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Columna
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Investigación

'The Investigator: A British Crime Story' es una serie basada en hechos reales en la que se entremezcla la recreación de los hechos con entrevistas a familiares y amigos de la víctima

Ángel S. Harguindey
Fotograma de 'The Investigator: A British Crime Story'.
Fotograma de 'The Investigator: A British Crime Story'.

Han pasado 30 años desde que en 1985 desapareció Carole Pakman. Su marido, Russell Causley, fue acusado 11 años después de haberla asesinado. Desde entonces, 1996, cumple condena de cadena perpetua en una cárcel británica. Nunca se encontró el cadáver. Su hija, Sam Gillingham, pide ayuda al detective privado Mark Williams-Thomas para tratar de resolver el misterio y encontrar a su madre. Estos son los mimbres con los que ITV produjo The Investigator: A British Crime Story que se estrenó en 2016 y que puede verse en Netflix, una serie de cuatro capítulos basada en hechos reales y en la que se entremezcla la recreación de los hechos con entrevistas a familiares y amigos de la víctima e investigadores.

Si había alguna duda sobre qué supera a qué, si la realidad o la ficción, el caso de Carole Pakman las despeja: difícilmente un buen equipo de guionistas habría imaginado una trama tan compleja, un alarde de las miserias a las que puede llegar el ser humano como en este suceso. Un marido maltratador y narcisista, una mujer aterrada, una amante que no duda en establecerse en casa del matrimonio y convivir con la familia, una hija adolescente que apenas entiende la situación, la desaparición de la madre, suplantación de la personalidad, un intento de estafa del marido y la amante que les lleva a prisión, mentiras y más mentiras hasta que se reabre el sumario de Carole Pakman y acaba con una sentencia a cadena perpetua en uno de los escasos juicios en Gran Bretaña en los que se condena a alguien por asesinato sin que aparezca el cadáver.

Guillermo Cabrera Infante y su mujer, Miriam Gómez, afincados en Londres y fervorosos seguidores de El Caso -un semanario español especializado en crímenes que se cerró en 1997-, solían decir que si se escarbara en cualquier jardín particular de Inglaterra se encontrarían restos humanos. La contemplación de la interesante The Investigator confirma la teoría.

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