Series para reírse de la crisis
Las ‘Spanish sitcom’ apuestan por una comedia más ácida y apegada a la realidad Se han convertido en la principal incubadora de actores
Decía Jerry Seinfeld, el cómico estadounidense que dio vida a la serie que lleva su apellido, que “es más fácil hacer reír cuando corren malos tiempos”. Seinfield y Friends crearon en los años noventa un estilo de comedia de situación (sitcom) de un éxito inusitado y que ha sido imitado hasta la saciedad. Los creadores españoles creen que las sitcom nacional tienen más vigencia que nunca, y que nos sobra ingenio y crisis para revitalizar una forma de hacer comedia en televisión con series como Aída o La que se avecina, más apegadas a la realidad, más ácidas y con mucho más ritmo.
Daniel Écija, presidente de Globomedia —la factoría de Aída, 7 vidas o Los hombres de Paco, entre otras— defiende que es “el momento de la comedia porque se trata del vehículo satírico por excelencia para criticar las situaciones tan dramáticas que estamos viviendo día a día”.
La influencia de Friends (1994-2004) fue decisiva en la apuesta de las cadenas y las productoras españolas por otra forma de hacer ficción de comedia. De hecho, en 7 vidas una de las pruebas para los guionistas era escribir un capítulo de Friends; los decorados recordaban mucho a los de la serie norteamericana (incluso el sofá del bar de copas) y el método de producción era el mismo.
“En España, hemos empezado mucho más tarde que en Estados Unidos por lo que hemos tenido que hacer todo ese recorrido en muy poco tiempo, dándonos caña. 7 vidas es la madre de todo esto pero Aída es un gran salto, lleno de modernidad pero sin renunciar a su propia personalidad”, dice Julián Sastre, productor ejecutivo de Aída.
Écija (Globomedia) reivindica el ADN hispano como fórmula de éxito
Écija rechaza que las sitcom españolas sean clones de las norteamericanas y reivindica el ADN hispano como fórmula para enganchar con la audiencia. “Hablan de nuestra cultura, encuentran la complicidad de la gente y esa es la razón de su éxito y de por qué han desplazado a ficciones que pretendían colonizarnos. En ningún país pasa que la ficción nacional haya conquistado el prime time. Ese es un milagro que solo ha sucedido aquí”.
Otra clave del respaldo popular a las Spanish sitcom son los actores. Luis San Narciso, director artístico de Globomedia, ha descubierto a muchos de ellos como Javier Cámara, Paco León, Carmen Machi, Fernando Tejero, Blanca Portillo o Candela Peña. “No los descubro, me los encuentro. A Cámara le encontré cuando era acomodador y a Machi en el teatro Abadía, por ejemplo. Eso, y que me paso el día de sala en sala, de teatro en teatro. No quito importancia a la formación pero valoro que un actor me sepa transmitir una emoción. Y eso en la comedia es aún más difícil, porque si no eres creíble puedes caer en lo grotesco”.
Las nuevas series han ejercido como una incubadora de actores que se han hecho famosos precisamente a raíz de su aparición en la televisión. Justo el modelo contrario que las primeras series cómicas de los ochenta y los noventa, que elegían a un actor consagrado y le escribían un papel a la medida. Andrés Pajares, con Ay Señor, señor, Makinavaja y Tío Willy; Lina Morgan en Compuesta y sin novio y Hostal Royal Manzanares; Alfredo Landa, con Lleno por favor, Por fin solos y En plena forma; Ana Obregón en Ana y los siete y Arturo Fernández en Truhanes o La casa de los líos, son algunos ejemplos.
“Es la mejor forma de dar una vuelta de tuerca a la realidad” Pepe Viyuela
Las nuevas series como Cámara café, Los hombres de Paco, Aquí no hay quien viva, Con el culo al aire, Los hombres de Paco, 7 vidas, La que se avecina o incluso Aída son series corales, en las que los actores crecen tanto artística como mediáticamente en la medida del triunfo de la serie. “Todos los modelos son válidos, pero creo que tienes más mérito y son más auténticas las series de ahora, en la que ninguno de los actores tiene un protagonismo absoluto y todos se deben adaptar a la trama. Ni siquiera Carmen Machi, que es una grandísima actriz, acapara todo en Aída, porque es una serie coral, en la que las tramas y los personajes se equilibran”, señala el actor Pepe Viyuela, un clásico de las series, que interpreta a Chema en Aída.
La comedia no garantiza el éxito. Trasplantes puros como el Cheers (español) o Ellas y el sexo débil, y otras como El inquilino, Divinos o La vida de Rita fueron grandes batacazos. Y, además, ahora tienen que competir con ficciones serias que se han convertido en obras de culto como The wire, Mad men o Juego de tronos.
Por eso, Viyuela no quiere lanzar las campanas al vuelo. “Es también una moda. Las cadenas se apuntan al modelo que funciona en este momento. La comedia sigue estando infravalorada aunque es el mejor instrumento y el más inteligente para dar una vuelta de tuerca a la realidad terrible que estamos viviendo”.
Una crisis que también ha pasado factura a las series, por los recortes de las cadenas privadas y la negativa de las públicas a seguir produciendo. “No podemos hacer una comedia de bajo presupuesto porque nos exigen ser líderes. Sin el 15% de share (cuota de pantalla) no te garantizan la continuidad, mientras que las series norteamericanas se pueden permitir el lujo de hacer un 5% o un 9%. La diferencia es que un capítulo nuestro cuesta de media 400.000 dólares; y uno suyo, 3 millones”, dice Écija.
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