Reinonas
Ian McKellen y Derek Jacobi interpretan en 'Vicious' lo que ellos mismos definen como maricas amargados
En las series de televisión españolas, el homosexual no deja de responder a rasgos arquetípicos que invitan a la risa. No es demasiado raro si tenemos en cuenta que los andaluces, las criadas, los tenderos, los adolescentes y los camareros tras la barra a menudo responden a ese mismo patrón de lo hiperprototípico. Es lo que tiene la comedia familiar como género conservador por antonomasia. Sería interesante comprobar si también en España alcanzaría la polémica que levanta en el mundo anglosajón una serie como Vicious, donde dos actores eminentes como Ian McKellen y Derek Jacobi interpretan lo que ellos mismos definen como maricas amargados, ancianos y que conviven con un cruce de maldades, de afiladas réplicas y vitriolo.
Según parece, Vicious se iba a titular Vicious old queens, pero los actores pidieron al creador, Gary Janetti, de origen norteamericano, detalle muy evidente en la serie, que no fuera tan literal, bastante literal ya es cada chiste y giro de trama. Un cruce de La jaula de las locas, Las chicas de oro y Frasier que ha llegado a la televisión pública norteamericana cuando arranca su segunda temporada en la británica ITV. Puede que lo que más maraville al público sea ver a dos bestias escénicas jugar en la distancia corta de la comedia de situación. No en vano Jacobi fue el mítico Yo, Claudio de nuestra infancia y a McKellen no le faltan los papeles de anciano eminente apoyados en su planta y su voz, aunque aún resuene su bien distinto homosexual en Dioses y monstruos, que le valió la nominación al Oscar.
Si hay algo que queda claro es que los dos actores disfrutan con la farsa, con la lengua viperina de sus personajes exprimida en cada línea de diálogo. A la espera de poder ver la serie sobre un grupo de jóvenes homosexuales en San Francisco que emite HBO con el título de Looking, algo así como una versión de la reconocida Girls, la opción de estas viejas reinonas proporciona material para el debate sobre si de verdad hay vida y personajes tras el estereotipo o es el estereotipo cómico exagerado la mejor forma de retrato que ha encontrado la televisión para contar la sociedad moderna y no morir en el intento.
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