Los mismos sueños al otro lado del muro

Gariba trabaja como mula acarreando mercancías en la frontera con Melilla. Cruza cada día a España para poder dar de comer a sus dos hijos. Meza es actor y está esperando a saltar en la frontera que separa Sudáfrica y Zimbabwe. Karen y Miguel esperan encontrar el sueño americano en Estados Unidos. Al otro lado está Al, un jubilado que dedica su tiempo libre a repartir agua en el desierto por donde pasan las principales rutas migratorias. Son algunos de los protagonistas de Walls, un documental dirigido por Pablo Iraburu y Migueltxo Molina para Discovery Max que verá la luz a finales de año en el cine y después en la pequeña pantalla.

“No hay un informativo que no abra con un muro”, reflexionaba Fernando Jerez, director de Discovery Max para España y Portugal, en la presentación del documental. El canal tiene previsto convertir la película en una serie de varias entregas con material inédito, una vez estrenada en el cine. “Queremos que la gente se haga preguntas”, añadía el autor del documental.

“Todo el mundo está al otro lado de un muro y tiene los mismos sueños”, explica Iraburu, que recuerda cómo durante el rodaje enseñaba, a través de un dispositivo, imágenes de otras fronteras a los protagonistas de cada historia y cómo se sorprendían de no ser “los únicos” que sufrían las mismas circunstancias. “La intensidad de este proyecto surge de ahí, de las personas que hemos ido conociendo por el camino, junto a la frontera”, asegura. Una intensidad que se traduce en más de 8 meses de preproducción para encontrar a los protagonistas, tres semanas de rodaje en cada localización, de las cuales una de ellas, el equipo formado por Pablo Iraburu, Migueltxo Molina e Itziar García, la vivían sin cámaras para ganarse la confianza de cada uno de los participantes.

“Cada nueva historia o muro era una dificultad añadida”, recuerda Itziar García, directora de producción de Arena Comunicación y Txalap.art. El rodaje, que comenzó en abril de 2014, acabó de manera abrupta en el alambre de púas entre India y Bangladesh, cuando el equipo de rodaje se sintió perseguido y tuvieron que abandonar el país. A pesar de las dificultades siguen manteniendo contacto con algunos de los protagonistas del film. “Así te das cuenta de que tu peli sigue viva y cambia”, asegura Itziar García.