Liev Schreiber: “Ray Donovan y Tony Soprano vienen de mundos parecidos”
La cuarta temporada de la serie se estrena en Canal + Series
Ray lucha contra sí mismo, contra su pasado y contra su presente. Su trabajo como solucionador de problemas no le hace la vida más fácil, precisamente. Su familia tampoco. Ray Donovan llega a su cuarta temporada —que arranca en Canal + Series en la noche del lunes al martes (0.40)— con el protagonista tratando de reconectar con sus creencias y de redimirse como padre y marido.
El actor Liev Schreiber (San Francisco, 1967) se muestra muy orgulloso de los nuevos capítulos y apunta al que será uno de los temas centrales de esta nueva entrega: la fe. "Qué lugar ocupa en nuestras vidas y en nuestra cultura, cómo la entendemos, cómo nos relacionamos con ella. También nos preguntamos qué es ser un hombre en el siglo XXI y cuál es nuestro rol, además de grandes cuestiones sobre la sexualidad o el lugar que ocupa el padre en una familia", adelanta el actor. "Trataremos algunas de esas preguntas profundamente espirituales. Además, Ray y Mickey intentan una nueva relación, lo que creo que será divertido para la audiencia", cuenta Schreiber a EL PAÍS en una entrevista telefónica.
En las tres temporadas que lleva la serie en antena, el personaje de Ray Donovan ha evolucionado en su búsqueda por encontrar una forma de manejar su mundo exterior e interior. "Creo que está buscando una nueva estructura, un nuevo sistema de valores porque el viejo claramente no funciona para él", explica el actor, que apunta a una versión más "luminosa" de Ray en los nuevos capítulos.
Para Schreiber, el éxito que ha encontrado en los últimos años es en realidad consecuencia de haber elegido los proyectos adecuados y rodearse de la gente apropiada. "He tenido la extraordinaria suerte de tener una gran química con la gente de la que me he rodeado recientemente", asegura, refiriéndose, además de a la serie, a su participación en el filme Spotlight, la última ganadora del Oscar a mejor película. Del reparto de Ray Donovan, destaca su relación con Jon Voight, su padre en la ficción. "Me encanta trabajar con Jon. Creo que representamos diferentes polos de la actuación y es muy divertido combinarlos. En esta temporada, uno de los temas subyacentes es cómo tratar con los pecados del padre. Ray y Mickey van a pasar más tiempo juntos", destaca.
Donovan ha sido una de las incorporaciones más recientes al grupo de antihéroes que ha reinado en la televisión en los últimos años. De hecho, Schreiber confiesa que no le cuesta imaginarse a su personaje cruzándose con uno de los grandes: Tony Soprano. "Vienen de mundos parecidos. Pero podría ver ese encuentro terminando también en un baño de sangre", bromea. "Creo que en el núcleo de cualquier antihéroe se encuentra la bipolaridad de la misma idea, el bien y el mal enfrentados, la belleza y la fealdad. Esos opuestos pueden coexistir dentro de nosotros", reflexiona el actor sobre la atracción de los espectadores por personajes como el suyo, que generan amor y odio al mismo tiempo.
Schreiber confiesa hacer algo que pocos compañeros le recomiendan: leer las críticas sobre sus trabajos interpretativos. "Es un viejo hábito que arrastro de mis días en el teatro. Tengo una piel extrañamente gruesa para las críticas. Para mí, solo son información. Me parece interesante ver cómo el colectivo responde a mi material", confiesa.
Curtido en el cine y en el teatro, en la pequeña pantalla, además de encontrar "unos ingresos fijos para un actor con dos hijos", también ha aprendido a ser más paciente y trabajar en equipo. Pero a pesar de ver las bondades del medio catódico, no olvida las tablas. "No hay nada como el teatro por dos elementos: el periodo de ensayos y la relación única de interactuar con otros actores y con una audiencia en directo", destaca el actor. Su trayectoria en el teatro clásico y con textos de Shakespeare le sirve para comparar a Ray Donovan con otros personajes del bardo. "Ray resulta tan shakesperiano quizá por la dualidad que, para mí, define a Shakespeare como escritor. El antihéroe es una parte esencial de los dramas de Shakespeare. Ray me recuerda mucho a personajes como Macbeth, encantado por el fantasma de Banquo, o Hamlet y el fantasma de su padre, Yago, movido por los celos, y Otelo", enumera en voz alta.
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