisión mejor y más acorde con sus horarios

2. Recalca que la educación y la ciencia son demasiado importantes, sobre todo en una televisión pública, al ningunearla continuamente con informaciones como que los últimos huracanes que asolaron el sur de EE UU habían sido creados por el hombre con técnicas de geoingeniería o relacionando vacunas con autismo.

3. Tres mujeres en bodi mientras cuatro hombres las miraban e interactuaban entre ellos durante un truco de magia recordaron al espectador el largo camino que queda para acabar con el machismo.

4. Recuperar a Luis del Olmo, para quien le guste verle recitando poesía, claro.

5. Es bueno porque los programas malos ensalzan al resto.

6. Recuerda cada día que se emite que la televisión pública es trascendental y no se puede dejar en manos de cualquiera.