“Es inexplicable que Assange mantenga la cordura”
Un documental sigue al fundador de Wikileaks y su abogado, Baltasar Garzón, durante tres años de compleja batalla política y judicial
Julian Assange ha decidido comprarse unas lámparas de rayos UVA para compensar su falta de exposición al sol dentro de la embajada de Ecuador en Londres, de la que lleva sin salir desde junio de 2012. Pero algo sale mal y se quema el lado derecho de la cara. “Esto me va a doler luego”, dice riendo, mirando a la cámara. Clara López Rubio y Juan Pancorbo, dos directores noveles, se han pegado a él y a su abogado durante tres años para rodar Garzón / Assange, el juez y el rebelde, un documental que relata el complejo caso del fundador de Wikileaks, pero sobre todo, la alianza entre dos personajes controvertidos que acumulan tantos admiradores como enemigos. “Si eres más que un periodista, necesitas más que un abogado” es el eslogan con el que promocionan la película, que estrena el canal Historia el 29 de mayo (22.00).
Aparentemente, los protagonistas son “muy diferentes", explica Pancorbo. “Garzón está muy ligado a Andalucía, a su pueblo. No sabe mucho de ordenadores ni de nuevas tecnologías y fue un funcionario que trabajó toda su vida para el Estado". Assange es un nómada, un pionero de Internet y se le considera un antisistema. En el documental, sin embargo, aparecerán similitudes. “Baltasar también es un hacker, un hacker distinto. Sus cambios en el sistema”, afirma la abogada Renata Ávila, refiriéndose al impulso que Garzón dio a la jurisdicción universal, "revolucionan las cosas. Y eso es lo mismo que hace Julian". El exjuez de la Audiencia Nacional aceptó la defensa del fundador de Wikileaks pro bono, es decir, sin cobrar, convencido de que no está defendiendo a un presunto violador, sino que trabaja en un caso sobre la libertad de prensa y el derecho a la información. Mientras su cliente vive recluido en 30 metros cuadrados, él viaja por el mundo (EEUU, Ecuador, Suiza, Reino Unido...) buscando apoyos.
Pancorbo y López Rubio siguen al equipo de abogados de Assange, encabezado por Garzón, por Ecuador, Reino Unido, Suiza, Estados Unidos, Suecia, Alemania y España. La fiscalía sueca quiere interrogar al fundador de Wikileaks por un presunto delito sexual, pero Assange teme que sea una trampa para extraditarlo a EE UU, donde hay "un proceso secreto" en su contra. Ecuador decide concederle asilo diplomático y la defensa del periodista pide a la fiscalía sueca que le interrogue por videconferencia o en la embajada en Londres. El tira y afloja durará cuatro años, hasta que finalmente, en noviembre de 2016, es interrogado en la sede diplomática por un presunto delito de violación.
Era el segundo triunfo de Assange. La primera victoria de su equipo de abogados, aunque finalmente no tuviera las consecuencias deseadas, había venido de manos de la ONU. Garzón había decidido llevar el caso al Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Detenciones Arbitrarias, que dedicó 16 meses a analizar el proceso recabando información de todas las partes implicadas. Finalmente calificó de detención ilegal la situación de Assange. El documental muestra la euforia del fundador de Wikileaks: "Han perdido", declara desde una ventana de la embajada sosteniendo la resolución de Naciones Unidas mientras sus seguidores aplauden desde la calle. Pero nada cambia en los siguientes meses. Chelsea Manning, la ex analista militar a la que Wikileaks filtró información confidencial de EE UU acaba de salir de prisión tras ser conmutada su pena de 35 a 7 años. La fiscalía sueca ha anunciado una rueda de prensa para hablar del caso de Assange este viernes, aunque no ha avanzado detalles.
"Es inexplicable que Assange haya mantenido la cordura recluido durante todo este tiempo. Que no haya dejado de mantener su organización y seguir trabajando. Admiro esa tenacidad", afirma Pancorbo, el codirector del documental. "Nos costó mucho ganarnos su confianza. Les preocupaba mucho que la película pudiera perjudicar el proceso. Tuvimos que comprometernos a no hacerlo", añade López Rubio. Durante el rodaje organizaron un visionado de la película con Assange y miembros del gobierno ecuatoriano. Los directores del documental prefirieron no profundizar en las denuncias planteadas en Suecia por delitos sexuales. Sí dan cuenta, no obstante, de la pérdida de apoyos del fundador de Wikileaks. En la cadena Fox alguien pide que "le peguen un tiro". La líder del Tea Party, Sara Palin, le llama "antiamericano con sangre en sus manos", pero años después le pide perdón públicamente. Assange se había convertido en involuntario aliado de Donald Trump con nuevas filtraciones de Wikileaks sobre Hillary Clinton. Los enemigos cambiaban de bando.
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