Cada vez menos excusas para piratear
Los canales estrenan las series más cerca de su emisión original en un intento de disuadir a sus seguidores de recurrir a esta práctica ilegal
El espectador de series no quiere esperar. Los canales y las plataformas online lo saben y hace años se pusieron manos a la obra para acortar cada vez más los plazos entre el estreno en su país de origen y su emisión en España. Ahora, las recientes temporadas de The Leftovers, Better Call Saul, The Handmaid's Tale o The Americans se han podido ver a la vez o pocas horas después de su estreno en su país de origen y para muchos seguidores de Juego de tronos sería impensable tener que esperar ni siquiera 24 horas para ver las nuevas aventuras de los Stark, Lannister, Targaryen y demás casas de los Siete Reinos.
Lo que en los tiempos de Perdidos era una excepción (la emisión de su final de forma casi simultánea a EE UU en Cuatro marcó un hito en 2010), ya se ha convertido en la norma. El tiempo de espera entre la emisión original y la española es cada vez más corto e incluso inexistente. Plataformas como Netflix, HBO España o Amazon Prime Video lanzan sus producciones propias en todo el mundo a la vez. Antes, los canales de pago ya llevaban años acortando plazos con un objetivo en mente: dar al espectador lo que quiere y, de paso, eliminar excusas para la piratería.
La era con más producción de ficción televisiva de la historia tiene su reflejo en la multiplicación de las opciones para poder consumirla. "Entre canales, plataformas y nuevos operadores, estamos estrenando en España casi el 90% de las series de las que todo el mundo habla", destaca Daniel Pérez, director general de Fox Networks Group en España. "Nunca se habían producido tantas series y nunca se habían estrenado tantas series en nuestro país", añade. De esta forma, se elimina una de las principales excusas para la piratería: la serie que quiero ver no está disponible. O que no esté disponible para ver cuando, donde y como quiera. "Los usuarios prefieren la comodidad y seguridad frente a las descargas", dice Yann Lafargue, responsable de Comunicación Corporativa para Europa, Oriente Medio y África en Netflix. "Combatir la piratería no es cuestión de un país o mercado en concreto, sino de escuchar qué está pidiendo el consumidor y ponerlo a su alcance a un solo clic", añade.
Así, y siguiendo los cambios en los hábitos de los espectadores, las cadenas y plataformas han ido prestando más atención al consumo de vídeo bajo demanda, muy habitual en el caso de las series. Según el Panel de Hogares de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia del último semestre de 2016, Netflix ya está presente en unos 540.000 hogares, doblando el dato de seis meses antes. Movistar estaría en 1.207.000 hogares y Rakuten TV (antes Wuaki) en unos 122.000 hogares (aún no había datos para HBO España ni Amazon Prime Video).
Otra de las excusas habituales para la piratería es tener que esperar demasiado para ver una serie desde su estreno en su país de origen. En un mundo conectado globalmente la conversación sobre series también es global y ningún espectador quiere quedarse sin poder comentar el nuevo giro de la historia o que alguien le estropee su serie favorita por no haberse emitido aún en España. Al acortamiento de plazos temporales ha contribuido una mayor aceptación de la versión original con subtítulos, lo que posibilita el estreno sin tener que esperar al doblaje. "Antes había un cierto rechazo a la versión original en series, pero ese mercado se ha ido creando primero en la piratería, porque era el modo de verlo, y nos hemos ido adaptando a eso", señala Álex Martínez Roig, director de Contenidos de Movistar +, que destaca que series como Juego de tronos ya tienen más seguidores en versión original que doblada.
Sin embargo, otro tipo de público prefiere esperar y escuchar a los personajes en castellano. "Seguimos siendo muy de versión doblada", dice Pérez. "Lo que intentamos es atrapar al público que va a ir a buscar la serie a Internet y que, por tanto, va a consumirla en versión original subtitulada. Es un público muy de calidad al que hay que cuidar", dice el responsable de Fox, donde, desde 2010, The Walking Dead se puede ver menos de 24 horas después de su emisión en Estados Unidos en versión doblada. "Pero en este caso estoy convencido de que si no la tuviéramos doblada y fuera solo subtitulada, también daría unos datos muy buenos. Pero, como Juego de tronos, son casos muy especiales".
Parece que los esfuerzos, aunque lentamente, empiezan a surtir efecto. Según un estudio de la Coalición de Creadores, la piratería descendió en 2016 un 4,2%, el primer descenso en 10 años. "Ahora tenemos la sensación de que la gente habla de los sitios donde ve las series y no de dónde se las descarga", remata Pérez.
El precio de la televisión
Según el último estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), publicado en marzo de este año y centrado en jóvenes de entre 15 y 24 años, el 71% de los que descargan contenidos ilegales no lo haría si fueran más baratos y asequibles. Y así se llega a la otra excusa para la piratería: el precio. "En series, la oferta legal es barata. Pero el problema aquí es de concienciación cultural", argumenta Martínez Roig. "A nadie se le ocurre entrar en una frutería y llevarse un kilo de naranjas sin pagar". "La excusa del precio siempre va a estar ahí", añade Pérez. "Y entramos en el debate sobre la gratuidad o no de la cultura y el entretenimiento. Evidentemente, tiene un precio. Nosotros traemos las series a España, pagamos los derechos, hacemos un esfuerzo para que el espectador esté contento, pero el espectador tiene que asumir una parte".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.