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SERIES

La lista más negra del FBI

Los protagonistas de ‘The Blacklist’ se prepararon con agentes reales La exitosa serie de la NBC resulta tan adictiva como ‘Homeland’

Andrea Aguilar
James Spader y Meghan Boone protagonizan 'The Blacklist'
James Spader y Meghan Boone protagonizan 'The Blacklist'

Raymond Red Reddington, un exmiembro del FBI que abandonó la agencia y lleva décadas prestando su ayuda y brillante cerebro a los delincuentes más buscados del mundo —esos inmersos en oscuras tramas de tráficos de armas nucleares y atentados terroristas—, decide entregarse. Su única condición para ayudar en la captura de sus siniestros socios, e ir tachando sus nombres de la lista negra, es trabajar con la joven detective Elizabeth Keen, que acaba de incorporarse a la agencia. Suspense, acción e intriga psicológica son algunos de los ingredientes de The Blacklist, la serie que atrapó al veterano y aclamado actor James Spader cuando recibió el guion hace apenas un año.

El instinto de este intérprete que da vida al protagonista, Red, no ha fallado: los 13 episodios de la primera temporada han batido los récords de audiencia de la cadena NBC, que en vista del éxito lanzará los próximos tres capítulos en enero. “Me gustó especialmente el hecho de que parecía como si lo que ocurre en el mundo se estuviera desarrollando en la serie y a través de los personajes. Además, tuvo la capacidad de sorprenderme”, explicó un escueto Spader, inmerso en la piel de su personaje, sin quitarse el sombrero ni las gafas de sol, en la ronda de entrevistas en los días previos al estreno en Estados Unidos.

El suspense va en aumento durante los 13 capítulos de la temporada

Los misterios se multiplican como un perverso juego de espejos en The Blacklist, que se emite los jueves (22.00) en el recién creado Canal + Series. Las apariencias, vuelve a recordarnos esta producción en línea con las adictivas medias verdades de la serie Homeland, engañan y las capas de información son múltiples y fluidas. La tensión crece con bombas a punto de estallar, secuestros y trepidantes persecuciones. La urgencia e intriga aumentan en cada episodio de una hora de duración y con un arco dramático más similar al de una película que al de una serie. El rodaje del primero de ellos duró 19 días, y tras la presentación del nudo central de la historia, entrega tras entrega van cayendo los nombres de la lista de Red.

También hay otras tramas en juego. ¿Quién es el adorable e inofensivo marido de la agente Keen en realidad? ¿Quiénes son dobles agentes? ¿Qué se esconde tras la petición de Red de trabajar con esta joven a quien se supone que no conoce? ¿Qué relación les une?

Una y otra vez el personaje de Spader sorprende y presiona a la agente Keen, interpretada por Meghan Boone, actriz con un largo currículo en el cine independiente, con películas como About Cherry, en la que daba la réplica a James Franco. Ella y su personaje no transmiten la fragilidad de Jodie Foster frente al Hannibal de El silencio de los corderos, un título que resuena de alguna manera en este serie. “Lo que más me gusta del personaje es que responde al trauma con humor”, afirmó la actriz. Para prepararse el papel se entrevistó con agentes del FBI que realizan perfiles de delincuentes y asesinos. “Mi personaje trata de descubrir las mismas cosas que intrigan al público. La pregunta que cuelga en el aire es: ¿qué es una acción criminal y que no lo es?”.

No han faltado las comparaciones de The Blacklist con Homeland, y la tensión que esta última serie ha trasladado a su masiva audiencia, tratando temas que no son ajenos en absoluto a los titulares de los periódicos. El caso es que estas dos producciones televisivas además comparten un mismo actor, el canadiense Diego Klattenhoff, que interpreta al mejor amigo del soldado Nicholas Brody, protagonista de Homeland.

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Sobre la firma

Andrea Aguilar
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.

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