Valdano, no
La forma que tiene Valdano de comentar en beIN LaLiga los partidos del equipo de Chamartín se parece a la de un síndrome de Estocolmo sin posibilidad de cura
Valdano, no. Durante la mayor parte del tiempo, sus elegantes trajes, su discurso aterciopelado, su condición de tipo alto y guapo, su galanura y su supuesta cultura general, además de la indudable mezcla de sabiduría y experiencia futbolísticas fruto de muchos años como jugador y entrenador que se le presupone –un purasangre de la condición cool, en suma- se llevaron al huerto a la mayor parte de la gente. Pero ya. Ha llegado el momento de decirlo. Valdano, no. Al menos como comentarista televisivo de partidos de fútbol, no. Al menos como comentarista televisivo de partidos de fútbol del Real Madrid, no.
Jorge Valdano jugó en el Madrid (1984-1987). También lo entrenó (1994-1996). Luego fue su director deportivo (2000-2004). Y por fin fue director general del club y adjunto al presidente, Florentino Pérez para más señas. Nunca escondió su amor al color blanco. Normal. No podría hacerlo. Es un incondicional del Real Madrid. En calidad de tal, no debería comentar partidos del Real Madrid, o como poco no debería comentarlos así.
La forma que tiene Valdano de comentar en beIN LaLiga los partidos del equipo de Chamartín se parece sospechosamente a la de un síndrome de Estocolmo sin posibilidad de cura. Y así, a veces le pasan a Valdano cosas raras, como por ejemplo, ayer en el partido de Copa del Rey Real Madrid-Celta.
Los de Vigo, uno de los dos o tres equipos españoles que mejor fútbol han hecho en lo que va de temporada, controlaron el partido sin demasiados problemas en Chamartín. Eso es un hecho y otro hecho es que ganó 1-2 sin despeinarse demasiado. Bien, pues nada de eso, ni el buen juego, ni la solidez defensiva, ni el contraataque letal ni la madre que parió a los celestes de Vigo mereció no ya el elogio sino al menos el reconocimiento del comentarista más molón de la televisión española y de las demás. "Poco a poco, el Madrid irá presionando y sometiendo al Celta", decía. "Ya lo verán, ya", parecía casi querer decir. El gol de rebote de Marcelo y un gol cantado de Benzema que acabó en el cuarto anfiteatro (seguro que Valdano lo cantó) fueron todo el bagaje blanco. El Celta seguía a lo suyo. Pum, 0-1. Pum, 1-2. Y Valdano también, que si qué clase tiene Modric, que si qué difícil es quitarle el balón a Casemiro, que si que bien juega el Madrid este año... ¿Y el Celta? Ni estaba ni se le esperaba. Solo, al final, un lánguido y casi triste: "Es que el Real Madrid no ha sabido generar ocasiones". Ese fue, al parecer, el único motivo de la victoria de la chavalería de Vigo.
Los exjugadores no deberían comentar partidos de sus exclubes, salvo que demuestren a las claras que son capaces de frialdad, dato y ecuanimidad. No es el caso de Valdano. Canta demasiado. No basta con parecer un gentleman, lo ideal es serlo y si no, estarse callado. beIN LaLiga es una plataforma que mucha gente contrata y utiliza. Gente que puede ser de Madrid o de Vigo. Y del Madrid o del Celta, pongamos por caso. Los directivos de la cadena deberían pensar en ello. Claro que el caso Valdano no es el único. ¿Alguien ha reparado en la forma de comentar los partidos del Athletic que tiene Santiago Segurola? Les animo a que lo hagan. Pero si no es del Athletic, querido lector y espectador, pobre de usted. Lamentará no haberse aficionado al water-polo en vez de al fútbol. ¿Comentaristas = hinchas? Buena ecuación, sí señor. Otra pregunta/reflexión: ¿Habrá escuchado alguna vez el tándem Valdano-Segurola comentar partidos al tándem Carlos Martínez-Michael Robinson antes en Canal + y ahora en Movistar +? Por preguntar que no quede. Y de todo se aprende.
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