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arte

No sobrevivir en la facilidad

Ocho artistas releen el pasado de cuatro de los museos históricos de Madrid

'Moles y manchones', de Julia Spínola.
'Moles y manchones', de Julia Spínola.

La cosa aquí va de mediaciones, malentendidos, reformulaciones y otras paradojas. De cómo muchas de las prácticas artísticas contemporáneas trabajan con la realidad intentando provocar un impacto, por mínimo que sea, que pueda estimular un cambio: de actitud, de aproximación, de lectura. La teoría la sabemos: el arte es un productor de conocimiento, un marco crítico capaz de ofrecer otras lecturas posibles sobre su entorno. Aunque el lado práctico es mucho más complejo, ya venga del museo, del centro de arte o de las diversas posturas de mediación entre arte y público. ¿Cómo puede tener el arte una proyección real en la sociedad? ¿Cómo leernos sin distancias?

Hablamos de la necesidad de estructuras más dinámicas, ligeras y en constante redefinición. De nuevas formas, tiempos y espacios de contexto. De estrategias de conexión y de proyectos que busquen otros canales efectivos de aproximación al arte contemporáneo. Es el caso de Mutaciones, el programa de intervenciones artísticas de la Comunidad de Madrid en cuatro de sus museos históricos: Casa Museo Lope de Vega, la Casa Natal de Cervantes, el Centro de Interpretación de Nuevo Baztán y el Museo Picasso-Colección Eugenio Arias.

El ciclo aúna propuestas específicas pensadas para cada uno de estos museos tras un dilatado proceso de visitas, investigación, intercambio, negociación y ensayo. En la mayoría de los casos, el énfasis está puesto en ese proceso impalpable y de resultado volátil, en acciones mínimas que invitan a leer el arte como un eterno espacio de duda. Lo hace también el título, No siempre que estuvimos/estuvimos, un verso y medio que Beatriz Alonso, la comisaria de este proyecto, ha cogido prestado de los 31 poemas de María Salgado.

Obra de Diego Delas en el Centro de Interpretación de Nuevo Baztán de Madrid.
Obra de Diego Delas en el Centro de Interpretación de Nuevo Baztán de Madrid.

Los cuatro museos históricos reúnen el trabajo de ocho artistas que proponen una lectura del pasado desde posiciones fragmentarias y discontinuas, bajo el lenguaje de lo cotidiano. “Entre líneas”, apostilla Wilfredo Prieto en la casa de Lope de Vega. Afinen el oído tras su cama, bajo la mesa o en la alacena. Apenas son inteligibles las cuñas publicitarias que discurren aceleradas como la letra pequeña de los anuncios en televisión, para evitar que la parte más abusiva de un acuerdo sea fácilmente leída. Prieto trabaja aquí con el lenguaje como herramienta de control y con la publicidad como una forma de literatura negligente, desde el Siglo de Oro hasta hoy. Ya en el jardín de Lope, Marta Fernández Calvo se sentó durante una hora diaria y un año en el mismo banco para observar qué había de rutinario en un espacio abierto como aquel. Aparecieron patatas fritas y violines y desaparecieron los bancos y el olor a frito.

También mucho de lo que recoge una publicación a modo de diario. También un libro doble es la propuesta del colectivo PLAYdramaturgia en la Casa Natal de Cervantes, en Alcalá de Henares, que invita a releer este espacio desde distintos polos. El diálogo con la propuesta de Leonor Serrano Rivas encaja a la perfección, al haber plantado un telón sustituyendo el toldo del patio, que transforma cualquier visita en escena sin guion y el museo en escenario sin actores. Festiva es la propuesta de Marc Vives en el Museo Picasso-Colección Eugenio Arias, ya que se ha volcado en hacer el cartel de las fiestas populares de Buitrago de Lozoya, y en reflexionar sobre la imagen de un lugar y los deseos que se proyectan a través de ella.

En el Centro de Interpretación de Nuevo Baztán están las dos propuestas más contundentes. Inaugurado en el año 2003, este espacio tiene como finalidad dar a conocer al público la figura de Juan de Goyeneche, así como la planificación arquitectónica llevada a cabo por José de Churriguera. Julia Spínola tira del hilo de una antigua fábrica de vidrio para sus Moles y manchones, grandes vasos de cristal que responden a conceptos arquitectónicos como masa movida o balanceo, y Diego Delas juega con la idea de amuleto y ornamento, entre el gesto y el signo. Por último, Luz Broto ha conseguido acortar distancias, aunque sean temporales. Del 4 al 30 de septiembre, tres de estos museos reducirán su horario de apertura dos minutos cada día para acercarse al del Museo Picasso-Colección Eugenio Arias, mirando al más pequeño, al más alejado, asumiendo una identidad que no les corresponde.

‘No siempre que estuvimos/estuvimos’. Museo Casa Natal de Cervantes, Casa Museo Lope de Vega, Museo Picasso-Colección Eugenio Arias y Centro de Interpretación de Nuevo Baztán. Madrid. Hasta el 10 de septiembre.

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