Fiebre política del sábado noche

Está claro que la fiebre nocturna de los sábados es la política, o para ser más precisos, la política considerada como una de las artes más repetitivas. Nada de lo que se dijo el pasado sábado en laSexta noche o en Un tiempo nuevo (Telecinco) aportó la menor novedad a lo que ya se había informado a lo largo de la semana. La encuesta del CIS, Pedro Sánchez y Rafael Hernando fueron las estrellas. Hubo más temas, naturalmente, pero las propias cadenas los deben considerar menores por lo tardío de su programación.

Dos espacios de más de cuatro horas de duración cada uno de ellos en los que se recoge lo ya sabido, se invita a representantes de partidos que no se salen ni un centímetro del guion previsto, y a varios periodistas que, también, ya nos habían ilustrado a lo largo de la semana sobre los mismos temas y que no dudan en reafirmarse en lo dicho.

En La Sexta han incorporado una subsección, Los ciudadanos preguntan, en esta ocasión al secretario general del PSOE. Dos conclusiones: la ciuadadnía es mucho más pragmática en sus preguntas que los periodistas. Preguntas concretas sobre temas concretos. Y Pedro Sánchez nos prometió un futuro mundo de color si gana las elecciones generales. Lo distintivo del programa de Telecinco es La pizarra de..., un miniespacio en el que el invitado —Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso— nos repitió todos los mantras de la campaña electoral de su partido: empleos a granel, lucha épica contra la corrupción y defensa férrea del Estado del bienestar. Un mundo de color presente. Poco importaban los datos demoledores que aportaba Fernando Garea sobre precariedad laboral o la corrupción en el PP, o las apasionadas diatribas de Cristina Fallarás: España va bien.

Y dos obsesiones: en Telecinco, el Pequeño Nicolás, un tema que, sospecho, cada vez interesa menos. Y en La Sexta, la perturbación anímica producida por una idea fija que con tenaz persistencia asalta la mente de Eduardo Inda: Podemos y Venezuela.