Iconos sobre ruedas
Discovery Max estrena el lunes la segunda temporada de ‘House of Cars’, su primera producción española en torno al mundo del motor
El taller M&M Clásicos vuelve a abrir sus puertas el próximo lunes (22.30) para que los aficionados al mundo del motor disfruten con sus nuevas aventuras mecánicas en la segunda temporada de House of Cars, la primera serie de motor española producida por Discovery Max.
A la cabeza de todo volverá a estar José Vicente, un enamorado del mundo del motor que, después de una primera temporada de “aprendizaje”, intentará en esta segunda transmitir su pasión por los coches: “No era fácil en un país como España, donde no había demasiadas referencias, estrenar un programa como House of Cars, pero la cadena apostó fuerte y parece que la cosa funcionó. Esa primera temporada nos sirvió un poco como experimento para saber qué era realmente lo que el aficionado quería ver en estas nuevas entregas”. “Nos dimos cuenta de que el espectador demandaba más motor, seguir con más detalle la evolución de los coches y en estas entregas le hemos dado casi todo el protagonismo”, añade.
Más ambiciosos
Esta es solo una de las novedades que presentará House of Cars. La segunda, según comentó Fernando Jerez, director general de Discovery Networks para España y Portugal, en la rueda de prensa celebrada ayer en Madrid para presentar esta entrega, será “poner el foco en los coches europeos y españoles, algo que hemos descubierto gracias a los comentarios de nuestra audiencia”. Así, los espectadores podrán seguir la restauración de un Pegaso Comet del 74, camión que causó furor en las carreteras españolas en la década de los setenta; un icono francés como el Citroën DS, el famoso Tiburón, o un Volkswagen Golf GTI, un clásico inmortal con motor alemán. Pero los vehículos made in USA seguirán siendo la gran debilidad de José Vicente, que tratará de devolverle, por ejemplo, el brillo perdido a un Chevrolet Impala del 63 o una pick up Chevrolet Apache del 59.
La tercera novedad de estas entregas ha sido potenciar el equipo de mecánicos que trabaja junto a José Vicente en su taller burgalés: “En esta temporada, la serie va a ser mucho más ambiciosa con el nivel de restauración de los diferentes modelos. Hemos tenido dos meses y medio —lo normal es entre seis meses y un año para cada coche— para restaurar cinco vehículos, muy poco tiempo y mucho trabajo, lo que nos ha llevado inevitablemente a, por un lado, tener una organización muy precisa en la que no tenían cabida los contratiempos y, por otro, aumentar el equipo con la incorporación de un mecánico capaz de moldear materiales como el cristal o la madera, y un tapicero que lleva varios años trabajando conmigo”.
Estas son las bazas con las que jugará esta temporada House of Cars, un espacio cuyo éxito radica, según su responsable, “en que el programa es, por un lado, la historia de una pasión, la de una familia que vive y sueña con los coches, y, por otro, que está hecho aquí y que somos algo tangible, real. Cualquiera puede acercarse a nuestro taller de Quintanar de la Sierra (Burgos) a disfrutar mirando esos coches que previamente ha visto en la televisión”.
No solo el público español podrá contemplar las joyas sobre ruedas que presenta el programa. House of Cars es un formato “perfectamente exportable al mercado internacional, al igual que Wild Frank o 24 kilates”, como destaca Fernando Jerez. Países como Italia, Rusia, Ucrania, Polonia y Rumania van a emitir la primera temporada de la serie en los próximos meses y también han mostrado interés por la producción cadenas de Alemania y de países latinoamericanos.
Pegaso Comet del 74, una gloria nacional
Un camión Pegaso Comet del 74, una vieja gloria del transporte nacional, será el protagonista de la primera entrega de House of Cars. El mal estado de conservación del vehículo, abandonado en una gravera, obligará a una restauración total con una dificultad añadida: la parte posterior es de madera y hay que reconstruirla artesanalmente.
Con esta restauración, José Vicente ha querido rendir un homenaje a los camioneros, que durante décadas usaron este modelo para su día a día. Es “el típico camión que los que tenemos más de 35 años recordamos con cariño, cómo sonaba o el humo que echaba”.
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