“La coyuntura ayuda a ‘Salvados”

Los efectos de la crisis, los desmanes de los políticos y los inabarcables casos de corrupción son el material con el que en los últimos años de ha ido construyendo Salvados. “La coyuntura nos ayuda”, admite su responsable, Jordi Évole. Y puntualiza: “Esperemos que cuando la situación cambie y vengan otros tiempos no perdamos la capacidad crítica y nos cuestionemos con el mismo espíritu crítico lo que hacen nuestros gobernantes”.

Después de casi cinco meses de parón, Salvados vuelve mañana a laSexta (21.30). Ha sido un tiempo necesario “para descansar, permitir que el público descanse de nosotros y centrarnos”, mantiene Évole, que aborda la nueva temporada con un cierto vértigo. “La pelota está muy arriba. Hay que bajarla y rasearla. Da igual que hayas ganado la Champions. Empieza la temporada y hay que volver a jugar la Liga. La televisión es un medio muy competido y hay muchos que pujan por la misma franja”.

Salvados cerró el curso pasado con tres millones de espectadores y una de cuota de pantalla cercana al 15%, el doble de la media de la cadena. Regresa reforzado, con más presupuesto y un equipo más amplio. “Un lujo”, apunta Évole, que huye de las etiquetas. Incluso de la que le adjudicó el diario estadounidense The New York Times, cuando le comparó con Michael Moore. “No he cogido su peso; en todos los sentidos”, recalca el reportero catalán. “Unos dicen que somos los gamberretes de la tele y otros que somos el periodismo de referencia. Ni lo uno ni lo otro. Aunque es cierto que uno de los documentales que más me han impactado, por su manera de narrar, es Bowling for Columbine”.

“Ya no vamos de infiltrados. Ahora estamos más serios y centrados”

Pasar del periodismo de humor al serio no ha sido algo planificado. “Ha sido una evolución paulatina. No ha habido ninguna estrategia. El espectador nos ha ido comprando la fórmula. Ya no tenemos tantas ganas de pasar por infiltrados o de hacer gamberradas. Ahora estamos más serios y centrados”. Este punto de inflexión lo marcó, recuerda Évole, la entrevista al socialista vasco Jesús Eguiguren, “que un año antes de que ETA anunciara el alto al fuego dibujó una hoja de ruta que se cumplió. Fue entonces cuando empezaron a tomarnos en cuenta. Ha sido una travesía lenta”. Ahora el camino tampoco es cómodo. “Los jefes saben que nos vamos a meter en tres o cuatro jardines esta temporada. Y agradezco que aguanten las presiones y las llamadas, que sabemos que las hay”.

Muchos políticos que veían con recelo Salvados comenzaron a incluir el programa en su agenda. Uno de ellos fue el expresidente del Gobierno Felipe González. “Creo que fue su hija quien le animó”, cuenta Évole, que ante la reiterada negativa de otros gobernantes, como el ministro de Educación, José Ignacio Wert, exclama: “¡Tengo que ganarme a su hijo!”.

Para el inicio del curso, Salvados no contará con un político sino con un escritor, Arturo Pérez-Reverte, “un indignado” de altura, y lanzará una pregunta: “¿Por qué no peta todo?”. Será un programa enfocado a la reflexión y la búsqueda de respuestas para comprender por qué no estalla la sociedad pese los asfixiantes recortes a los que está siendo sometida esa masa social hetorogénea a la que Évole llama “precariado”. Salvados viajará a Ciudad Meridiano, un barrio de Barcelona rebautizado como Villa Desahucio y conocido por ser uno de los que más desalojos de viviendas suma y cuyos habitante se han organizado para pelear contra la crisis.