Un presidente conciliador para la BBC

Tony Hall, un profesional de dilatada experiencia periodística y en la gestión de grandes organizaciones, asumió ayer la dirección general de la BBC con el reto de restaurar la mermada credibilidad de la radiotelevisión pública británica tras una serie de escándalos internos, y en el contexto de una disputa laboral con la plantilla a causa de los recortes.

“Nunca hay que dar por hecha la confianza del público”, fue el primer mensaje del nuevo directivo, que pasa a sustituir a George Entwistle, protagonista de todo un récord tras presentar su dimisión en noviembre y después de solo 54 días en el cargo. Aquel otoño la BBC vivió la crisis más grave de toda su historia al revelarse su encubrimiento de los presuntos abusos sexuales perpetrados por uno de los presentadores de la casa, el hoy fallecido Jimmy Savile, a lo largo de varios lustros y que incluyeron entre sus víctimas a menores. Coincidiendo en el tiempo con aquel episodio, la corporación tuvo que pedir disculpas públicas a raíz de la emisión de uno de sus programas de investigación sobre los hospicios de Gales, en el que se acusó erróneamente de pederastia a un antiguo político conservador, lord McAlpine.

Conocedor de los entresijos de un ente en el que trabajó durante casi tres décadas (1973-2001), Hall ha establecido el baremo para restaurar el prestigio de un servicio público considerado referente mundial de este modo: “La BBC establece estándares increíblemente altos, pero solo cuando da lo mejor ofrece un servicio como ningún otro”. Sus palabras contrastan, sin embargo, con el crispado estado de ánimo en el seno de una empresa financiada por el contribuyente a través del pago de un canon anual en los hogares con televisor (145,5 libras, 172 euros). La congelación de esa cuota en tiempos de austeridad se ha traducido desde 2004 en el recorte de 7.000 empleos y la previsión de otros 2.000 despidos en los próximos cinco años.

Reputados presentadores como Jeremy Paxman o David Dimbledy apuntan a esa reducción de la plantilla, que se ha cebado principalmente en los periodistas, como responsable en gran medida de los recientes errores. Hall desembarca en la BBC apenas una semana después de que sus trabajadores protagonizaran una huelga general, la segunda en su pulso con la directiva. Allí deberá recurrir a las dotes conciliadoras de las que ha hecho gala durante el último decenio como director ejecutivo de la Royal Opera House (con sede en Covent Garden) a la hora de afrontar conflictos laborales.

El flamante responsable de la BBC, de 61 años, comenzó su carrera en la casa como trabajador en prácticas en las instalaciones de Belfast y acabó dirigiendo la sección de informativos, además de supervisar el lanzamiento de la popular Radio 5 Live, el canal de noticias 24 horas, o la página web, que es una de las más visitadas del mundo. Uno de los primeros cometidos prácticos que le esperan en su regreso a la corporación es el nombramiento de un nuevo equipo directivo para afrontar los vertiginosos cambios tecnológicos y justificar la relevancia de este servicio público frente a un universo multicanales, al que se suma la pujanza de la oferta de Internet. Ayer subrayó especialmente el empeño de redefinir a la BBC para atraer a los usuarios “de la próxima década”, un horizonte en que la casa nacida en 1922 quiere cumplir su centenario en plena forma.