Palma Violets, ‘180’
"Este disco es veneno. Es la muerte de un modelo. Un clavo en el ataúd de la prensa británica como creadora de productos capaces de crear la misma histeria que los masivos"
Y uno se imagina a los Palma Violets entrando en las oficinas de Rough Trade con su disco bajo el brazo. Orgullosos, porque desde hace unos meses no paran de ligar con chicas cuyo nombre siempre intentan olvidar y en algunos bares hasta les regalan las cervezas y les dejan quedarse un ratín después de la hora de cierre. Son estrellas indies. Cuando los blogueros les ven entrar de dos en dos en los baños de los bares junto a un miembro de otro combo de similares características fantasean con la formación de una superbanda. Cuando salen separados, la blogosfera tirita.
"¿Qué nuevas nos traéis?", les preguntan ilusionados los capos del sello que una vez lanzó los trabajos de Kleenex o Subway Sect. Después de todo, NME escogió el año pasado su primer single, Best of friends, como mejor canción de 2012. A poco que la banda se esforzara un pelín tal vez había aquí esa promesa de unos Libertines de aires psicodélicos, que repicaran con éxito esta fórmula tan en boga en estos últimos meses, que no es más que canibalizar la idiosincrasia de alguno de los grandes popes de la pasada década (Strokes, LCD Soundsystem, los mismos Libertines…) y barnizarla con lo que el dogma hipster haya propuesto para esta temporada. Ahora toca psicodelia, como a principios del año pasado tocaba shoegaze (¿os acordáis de Howler?). En fin, que ahí van Palma Violets con sus punteos artríticos (All the garden birds), sus melodías tantas veces pasadas por la lavadora que ya no tienen ni forma ni color (Tom the rum) y su simulacro de energía juvenil mal canalizada (si la opción era escribir Rattlesnake highway o masturbarse, se equivocaron).
Género: Indie Pop
Título: 180
Sello: Rough Trade
Año: 2013
Puntuación: Una estrella
Y ponen el disco. Y se hace el silencio. Un silencio tan ruidoso que se oye desde los confines de darwinismo, la declaración universal de los derechos humanos, el Tratado de Yalta. Los turistas se extrañan porque el deshielo del Perito Moreno ya no suena a nada. Pero ya es demasiado tarde, porque hay gente –en el mundo hay gente para todo- que ha escuchado su segundo single, Last of the summer wine, y aún no ha caído en que no es que el emperador vaya desnudo, es que el emperador es un holograma, y como se entere Tupac le parte las piernas de blanquito. Y en Rough Trade saben –lo saben, sí, han editado a Swell Maps y son buena gente- que tienen en sus manos un disco lleno de M&M’s marrones, una hamburguesa que el año pasado se vendió como ternera y que ahora todos saben que es carne de pony, pollo belga clembuterolizado, Bailey’s con tónica. Saben que este disco es veneno. Es la muerte de un modelo. El último clavo en el ataúd de la prensa británica como creadora de productos independientes capaces de crear la misma histeria que los masivos. De darle aspecto de juego a esto, que cada día es más serio, o más frívolo sin resultar apenas gracioso. Después de Palma Violets, desafortunadamente, tardaremos mucho en tener otro buen combo de pop independiente británico de guitarras. Por favor, Arctic Monkeys, no nos falléis.
El 8 de noviembre de 1986, el NME hizo una portada sobre el Suicidio juvenil. Años más tarde los miembros del mismo magazine la votaron como la peor que jamás lanzaron. Aquella vez, al menos, la intención era disuadir a los adolescentes de quitarse la vida. Poner a Palma Violets en portada otra vez puede tener justo el efecto contrario.
Valoración: 0 ABERRANTE, el mundo sería mejor sin él; 1 PRESCINDIBLE, nadie lo recordará; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un éxito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un millón.
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