Series y literatura: el debate entre alta y baja cultura
La complejidad dramática y el desarrollo ambiguo de los personajes son puntos de contacto, ya que ambos tratan de colmar nuestra necesidad de ficción. El porqué algunas series que se ven en la intimidad del hogar han logrado imponerse en el imaginario colectivo puede deberse a la indiscutible calidad de algunas. También a las transformaciones en el consumo del ocio, que han hecho olvidar el placer de esas salas de cine que han quedado desiertas. Lo más interesante es que los canales que apuestan por proyectos dirigidos a sectores (teóricamente) minoritarios demuestran que la exigencia del "espectador medio" es mayor de lo que el infantilismo de Hollywood trata de imponer. Y así, cuanto más personal es la serie mejor se transforma en un fenómeno compartido. No es necesario darle ningún barniz de legitimidad a la televisión. Siempre se ha defendido sola, y cada serie que ha ampliado su lenguaje expresivo ha tenido el reconocimiento que supone abrir sendas por las que otros transitarán.
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