Para ser punk es bastante pop

A continuación, una instructiva demostración de los muchos lugares comunes que algunos músicos son capaces de decir: “Vivimos el mejor momento de nuestra carrera”. “El disco ha funcionado muy bien en todo el mundo y han dicho que es el mejor de nuestra carrera”. “Nos divertimos mucho los cinco y somos muy amigos. Tanto que nos vamos de vacaciones juntos” y –atención a este clásico- “La música no es una competición entre artistas. Sólo competimos contra nosotros mismos, lo que nos hace ser más exigentes con nuestro trabajo”.

¿Bonito, verdad? Pues aplíquese a bastantes grupos, aunque en esta ocasión, quien se ajusta milimétricamente al guión es Jeff Stinco, de 33 años y guitarrista –calvo-, de la banda de pop punk Simple Plan, que actúa los próximos 12 y 13 de marzo en España (primero Madrid, luego Barcelona).

"Vais a poder ver una retrospectiva con las mejores canciones de nuestro último disco y de toda nuestra carrera".

Vienen a presentar su cuarto disco Get you heart on! (enciende tu corazón), publicado el verano de 2011. “Las críticas han sido muy positivas”, cuenta Jeff. “Ha habido algunas negativas que dicen que las nuevas canciones se parecen demasiado a las del primer álbum [No pads, no helmets… just balls, de 2002] y al segundo [Still not getting any, de 2004]. Pero eso para nosotros no es malo, ya que es exactamente lo que hemos intentado hacer”. Es el momento de demostrar que ni a ellos ni a su música se les ha pasado el arroz. Y como Jeff evita entrar en el secreto de su éxito con cierto espíritu crítico, ya lo hacemos nosotros.

 Nacido en la zona francófona de Canadá, desde el principio el grupo e inclinó por aquel híbrido que tan de moda pusieron Green Day: el punk pop. Esto es, guitarras distorsionadas escondidas bajo una fuerte y pegadiza melodía pop. Vale, eso también lo hicieron los Ramones, pero con mucha más clase suburbial. Los cinco miembros de Simple plan son más “positivos” (palabra que Jeff repite en varias ocasiones) y transparentes. Sólo hay que echar un vistazo al que fue su gran éxito Welcome to my life, en 2004 y al vídeo blog que la banda mantiene en su página. Allí podemos ver a Pierre Bouvier, el cantante guaperas de 32 años, haciendo flexiones en un camerino de Hong Kong,  al grupo jugando con su Twitter, comiendo tostadas o visitando un zoo en Australia. Vamos, el no va más del desparrame.

Lo que nos lleva a pensar que su vida se parece más al pop que al punk. Menos en sus conciertos, donde hay que quitarse el sombrero (o la gorra, da igual): sus espectáculos están llenos de energía y tanto el público como ellos acaban con agujetas. En eso sí que son buenos, saben lo que hacen y lo explotan hasta empapar sus camisetas de sudor.

 Aunque Jeff siga siendo extremadamente formal cuando se le pregunta por ello. “Antes del espectáculo hacemos bromas, pero estamos muy concentrados. Vais a poder ver una retrospectiva con las mejores canciones de nuestro último disco y de toda nuestra carrera. Un viaje por nuestra historia que queremos que sea una gran fiesta con grandes sorpresas”. Jeff sólo se salta (un poco) el guión cuando se le pregunta por sus novias (“sólo dos miembros del grupos están solteros, aunque no te diré quiénes”) y cuando habla de alguna juerga loca en España: “Hemos paseado con scooters por Barcelona y alguna noche hemos acabado a las 8 de la mañana en Madrid. Tengo buena memoria y lo recuerdo bien, pero no puedo dar muchos detalles”.