Una mente maravillosa
Paranoia.1.f.Perturbación mental fijada en una idea o en un orden de ideas.
El de la locura y el de la cordura son dos países limítrofes", decía el poeta italiano Arturo Graf. Y Perception, la nueva serie de TNT que AXN España estrena esta noche a partir de las 21.15 horas, es un billete de ida y vuelta interminable a los mundos de la realidad y de la alucinación. Los amantes del género procedimental o policíaco siempre nos movemos en un terreno pantanoso cuando nos venden un nuevo título que "no hay que perderse". El género encorseta y aprisiona -a menudo- la narración como una camisa de fuerza al paciente de un psiquiátrico y, temiéndonos una estafa, exigimos que la historia nos dé algo más que un policía cuadriculado que recurre a la ayuda de un asesor con poderes deductivos fuera de lo normal. Leemos las obras de John Connolly, Donna Leon y Dennis Lehane no sólo por el atractivo de sus casos, sino sobre todo por la necesidad de venganza que rezuma Charlie Parker, los delicados modales deGuido Brunetti o las cicatrices interiores y exteriores de Patrick Kenzie. En otras palabras, pedimos personajes que nos hagan reír, que nos muevan las entrañas o nos deleiten con su elocuencia.
A pesar de sus numerosísimos errores, Perception se atreve a creerse algo más de lo que es, y eso ya es un punto a su favor. La historia, poco original en su premisa, nos presenta al doctor Daniel Pierce, un brillante profesor de Neurociencia de la universidad de Chicago al que recluta el FBI para que ayude a resolver casos de asesinato. Hasta ahí, nada nuevo. Lo que engancha -y lo que hace que la serie sea distinta- es que Pierce no se trata de un académico aburrido y ceñudo preocupado por el ascenso. No le lame el culo al decano ni torpedea los trabajos de sus colegas. Simplemente, carece de dotes sociales. Es arisco. Huraño. Maniático. Y lo más importante... Padeceesquizofrenia paranoide.
Pierce (Eric McCormack, el inolvidable Will de Will y Grace) es algo así como un Jack Hodgins de Bones elevado a la enésima potencia y colgado de cocaína las 24 horas del día. Acribilla con su lengua a las grandes empresas. Disfruta con los cuentos conspiratorios, e intenta desconectarse a sí mismo del mundo escuchando -en cassette, nunca en MP3- al perfeccionista de Johann Sebastian Bach o cantando a Bill Withers. En su reciente visita a Madrid, McCormack ha confesado haberse inspirado en el John Nash de Russell Crowe en Una mente maravillosa y también en el pianista hipocondríaco Glenn Gould."No quería protagonizar una serie policíaca sin más", explica el actor. "Buscaba un personaje atractivo. Y lo que me gusta de Daniel es que es totalmente impredecible. Vive en una montaña rusa constante. Es extremadamente brillante, pero su mayor fortaleza también es su mayor debilidad. Su cerebro es su talón de Aquiles".
Perseguido siempre por esa esquizofrenia que le vuelve único y le consume, nuestro erudito holmesiano se las ve en estos 10 capítulos con fanáticos religiosos, con una niña encerrada en el cuerpo de una adulta y hasta recibe la ayuda de algunas de sus alucinaciones, JFK y Juana de Arco entre ellas. "Me gustaría ver a Anne Hathaway, Jesucristo y Woody Allen", añade McCormack. La serie, con una audiencia media de 4 millones en su primera entrega -a la altura de Dallasy Falling Skies pero por debajo de Rizzoli & Isles y Major Crimes-, ya ha recibido luz verde para una segunda temporada de 13 episodios que llegarán en 2013. "¿Es la realidad producto de la imaginación?". "¿Podemos cambiar quiénes somos?". "¿Qué es la conciencia?". "¿Es la ambición un impulso neurológico?". Pierce está chalado. Como las maracas de Machín. Mal de la chaveta. Zumbado. Majara. Pero a más de uno nos hubiera gustado tenerlo como profesor.
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