‘Águila Roja’, un final al estilo Hollywood

"¡Falta la corona del rey!", exclama una voz detrás de una pila de vestidos del siglo XVII, cables y un vaivén de gente. Es 14 de marzo, y el Palacio Real de Aranjuez está envuelto en un inusitado trajín. Unos cuantos curiosos se agolpan detrás de unas vallas intentando echar un ojo a lo que se cuece dentro del perímetro de seguridad. "¡Ahí está el Águila Roja!", grita una señora. En medio del barullo, David Janer, reconvertido en el héroe Gonzalo de Montalvo, ensaya junto a su enemigo en la ficción, el Comisario (Francis Lorenzo), la enésima escena de lucha de la serie de TVE. Van a rodar los que, con casi toda probabilidad, serán los últimos capítulos de la serie. A falta de la confirmación por parte de la cadena pública de si será o no el final, lo que es seguro es que Águila Roja vuelve este martes (22.30) con su novena temporada, que la pública la emitirá en dos partes con el verano en medio.

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El real escenario luce majestuoso y, sin embargo, alejado de la espectacularidad que más tarde se verá en televisión. Más de un centenar de figurantes —que en pantalla se multiplicarán para parecer muchos más— atienden concentrados a las indicaciones del equipo. Por un día serán los ciudadanos de la villa medieval. Su labor es vitorear a Águila Roja y a su ambicioso hermano, mientras luchan en una encarnizada pelea con los hombres del rey.

Mientras David Janer y Francis Lorenzo pelean, a sus partenaires las retocan en la caravana que sirve de camerino. La primera en estar lista es Myriam Gallego, que se muestra encantada de rodar en este enclave. "A mí me gusta la caña, entonces también me gustan los exteriores". Levantarse a las 4.00 de la mañana, apunta, le place menos. No obstante, compensa el esfuerzo. "Los espacios naturales te dan el 50% de las escenas".

Convertida en la Marquesa, Gallego adelanta lo poco que le dejan sobre el destino que le espera a su personaje esta temporada. "La hemos conocido como un personaje fuerte, prepotente, que siempre ha estado por encima del bien y del mal. Pero en estos 13 episodios vamos a ver cómo se va hundiendo, arrodillando ante Hernán, ya que su objetivo es llegar al trono de las Españas". Si se confirma que la historia llega a su conclusión, confiesa el final que le gustaría para la malvada noble. "Yo la haría reina. O si no, me gustaría que la matasen. O reina o bajo tierra", bromea. 

La caracterización de Inma Cuesta es más compleja. La actriz luce media melena en la vida real, y para meterse en la piel de Margarita necesita lucir unas laboriosas extensiones. Las lleva sujeta con pinzas, pero el equipo de peluquería no se atreve a quitárselas hasta el último momento para que le duren más. Algo que no es un inconveniente para las profesionales que se encargan de caracterizar a los intérpretes, ni siquiera por la incomodidad añadida de trabajar fuera de su lugar habitual. "Estamos acostumbrados. Águila lleva ocho años en antena, hemos grabado en los sitios más recónditos y tenemos bagaje en ello", explica Blanca Díaz, jefa de Maquillaje y Peluquería. "Normalmente, cuando salimos a exteriores es porque hay escenas de acción. Se complica un poco más y el trabajo resulta un poco más duro. Pero hoy hace medianamente buen día, y se disfruta. Es un soplo de aire fresco", comenta Cuesta. 

Tramas por resolver

Cuesta quiere, como los fans de la serie, un final feliz para la pareja protagonista. "Quedan muchas tramas por resolver, muchos secretos por destapar, y van a pasar muchas cosas que la gente lleva esperando mucho tiempo". Entre otras tramas, en esta temporada Gonzalo se obsesionará con vengar el sufrimiento de su madre, el Comisario con ser rey, e Irene descubrirá por fin que está casada con su hermano y que su padre es el monarca de las Españas.

Subida a un caballo, Margarita trota con el animal hacia su amado. "'¡Gonzalo!, grita. Minutos después, otros Gonzalo y Margarita repiten la secuencia. Son dos de los ocho especialistas que, durante ocho años, han asumido la parte más peligrosa y más excitante de la serie. "Lo difícil es sorprender después de tantos años. Siempre tenemos la referencia de los especialistas de Hollywood. Lo que se ve en Hollywood se tiene que hacer en Águila Roja", comenta Gregory Brosard, jefe de especialistas y coreógrafo. 

Al otro extremo de la plaza, Francis Lorenzo descansa. Sin perder detalle de lo que ocurre a su alrededor, subido a un altísimo trono, donde grabarán unas escenas más tarde con el Rey (Xavier Elorriaga). "Grabar en exteriores como los de Aranjuez, es uno de esos regalos que te da esta profesión. Además, es una de las secuencias brillantes de la temporada", subraya el actor, que cuenta que ha vivido la temporada muy intensamente. "Se descubren muchos secretos, y en esa relación amor-odio que tengo con la marquesa, damos pasos hacia delante".

Aproximarse a David Janer es más complicado. Apenas hace una pausa al mediodía para almorzar. En ese intervalo, deja una escena a medio rodar. "La secuencia está saliendo bien, pero es complicadísima. Por todo el despliegue que hay, la multitud de gente y los medios…", cuenta el actor. "El espectador se va a encontrar esta temporada con la resolución de todos los flecos que quedaban en el aire", avanza sin entrar en detalles. Sobre si será la última, Águila Roja, como el resto del equipo, no tiene confirmación. Pero tantos años con la máscara de guerrero le han enseñado que una retirada a tiempo es una victoria. "A mi entender, acabar de pie nos honra. Yo no quiero acabar de rodillas".

Jorge Sanz y Tina Sainz, entre las nuevas incorporaciones

El capítulo 104 —el primero de la nueva temporada— comienza con un giro radical en la vida de Gonzalo, que decide instalarse en Sevilla con toda la familia para dejar atrás los recuerdos de Margarita. Este giro argumental es solo el principio de una temporada llena de giros y secretos al descubierto, a la que también se incorporan nuevos personajes, interpretados por Jorge Sanz, Tina Sainz, Manuel Manquiña y María Pedroviejo.

Sanz es Trinidad, un bandolero que vivirá una intensa trama de aventuras junto a Águila Roja. Manquiña, por su parte, es el tío Emilio, un expresidiario que se instala por sorpresa en casa de los Montalvo.  Tina Sainz y María Pedroviejo interpretan a Flora y Anaís respectivamente, dos mujeres vinculadas a un exclusivo burdel.