La imaginación también cuenta

Quizá lo único que diferencie memoria e historia estribe en la posibilidad de que el historiador sea más objetivo al interpretar los hechos que las personas que los vivieron y los transcriben basándose en recuerdos. De cualquier modo, la obra resultante dependerá de la imaginación que le eche el autor y del talento con que la envuelva. La veracidad es algo que, aunque temerariamente, se da por supuesto. En el terreno del éxito influirá que se ponga como chupa de dómine a alguien famosillo. Eso puede provocar una protesta vehemente del aludido, los medios de comunicación se harán eco y el libro se venderá como rosquillas y se promoverá la cultura. Así que, hay que echarle fantasía al asunto.