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Nacidos en la Red

Los versos publicados en la web de Alan Mills, Eduard Escoffet, Ajo, Luna Miguel, Eugenio Tisselli, Irene X y Carlos Salem, también, una breve miscelánea multimedia

Alan Mills

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Éste es el Primer Libro escrito desde el Futuro.

Va a reventar como las olas adentro de tus sueños,

No será el mar sino apenas la memoria

De lo que ya no vendrá más.

Y menciono las olas porque Estas Páginas

Se mueven ahora entre tus manos,

Son peces anunciando el final de una enfermedad

Que jamás sufriste.

El Futuro es parecido al mar pero con hojas,

Toda nuestra materia corresponde al símbolo negro

Que ahora toca tus dedos,

Una letra besando a otra letra que besa a la otra,

Hasta formar la idea de lo que va a venir.

Nos da miedo, pero ha llegado el momento

De leer este Libro Primero.

Ajo

Historia de la humanidad

De esclavo a súbdito,

se súbdito a ciudadano,

de ciudadano a cliente

Luna Miguel

Calefacción

Me da miedo el ruido de los calefactores. Quizá porque me acostumbré al frío, al húmedo cuarto que no puedo. Que no crezco. A la húmeda humedad de aquel quiste que exprimíamos como un zumo de cristales o un esmalte. Me da miedo el ruido de los cánceres. El ruido de los ascensores. Quizá porque sin ellos el mundo se estropea. Quizá porque sin ti el mundo es egoísta. Quería un hijo y parí un gato. Quería un gato y tuve un corazón de vaca atragantado. Quería un corazón y la ciudad se llenó de luces de navidad del color del hígado. No había recuerdos hermosos en aquel acto. Había goteras y había miedo. Había húmeda humedad y había miedo. Había fuego y había fuego y había fuego.

Escoffet

la terra i el cell

dibuixa dues línies horitzontals, paral·leles.

comença per la de sota.

deixa-hi, a l’entremig,

prou espai per respirar, per morir-hi.

desvesteix l’ull.

arrisca’t a no dir-hi la teva.

 

tierra y cielo

dibuja dos líneas horizontales, paralelas.

empieza por la de debajo.

deja, en medio, espacio suficiente

para respirar, para morir en él.

desviste el ojo.

arriésgate a no dar tu opinión.

 

Carlos Salem

Erróneos, incorrectos

Te dirán que los poemas no pagan la hipoteca.

Que pintar los caminos de tu pena no lleva a ningún lado.

Que los recuerdos del vino no son sólidos.

Que pastar sin la manada es provocar la codicia del lobo.

Que el tiempo es un juez insobornable.

Que la revolución empieza por comprar muebles de Ikea.

Que un colchón en el suelo queda lejos del Nirvana.

Que es mejor un buen curriculum que una sincera biografía.

Que las chicas malas van al cielo si un santo las recomienda.

Que la vida es un negocio que exige garantías.

Que la paz es la capital de Bolivia y la justicia una gallina ciega.

Que agachar la cabeza sirve para ver los pozos que te esperan.

Que no siempre serás joven y es mejor vender a tiempo.

Que estás equivocada o loca.

Que yo no te convengo.

Tendrán razón y tú lo sabes.

Como sabes también que la razón

nunca lloró de felicidad tras un orgasmo,

o de premonición con un verso de Ángel González,

ni paseó sin bragas por una calle transitada,

o voló aferrada a los barrotes de una ventana.

No se sintió de cristal pero irrompible,

no saltó al vacío con los ojos bien abiertos,

ni fue vestida con pétalos de rosa

por dentro

y para siempre.

Por eso,

porque lo sabes

pero vienes,

es que vamos

erróneos e incorrectos.

Y por eso,

es que contra todos los reglamentos

y manuales,

te quiero.

Irene X

Pulverizar la rosa

Hoy he soñado que te morías yme llamaba yo para contármelo.

Mi voz sonaba terriblemente preciosa esto debe ser la definición definitiva cvomo auqella canción que se llama como mi película favorita hace 15 años. Ésa en la que una niña podía mover libros con solo cerrar los ojos y escribir 'abejorro' con estos bien abiertos. 

Una tormenta de verano es una lágrima ajena en ojo propio. Como si volcarse en mí no fuese, literalmente, volcarse en mí. Como una gotera de ácido sobre la cama, que va convirtiendo el lecho en una de muerte. 

He bailado de tal manera que el último péndulo podía haberte apuñalado con las caderas.

Me estoy largando en los huesos para que vuelvas a quedarte colgada de quién te dió de comer mientras pasaba hambre.

Para que nunca olvides que antes de mí fuiste yo. Que en tu pasado siempre puedas perdonarme taparle los ojos como una niña caprichosa al futuro. Lo siento y sé que tu también lo sientes, pero ya no sentimos lo mismo.

Estoy cansada de adaptarme al medio. Ahora quiero que todo el cítrico se adapte a mí, mi media Clementine.

Nos van a diagnosticar felicidad como si no la hubiésemos padecido antes. Te juro que tus recuerdos no pueden más conmigo. 

He rezado una oración dónde eres el sujeto elíptico de la tristeza,

no te rías.

Esta acanción va a volarme la cabeza y lo voy a poner todo perdido de fotos tuyas sonriendo.


Eugenio Tisselli

3.

Prescinde de la sabiduría; abandona la inteligencia

Reparte con temeridad al cuidado del desprecio

Abandona la angustia de la maldad

Encórvese con dolor en el cuello de la depravación

Ser arco en el calambre del istmo, declinar

Se consume para zambullir: panzazo fuera de control

Monopoliza aborto visceral

Una silla hacia la tierra en el final de la línea

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