Miedo y admiración
Los paisajes de Jesús Mari Lazkano invitan al espectador a reflexionar sobre su futuro
El interés del pintor Jesús Mari Lazkano (Bergara, 1960) por la arquitectura y la naturaleza ha sido una constante en su carrera artística. Sus pinturas, de espíritu romántico y surrealista, representan con naturalismo fotográfico los vestigios de la Roma imperial, vistas panorámicas de Nueva York, edificaciones de los célebres arquitectos Mies van der Rohe o Frank Lloyd Wright y paisajes imaginarios que reflejan una naturaleza cargada de misterio. Los enigmáticos y oníricos cuadros de Lazkano, que guardan una gran afinidad con los de Giorgio de Chirico, transmiten una atmósfera de extrañeza y desasosiego a través de sus deshabitados espacios vacíos. En esta exposición, se exhiben un conjunto de paisajes de una nueva serie de Lazkano, titulada Natura Imaginis. Son paisajes surrealistas surgidos de la imaginación del artista, que reflejan una naturaleza hostil, amenazante y turbadora. Lazkano pinta la naturaleza, con minuciosidad fotográfica, como si estuviera a punto de desaparecer. Los océanos encolerizados se vacían en profundas hendiduras, las cordilleras y glaciares flotan en el aire y las montañas cuelgan invertidas encima de nubes tempestuosas. Estas imágenes de pesadilla, bañadas por una extraña y misteriosa luminosidad, están influenciadas por el surrealismo de René Magritte y el romanticismo del pintor alemán Caspar David Friedrich. En esta memorable serie, Jesús Mari Lazkano recupera el concepto estético de lo sublime, que difiere de lo bello y causa sensación de miedo y de admiración en el espectador. Como afirmó Burke, lo oscuro, confuso, incierto en las imágenes tiene un poder mayor sobre la fantasía para generar las mayores pasiones que lo que es más claro y determinado. La visión trágica de la naturaleza de Lazkano guarda afinidad con el melodramático cuadro del pintor romántico inglés John Martin, El gran día de Su ira (1853). El paisaje, bajo un cielo amenazador, representa el fin del mundo. Las montañas saltan por los aires y caen rayos del cielo, en el definitivo ajuste de cuentas de Dios con la humanidad. Los paisajes simbólicos de Jesús Mari Lazkano recuerdan la inevitabilidad de la muerte y la brevedad de la vida, e invitan al espectador a reflexionar sobre su futuro.
Jesús Mari Lazkano. Galería Altxerri. Reina Regente,2. San Sebastián. Hasta el 14 de agosto
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