Esto era la TDT
Si te gusta la autoayuda, los docu-realities son lo tuyo. Todo cabe: preparan bodas, curan a tu perro, hacen tatuajes...
La TDT arreglará tu vida. Si guardas antiguallas, te hará ganar un buen puñado de dólares. Si tu casa es una ruina, la remodelará hasta convertirla en la de tus sueños. Es más, si tienes un trabajo basura y facturas por pagar, tu jefe te ayudará. En resumen, pasar el día frente al televisor, te salvará. O al menos podrás consolarte pensando que tu vida no es la peor.
Si te gusta la autoayuda, la televisión digital terrestre es lo tuyo. En su ensalada de canales intercambiables conviven docurrealities como La casa de empeños, Cazatesoros o El jefe infiltrado. Todo cabe en el formato: preparan bodas, curan a tu perro, hacen tatuajes y construyen casas del árbol. No parece apasionante, pero, tras ver medio minuto, caes en una red difícil de escapar.
Los ganchos están medidos para captar al espectador. ¿Cuánto dinero ganará ese anciano por su antiquísima Biblia tocada por Jefferson?¿Cómo quedará el baño de una familia compuesta por un padre amputado que combatió en Irak, una hija con leucemia y una madre que sobrevivió a un terremoto?.Todo tiene ese aire de terrorismo sentimental, de buenismo. 40 minutos es lo que necesitan para ser felices. La realidad exagerada del reality siempre es más satisfactoria.
El formato se extiende por la TDT sin rubor. Como dijo el sabio programador: si algo funciona, multiplícalo. Canadá tiene hectáreas suficientes para cobijar varios Asaltacasas o Tu casa a juicio. Un doblaje impostado y una factura barata son la mezcla perfecta para que canales de bajo presupuesto como Mega, DKiss o Divinity repitan los programas sin importar cuándo, cómo, ni cuánto.
Y si has tenido suficiente autoayuda por un día, la TDT siempre tendrá esperando La que se avecina o Aquí no hay quien viva, en bucle 24 horas del día sin orden ni concierto. Podrían dejar de rodar la serie de Montepinar y, aun así, sus latiguillos seguirían siendo lo más visto del día. El espectador español es, al fin y al cabo, animal de costumbres.
Por este contenido cambiamos las antenas en 2010. Para seguir viéndolo, tendremos que volver a sintonizarnos en 2020. Sí, esto era la TDT.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.