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El desquiciante futuro inmediato de ‘Black Mirror’

La cadena TNT estrena esta miniserie británica poco convencional que retrata un mundo dominado por las tecnologías

Álvaro P. Ruiz de Elvira
El actor Michael Callow, en el primer capítulo de la serie
El actor Michael Callow, en el primer capítulo de la serie

En los años 50 y 60 del siglo pasado, la ciencia ficción y la fantasía se desplegaron con toda su fuerza en la imaginación de escritores como Ray Bradbury, Richard Matheson o Charles Beaumont. Estos aprovecharon sus relatos para tratar temas candentes como la era nuclear, el inicio de la carrera espacial o la paranoia comunista y desarrollar una critica social enmascarada en distopías y especulaciones sobre el futuro más cercano. En la televisión la Dimensión desconocida de Rod Serling, que también contó con algunos de estos autores, llevó a millones de hogares pequeñas historias que se aventuraban más allá de la realidad. Inspirado por estos relatos que mezclaban el terror con lo fantástico, el columnista, crítico de televisión y guionista británico Charlie Brooker creó en 2011 la miniserie Black Mirror, que hoy estrena el canal TNT a las 22.15 (dial 24 de Canal +). Crítica social, sátira y entretenimiento provocador para tres episodios independientes que certifican que la ficción televisiva británica está en un momento álgido con propuestas atrevidas y poco convencionales.

“La idea es que sea como un surtido de galletas que te ofrece un sociópata mientras sonríe”, ha dicho Brooker sobre su serie. El título, Espejo negro en castellano, hace referencia “a una pantalla cuando se apaga el televisor” y a la canción Black mirror de Arcade Fire (El espejo roto no conoce ningún reflejo/no sabe de orgullo o vanidad/no le importan tus sueños/no le importan tus esquemas piramidales…). “Aunque parezca que es algo muy serio, no lo es. En realidad es divertida, pero de un modo sombrío”.

Cada uno de los tres capítulos, unidos por un tono desquiciante en diferentes matices, cuenta una historia en un posible futuro turbador que se antoja demasiado cercano y en el que se reconocen elementos que ya existen en el presente. La primera historia, El himno nacional, deliberadamente exagerada, es un análisis de hasta qué punto la mezcla de la tecnología, la inmediatez de las redes sociales y los medios de comunicación pueden condicionar nuestras decisiones. En 15 millones de méritos Brooker se adentra en un porvenir con tintes orwellianos en el que la vida transcurre como si se estuviese de forma constante manejando una tableta o jugando con una consola de videojuegos en un reality show que todo el mundo está obligado a seguir. El capítulo que cierra la serie, Toda tu historia, el único que no cuenta con guión de Brooker, plantea la posibilidad de que cada persona tenga en su interior un disco duro implantado que permite grabar todo lo vivido y la facultad de proyectarlo como si fuera una grabación de televisión. Un mundo en el que es casi imposible ocultar algo y que recuerda en cierta forma a cómo hoy en día todos los textos, fotografías o vídeos que publicamos en redes sociales quedan como testigos de nuestra biografía.

Aunque se evita acusar de forma directa a las nuevas tecnologías de los males que nos acechan, el guionista reconoce que “el tema común [de los tres capítulos] es que la tecnología ayuda a que la gente se destroce la vida”. “Por encima de todo ofrecemos entretenimiento y sátira”, dice Brooker, que ya sorprendió en la televisión con Dead set (otra miniserie satírica en la que la casa-plató del programa Gran Hermano se convierte en refugio en un mundo lleno de zombies) . “Se trata más de un juego travieso”.

Las series británicas apuestan por guiones brillantes con temporadas cortas pero intensas. Black mirror se une así a otros éxitos de los últimos años como Luther, Downton Abbey, Misfits, Pétalo carmesí, flor blanca, State of play, Exile, Life on mars, la versión 2.0 de Sherlock Holmes y el mayor fenómeno fan de todos, los excelentes relatos fantásticos de la nueva época de Doctor Who. Poco que envidiar a la ficción estadounidense de la última década.

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