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Robin Wright: “House of Cards’ me ha enseñado a correr en sentido contrario a la política”

Movistar Series estrena al completo la quinta temporada de la ficcion política

Es un tópico decir que el arte imita a la realidad, pero en el caso de House of Cards ha ocurrido lo contrario —otro tópico— y, para bien o para mal, la realidad política de EE UU, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, parece haber imitado a la televisión. “Rodamos hace un año y, sin embargo, mostramos lo que está pasando”, dice con asombro la actriz Robin Wright de la serie política que protagoniza, cuya quinta temporada se estrena ahora (completa en Movistar Series a partir de mañana).

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La actriz, de 51 años, no oculta sus temores como intérprete y como ciudadana de su país. Wright interpreta a Claire Underwood, esposa del presidente Frank Underwood (Kevin Spacey). Ambos controlan una Casa Blanca corrupta en la que sus ansias de poder y su capacidad de manipulación les han convertido en reyes. “No me puedo ni imaginar cuan corruptos pueden llega a ser”, describe la intérprete a EL PAÍS, sin especificar si habla de la serie o de la realidad política.

También productora ejecutiva de la ficción, Wright ha visto cómo su personaje ha ido ganando importancia con el paso de las temporadas. “Ha aprendido del mejor, de las tácticas de su marido, y ahora veremos cómo, utilizando el mismo plan, se traza el suyo para dejar de ser una observadora estoica”. Esta nueva entrega es la primera sin su creador, Beau Willimon, al frente.

Wright ha aprendido mucho con la fama que le ha reportado House of Cards. Cuatro veces candidata por su papel tanto a un Emmy como a un Globo de Oro, que ganó en 2014, ha sabido llevar esa relevancia pública a cuestiones ajenas a su carrera, como la defensa de la mujer y de la igualdad laboral de sexos. “Igual trabajo significa igual salario”, resume de la pública batalla que mantuvo cuando descubrió que su sueldo era más bajo que el de Spacey.

“Lo bueno de la fama es para qué la usas. Crea una conversación, una vía de comunicación que te permite hablar de lo que es importante. Yo creo en una serie de ONG. Trabajo con mujeres en el Congo. Creo que el feminismo no es la exclusión de otros géneros sino la inclusión de todos de forma igualitaria. Lo que digo: el mismo trabajo, el mismo sueldo. Así de simple. Y dado que la fama me permite estar ahí, es bueno mantener el mensaje alto y claro”, se explaya.

No existe tensión con Spacey. Muy al contrario, al hablar de su compañero de reparto se la nota cómoda. Es tal la familiaridad que en ocasiones, tras una toma, ni se había dado cuenta de que estaba delante de las cámaras. “Dios bendiga esa camaradería”, se ríe.

Pero el final de la serie se va acercando. A juzgar por su discurso, es seguro que habrá al menos una sexta temporada de House of Cards. A partir de ahí, Wright no se pronuncia. “Es el problema con las series que van más allá del primer año, que tienes miedo de reciclar, regurgitar las mismas ideas”.

Echará de menos encarnar a Claire Underwood, pero sus planes inmediatos son otros. En el cine tiene pendientes los estrenos de Wonder Woman y Blade Runner 2049. La televisión le sirve como campo de entrenamiento para lo que realmente quiere hacer: la realización. “He dirigido tres o cuatro episodios, ya ni me acuerdo”, apunta, tras agradecer al equipo de la serie su paciencia. También le apetece disponer de más tiempo para viajar sin esperar al descanso entre temporadas. Lo que tiene muy claro es su desinterés absoluto por la política. “Ni entiendo de política ni me interesa. La serie me ha enseñado mucho, pero para correr en sentido contrario, a Groenlandia si es necesario”, sentencia.

Tras esta nueva temporada de House of Cards, la presencia más inmediata de Robin Wright en pantalla va a ser Wonder Woman, que se estrena en breve y en la que interpreta a la General Antíope, tía de la protagonista. “Si tengo que elegir, me quedo con la amazona”, dice divertida, sin ocultar su preferencia por las chicas guerreras. Rememora que ya tuvo su época de “mujeres heridas, esposas dolientes” al principio de su carrera, así que está encantada.

Más complicada fue la transformación física, primero ganando musculatura para el filme “y luego perderla, porque si no parecía un culturista embutida en los trajes entallados de Claire”. Incluso sugirió poner mangas a un par de modelos de los que luce en la serie como primera dama para ocultar sus bíceps.

El espíritu de una amazona

Doblete. Eso es lo que hace estos días Robin Wright con su carrera. Mientras que en televisión es Claire Underwood, en cine interpreta a la General Antíope, la tía de Wonder Woman. "Si tengo que elegir, me quedo con la amazona", dice divertida, sin ocultar su preferencia por las chicas guerreras. Como recuerda, ya tuvo su época de "mujeres heridas, esposas dolientes" al principio de su carrera así que está encantada con este cambio de tercio. Lo malo fue el cambio de cuerpo. Primero fue la musculatura que tuvo que esculpir en sus carnes para estar a la altura de los demás en Wonder Woman. "Y luego perderla, porque si no parecía un culturista embutida en los trajes entallados de Claire", describe divertida. Tan complicado llegó a ser el tema de la forma física que Robin sugirió poner mangas a un par de modelos de la primera dama para poder ocultar los bíceps.

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