‘El accidente’, entre cerdos ibéricos y narcotraficantes
Inma Cuesta, Quim Gutiérrez y Eusebio Poncela protagonizan el nuevo 'thriller' de Telecinco
En El accidente, una serie de suspense que mezcla narcotráfico, cerdos ibéricos y muchas y diferentes relaciones familiares, Inma Cuesta y Quim Gutiérrez forman la pareja protagonista, pero es a Eusebio Poncela a quién le ha tocado el caramelo de interpretar a un villano de los que marcan. "Hacer de malo es lo más divertido que hay; es como un desfogue. En lugar de hacerte apretadito lo que hace es expandirte", cuenta el actor en la presentación de la ficción que estrena Telecinco el martes 28 de noviembre (22.40). El debut competirá con una de las apuestas de TVE para esta temporada, Traición, donde otra veterana, Ana Belén, también interpreta a una villana.
La premisa de El accidente juega con el misterio: José (Gutiérrez) desaparece tras accidentarse el avión en el que supuestamente viajaba. Su esposa Lucía (Cuesta) comienza una investigación para saber qué ha ocurrido que se entremezcla con otra de un policía (Remón, encarnado por Jorge Bosch), que indaga sobre una red de narcotráfico. Una pesquisa que también comienza con un accidente, el de un camión de transporte de cerdos. Uno de los puntos de conexión entre ambas pesquisas es João Ferreira (Poncela), un empresario con un pasado tan oscuro como sus intenciones presentes. Completan el reparto principal Alain Hernández, Berta Vázquez y Joel Bosqued.
Poncela resume en una sencilla frase cómo es el villano que le cautivó para volver a la televisión tras Águila Roja y Carlos Rey Emperador. "Este hombre, cuando respira, envenena el aire". Su personaje es un portugués que vivió la guerrilla en Angola en los años setenta. "Ferreira ha tenido una vida muy azarosa, porque de niño era pobre y acabó en un asilo junto a su hermana. Ha sido un hombre propicio al rencor social obligado", explica. ¿Se apreciará un lado humano del personaje? "Vamos a ver muy poco, no convenía relajarse. No convenía ahondar en lo psicológico. Por supuesto que le he metido detalles, pero son pinceladas rápidas. En el género que estamos hablando no es ventajoso que lo psicológico barra un poco la compostura de esta persona", detalla el actor.
No solo lo goloso del personaje llevó a Poncela a El accidente. También saber que la producción corría a cargo de Daniel Écija, con el que había trabajado en Águila Roja. "Nos habíamos llevado muy bien, era un hombre en el que se puede confiar", cuenta sobre el productor. También echa piropos al resto del equipo: "Estaba bien el reparto, el guion, yo conocía ya la serie turca [en que se basa], veía que había posibilidades. Me gusta mucho el suspense. Aquí se mezcla con el melodrama, que es otro de mis géneros favoritos. Y en seguida pregunté quién era el director de fotografía [Néstor Calvo], que hay que tener en cuenta cómo te retratan, quiénes iban a ser los directores...".
El actor tiene muy en cuenta con quién trabaja para aceptar proyectos que le interesen, pero luego admite no querer ver sus propios trabajos, sean los que sean. "No quiero verme ni en pintura, nunca lo hago. Como con [Adolfo] Aristarain en Martín (Hache). Y se encabronan y se encabronan porque no quieres ver esa obra de arte que han hecho ellos. O Intacto [de Juan Carlos Fresnadillo]. He hecho demasiadas cosas, pero nunca, desde que empecé, me he visto [en pantalla]. Genio y figura hasta la sepultura", cuenta Poncela.
El motor de la historia
La protagonista de El accidente es Lucía, una mujer que pierde a su marido (en un principio cree que ha muerto) y que se ve envuelta en un mundo turbio de narcotraficantes. Interpretada por Inma Cuesta, la actriz admite que le sedujo la idea de que, en principio, sea una serie cerrada de una sola temporada. "Un final tiene el beneficio de crear un arco del personaje que sabes a dónde va. A la hora de crear las relaciones entre los personajes tienes otra facilidad", comenta la actriz. Y también llegó motivada porque su personaje es el motor de toda la historia y el espectador irá descubriendo "los entresijos de esa madeja de mentiras", como lo define, desde su perspectiva. "Insistí mucho en tener la libertad suficiente como para poder participar en el proceso creativo tanto a nivel de guion y de todo", comenta.
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