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Tentaciones

“Portishead es la prioridad, pero muchas veces no lo parece”

Adrian Utley, de Portishead, nos habla del trío que inventó y destruyó los noventa.

Xavi Sancho

Hoy y mañana, Portishead, la banda de Bristol que, ya saben, inventó y destruyó los noventa, actúa en el barcelonés Poble Espanyol. Se trata de un evento comisariado por ellos, a imagen y cierta semejanza de los ATP, donde un grupo ejerce de prescriptor y escoge un cartel de bandas afines para que les acompañen en el evento. Hoy, los afortunados serán Cuchillo, King Creosete & Jon Hopkins y Thought Forms. El sábado, MC Doom, Anímic y, de nuevo, Thought Forms. Dos días antes del evento, nos encontramos con Adrian Utley en la terraza de un hotel con el fin de saber algo más sobre una de las más interesantes y elusivas bandas de las últimas dos décadas.

¿Cómo ha sido la preparación de este evento? Dígame, por favor, que escoger bandas para que actúen con ustedes les resulta más fácil que hacer música ustedes mismos…

A nosotros nos cuesta todo mucho. Nos ha llevado un siglo preparar el evento. Todas estas cosas llevan muchas discusiones, muchas reuniones… Ahora estamos aquí ensayando toda la semana y hacerlo jamás había sido tanto un alivio.

¿Cómo anda de ánimos su batería?

Como ya se sabe, es el mismo que el de Radiohead, y hace unos días sufrió un grave accidente. Hemos hablado con él. Está descansando. Viene hacia aquí. El que falleció fue su técnico, y la verdad es que está hecho polvo, pero dice que viene igualmente. Eso nos preocupa más que nada ahora.

 ¿En qué estado se encuentra actualmente la banda?

Aunque no lo parezca, siempre estamos juntos. Andamos muy ocupados con otros proyectos, como si fuéramos tres bandas distintas. Nos cuesta juntarnos para hacer música, es cierto, pero jamás dejamos de existir como entidad. Al final de este año, cuando nos quitemos cosas de en medio, empezaremos a pensar en cómo afrontar el hecho de crear música nueva. Aunque no estemos juntos sé que todos estamos constantemente buscando inspiración para la banda.

 ¿Es Portishead aún una prioridad, o se ha convertido en ese proyecto que otorga más pedigrí que satisfacciones?

Portishead es una prioridad, pero muchas veces no lo parece. Sé que es una respuesta algo evasiva, pero… Hay otras cosas que hacemos que no encajan con Portishead. Si renunciáramos a ellas sería peor para la banda. Debes hacer lo que deseas. Grabaremos otro disco y será a lo que dediquemos la mayor cantidad de tiempo y esfuerzo.

¿Creen que su próximo largo tendrá un título como dios manda?

No tengo ni idea. Dummy era un título como dios manda, ¿no? Creo que ahí gastamos todas nuestras balas. Nos va a resultar muy complicado encontrar un título como ése, parece ridículo pero lo digo en serio. De hecho, es un tema que nos atormenta, imagínese cómo somos. El otro día hablábamos de Third como título de disco y vimos que la palabra se había ya convertido en el nombre de un disco. No significaba tres o tercero. Le aseguro una cosa: jamás sacaremos un disco titulado Dark side of the moon, o algo así. Eso sirve para una banda como Pink Floyd, pero no para nosotros.

 ¿Por qué cree que su música ha envejecido tan bien comparada con la de sus coetáneos? ¿Le da miedo que pronto entren ustedes en el lugar común de los clásicos atemporales?

Eso sería terrible, joder. No me asuste.

 Insisto, y le juro que ya acabo de hacerle la pelota, que esto se está poniendo pegajoso: ¿Suenan ustedes hoy así de bien porque lo hicieron todo bien o porque los que vinieron después lo hicieron todo mal?

No se corte, ¿eh? En serio, tratamos de hacerlo todo bien. Lo cierto es que jamás hemos sido fans de quienes han tratado de sonar como nosotros. De hecho, no somos fans de nadie que intente parecerse demasiado a otro artista. Eso es basura. Algunas bandas psicodélicas de los 60 trataban de sonar como los Beatles y había un par que lo hicieron bien, pero me imagino a los Beatles pensando: ‘vaya mierda de gente’. Creo que la percepción de lo que somos o de donde venimos ha sido malinterpretada. Muchas bandas nos copiaron lo obvio y no profundizaron. Eso hizo que la escena en la que acabamos metidos fuera algo que no nos gustaba y con lo que no compartíamos la esencia. Siempre me han gustado los grupos que son algo más de lo que pueden parecer a simple vista. Por eso cada vez buscamos inspiraciones nuevas. Es lo que hicimos con ‘Third’, la referencias eran muy raras, distintas a las que habíamos manejado hasta la fecha.

¿Confundimos a menudo la originalidad con la innovación?

Lo que sucede es que todo lo que he hecho ha sido el resultado de la música de otros, y eso es lo que han hecho todos los músicos desde siempre. Por ejemplo, en We carry on está muy claro a quien copiamos, pero, en otras canciones, si te digo la música que teníamos en mente al hacerlas creo que te sorprenderías. Y eso es lo que creo que toda banda debe buscar. Hay que hallar un lugar propio, y ése no siempre debe ser un lugar nuevo.

 ¿Le sorprendió que un disco como Third, tan arisco, funcionara desde el minuto uno?

Por supuesto. Cuando terminamos el álbum, pensé: ‘joder, se nos ha ido la mano, esto es demasiado duro’. Ahora ya no lo creo. El mundo ha cambiado y con él la percepción del disco. Suena mejor ahora. Y me alegra de que nos hubiésemos quedado con él, aunque cuando lo lanzamos estábamos aterrorizados.

 ¿Qué pensó su discográfica de ‘Third’?

Recuerdo ponérselo a la gente del sello y, bueno, no es que nos importe una puta mierda lo que pensaran, pero en aquel momento creía que se nos iba la mano. La versión del disco que les llevamos empezaba con una intro silenciosa de tres minutos. Estábamos ahí sentados y ellos no decían nada, pero se notaba que algo no estaba bien. Cuando el disco salió ya había sido descargado tantas veces. Alguien en el sello lo filtró, y hoy sabemos exactamente quién fue. En aquella época, hace cinco años, la industria del disco empezaba a estar paranoica con todo esto. Hoy es un maldito caos, pero entonces aún era algo relativamente nuevo y aún se intentaba ponerle freno. Bien, pues cuando el álbum empezó a filtrarse sentí mucha desconfianza. El tipo que nos manejaba nos había heredado, él no nos había fichado y tampoco le gustábamos. Creo que odiaba el disco y, con la filtración, empecé a pensar que nos estaban boicoteando porque no confiaban en nosotros. Eso me tocó mucho los cojones, y añadió más inseguridad.

Cuándo uno tensa tanto la cuerda y ve que no pasa nada malo, ¿corre el riesgo de creerse invencible?

Un poco sí, pero somos sensatos. Aunque no negaré que somos uno grupo que mantiene mucha confianza en lo que podemos sacar juntos.

 ¿Cómo ha cambiado la relación que se establece entre ustedes tres?

Todo es más estable, hay menos gritos. De alguna manera, creo que parte de mi mejor trabajo ha sucedido en el contexto de la tensión, conmigo gritando, Geoff gritando, Beth gritando… Afortunadamente, con otra gente no nos sucede. Ahora demostramos que nos importa tanto como antes, pero conseguimos hacerlo sin romper cosas.

¿En cuántas ocasiones ha pensado en dejar el grupo?

Nunca.

 Venga, hombre…

Bueno… Las primeras giras fueron muy complicadas. Por ejemplo, cuando Geoff y yo nos sentamos a mezclar el disco en directo, sentí que ya no quería hacer eso. Yo sabía que quería hacer música, pero no con Portishead, al menos por un tiempo. Geoff, que era más joven y radical, se fue a Australia a olvidarse por completo de la música.

Usted es bastante mayor que Geoff, ¿fue la diferencia de edad un problema en sus inicios?

Soy el viejo, sí, gracias por recordármelo. Al principio, Geoff tenía 19 años y podía ser un problema, pero a medida que pasa el tiempo él se parece más y más a mí. Se está acercando. Ven aquí Geoff, maldito viejo… ¿ves cómo siempre tuve razón?

 ¿Es Beth un misterio real o hay algo coreografiado en ella?

Uff… No sé… Ella es… Bueno, ella no quiere involucrarse con la prensa. No desea enseñarse, pero no es un misterio manufacturado. Siempre hemos hecho lo que nos ha dado la gana. Por esa idea suya de no dar entrevistas hemos perdido muchas cosas. Una vez Beth no quería que le sacaran una foto, y perdimos una portada muy importante. Mucha gente se ha negado a entrevistarnos porque ya había hablado conmigo o con Geoff y lo que esperaba era sentarse con Beth. Lo bueno es que siempre hemos respetado sus decisiones. Si no quiere hacerlo, no se hace. Si no salimos en la portada de Vogue, pues no salimos. Jamás se ha discutido sobre esto.

 ¿Cómo le sienta a alguien que estuvo allí la primera vez este revival de los noventa?

No sé… Bueno, está esa Lana Del Rey. Me ofrecieron tocar en su disco, pero no creí correcto hacerlo. A mi novia le gusta ella y está enfadada porque me negué a colaborar. Lo curioso es que a mi novia le gusta Lana y le gusta Portishead, no sé si hay que sacar alguna conclusión de eso, aunque me pregunto si habrá mucha gente a la que le pase lo mismo.

 ¿Es la música pop tal vez la única forma de arte en la que, con el paso de los años, en vez de facilitarse el proceso, se hace cada vez más complicado?

Creo que sí. Hoy es mucho más difícil que hace veinte años. Entonces, las cosas no nos importaban. ‘Dummy’ fue fácil de hacer porque, aunque parezca una contradicción, era algo que nadie había hecho antes. Estábamos en pleno viaje de descubrimiento. Fue rápido. Tras eso, todo se complicó. Debíamos mejorar y fue una putada. Hacer música, para mí, es una putada, algo realmente jodido. Veo a esos artistas que son tremendamente prolíficos, que editan mucha música buena y me molestan mucho, los odio.

¿Pero no cree que, con un plan de lanzamientos regular, Portishead perdería parte de su encanto?

¡No! ¡A la mierda el encanto! Ojalá pudiéramos hacer más. Pero no creo que suceda. No somos ese tipo de banda. Fíjate en Neil Young. Es un genio, pero algunos de sus discos son terribles. Él igual no lo piensa así, pero yo estoy convencido de que ha editado mucha mierda. Nosotros no podríamos hacer eso, creo. Vamos con mucho cuidado, no queremos arrepentirnos de nada que lancemos. Nos atormentaría demasiado editar un disco mierdoso.

¿No le resulta fascinante que, con lo complicado que es ser fan suyo, casi nadie se haya bajado del carro?

No sé cómo cojones sucede eso. No lo entiendo, pero creo que ahí has dado en la clave del asunto, en el motivo por el que podemos trabajar como lo hacemos. No hay muchas bandas que tengan esa suerte.

 ¿Siente que una banda como la suya puede ayudar a que una generación que jamás pudo sacar pecho con los Beatles o Led Zeppelin, o lo que sea que llena los libros de la historia del rock, pueda sacar pecho y decir ‘yo tuve a Portishead, superad eso’?

Me parece que me está volviendo a hacer la pelota…

 Lo siento, tiene razón, me relajé…

No, no se preocupe… Está todo bien… En cuanto a la pregunta, no sé… Hace un tiempo actuamos en un festival y un día, el cabeza de cartel era Neil Young, y al siguiente nosotros. En los carteles nuestros nombres salían igual de grandes. Creo que sentí algo parecido a lo que usted sugiere, pero sería un imbécil si le diera la razón. Me entiende, ¿verdad?

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Sobre la firma

Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.

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