'Treme', el espíritu de una ciudad
por Guillermo Altares y Fernando Navarro
Pocas ciudades en el mundo tienen una historia tan profunda y sugerente como Nueva Orleans. No se trata solo de que es una de las capitales mundiales de la música, tal vez LA capital mundial, sino de la pátina literaria, casi mítica, que ha acompañado siempre esta urbe del sur de Estados Unidos. Nueva Orleans, the big easy, era la ciudad de Un tranvía llamado deseo y de ese magnífico retrato de la derrota llamado El rey del juego, que relata la mejor partida de póker de la historia del cine. A partir de ahora, después de 36 episodios y cuatro temporadas (que TNT empieza a emitir el domingo 16 de marzo), Nueva Orleans será siempre la ciudad de Treme, la serie que David Simon creó para la HBO después del éxito de The Wire.
Treme –nombre de un barrio de la ciudad– relata la historia de varios personajes, a lo largo de varios años, después del paso devastador del huracán Katrina en septiembre de 2005: un músico que se busca la vida, una violinista que pasa de las calles a los escenarios, una abogada especializada en derechos civiles, una chef, el jefe de un grupo de Indios, que se pasa todo el año cosiendo espectaculares trajes para el Mardi Gras, un policía honesto, un constructor sin muchos reparos, un insoportable disc-jokey, niño pijo que juega a ser un bohemio... Ninguno de ellos es un arquetipo, todos están vivos y entre todos forman un complejo y vivo retrato de la sociedad de Luisiana. Y queremos saber qué ocurre con todos ellos en esta última temporada.
La serie engancha por los personajes, es indudable, y también por el retrato de una ciudad única que ha convertido la mezcla de culturas en la mejor música del mundo. Pero, más allá, Treme es también la historia de la capacidad de recuperación, de la supervivencia a algo tan devastador como el huracán Katrina. Su magia consiste en que mezcla las tramas con la música, la ficción con la realidad, la historia de Nueva Orleans con la de Estados Unidos y en que, ante todo, nos convence que la dignidad es mucho más fuerte que la destrucción y el abandono.
Más allá del tejido humano y social que se traza con las excelentes historias de sus personajes, Treme desprende toda su magia por su elegante y absorbente ritmo bendecido por su inigualable atmósfera musical. No es que la música sea la protagonista en la serie, es algo más. La música lo es todo. Es el cuerpo y el alma. Es el decorado y la esencia. Como si fuese el evocador caudal del río Misisipi, el mismo que ha inspirado a centenares de jazzmen desde finales del siglo XIX, la música fluye imparable y ligera dentro de cada capítulo, siendo el hilo conductor de las historias, sonando con igual naturalidad en una escena ambientada en una esquina del Barrio Francés, en una sala de conciertos, en un día de carnaval, en un funeral o a través de la emisora de una radio en un coche o de una casa en reconstrucción.
La música, cuidadosamente seleccionada con ayuda de un comité de expertos formado, entre otros, por los músicos Donald Harrison Jr., Kermit Ruffins o Rogan Davis, otorga un punto maestro y extraordinario a una serie que es una oda al auténtico sonido de Norteamérica, empezando por su canción de apertura, la hipnótica Broke Down The Door del gran John Boutté. Como dicen los expertos de jazz, en la música de NOLA (como también se conoce a Nueva Orleans) se dio por primera vez la interpretación hot. Hot, que significa “caliente”, fue el condimento emocional (gracias a unir la pasión vital con la entonación, el vibrato y la técnica) que los músicos de NOLA dieron al jazz y sus derivados estilísticos a principios del siglo XX. La serie consigue transmitir el valor de ese hot musical haciendo que el espectador, como el oyente, sienta la vida llena de esperanzas y frustraciones de Nueva Orleans. Aparte, en sus cuatro temporadas, el desfile de cameos musicales es impresionante: Elvis Costello, Allen Toussaint, Steve Earle y su hijo Justin Townes Earle, Fats Domino, The Neville Brothers, Quintron & Miss Pussycat, Sammie Big Sam Williams, Cassandra Wilson, Troy Trombone Shorty Andrews, Dr. John...
Hay una frase que lo resume todo cuando uno de los personajes asegura: “Olvida todo lo que te han dicho de Jesús, Buda o Alá, porque solo existe un Dios y se llama Professor Longhair”. Ese Dios fue uno de los más grandes maestros del piano norteamericano con sus ardientes composiciones callejeras de R&B, jazz, mambo y calipso.
Para homenajear a la serie como se merece, disfrutemos de su banda sonora:
Comentarios
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.