Prefab Sprout, ‘Crimsom / Red’

Hace 25 años Prefab Sprout lanzaba un tema que se titulaba The King of ronk’n’roll (El rey del rock’n’roll) y cuyo estribillo rezaba: “Perrito caliente/ sapo saltarín/ ¡Alburquerque!”. En el vídeo aparecía la banda tumbada en unas hamacas alrededor de una piscina acompañados por unos señores vestidos de perrito caliente que bailaban al ritmo de la música. Una gran canción que sonaba a 1988 —se situaba, como toda su música, en esa mágica intersección pop en la que se encuentran lo masivo y lo alternativo y descubren que se gustan— que era una gran broma a costa de la universal estupidez de la cultura norteamericana.

Estas semanas se puede ver el nuevo vídeo lanzado por la banda, actualmente compuesta solo por Paddy McAloon, uno de los mayores genios que ha dado la música británica en el último medio siglo. El tema se titula The best jewel thief in the word y es una maravillosa y finísima broma a costa del mismo McAloon y su leyenda. El vídeo está compuesto en su totalidad por imágenes de Atrapa un ladrón, film protagonizado por Cary Grant y Grace Kelly y dirigido por Alfred Hitchcock en 1955, dos años antes de que naciera en Durham nuestro hombre. El tema no suena a 2013, ni es alternativo, ni mucho menos tiene potencial para arrasar en las listas. El tema, básicamente, suena a un señor en pleno estado de gracia cuya principal fuente de inspiración es hoy él mismo.

Hace cuatro años, cuando finalmente logró lanzar Let’s change the world with music, un largo que la banda grabó a principios de los 90 pero que nunca llegó a ver la luz, a McAloon le impidieron incluir en él la canción que había dedicado a Lady Di. En ella la imaginaba como una cajera del Sainsbury’s. Entonces, el inglés ya estaba sordo y medio ciego. Si el mundo no quería saber ya nada de él, él le iba a pagar al mundo con la misma moneda. Ha tardado un lustro en cumplir la promesa.

Grabado en solitario, con él tocando todos los instrumentos y plagado de maravillosos errores, Crimson/Red es es uno de los más imprevisibles triunfos de este año. El disco hecho por un tío que no oye ni quiere oír, que no ve, ni le apetece volver a hacerlo. McAloon ha decidido volver a recuperar el nombre del grupo diez años después de que su última referencia con material contemporáneo apareciera bajo su nombre y jamás siquiera fuera mencionado en la sección de discos de The Guardian. El hombre hace lo que le da la gana, y así, si decide grabar un tema como Adolescence, que de lo mejor que ha hecho nunca (“escribo algo bueno cada 28 años”, ha bromeado), pues lo hace. Entre la suntuosidad pop de The best jewel thief in the world, la urgencia de Devil came a calling, el merengue dulce de Billy y ese medio tiempo que sigue dominando como nadie y que en esta ocasión tiene a The songs of Danny Galway —un tema tan bueno que suena a todo y a nada a la vez— su mejor exponente, el disco se desarrolla con una fluidez encomiable, solo interrumpido por el sobresalto que, en ocasiones produce toparse con una melodía, un arreglo o un detalle que es incluso más genial de lo hasta el momento escuchado. Igual todo esto lo ha escrito ya antes, igual lo vuelve a escribir de aquí diez años, o 28. Igual es lo último que edita. Igual, exactamente igual a escuchar a Divine Comedy sin fanfarria y descubrir que, si mañana venden los violines en un cash converters no pasa absolutamente nada.

En todos los aspectos, Crimson/Red es un gusto, un disco cuya principal virtud se encuentra en sus carencias, pues mejor producido, más trabajado, con un autor e intérprete que escuchara lo que hace y viera hacia dónde va, sin duda, perdería parte de su encanto. Pero así, tal como está, lejos de todo menos de su propio autor, es casi perfecto. Un perfecto enfermo.

Valoración: 0 ABERRANTE, el mundo sería mejor sin él; 1 PRESCINDIBLE, nadie se acordará de él; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un éxito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un millón.