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Transforming

David Trueba

China presume de estabilidad política. Cortejados sin medida, falta que los políticos de las democracias occidentales nos vendan como modélica su alternancia política. Ya sabemos, por ejemplo, que el máximo dirigente del país el curso que viene será Xi Jinping, el actual vicepresidente. Y es estupendo, porque te ahorras las encuestas y las elecciones, que son un gasto tremendo y más en tiempo de recortes.

La transición dentro del partido único funciona y mientras los dirigentes de la UE se entrevistaban la semana pasada con el actual presidente Hu Jintao para pedirle más inversión y liquidez para afrontar la crisis financiera, el presidente Obama recibía a Xi Jinping para fortalecer lazos de futura colaboración. Entre los resultados de esta nueva relación especial han trascendido acuerdos que favorecen la entrada de las películas de Hollywood en China. En esto los norteamericanos son implacables y protegen a su industria de entretenimiento como una riqueza fundamental del país. Nada que ver con la cara de paciente antes de someterse a la colonoscopia que mostró el ministro del ramo cada vez que le enfocaban las cámaras durante la pasada ceremonia de los Goya.

Hasta ahora, China permitía exhibir 20 películas extranjeras por año. Los americanos copaban el circuito protegido con sus cintas más taquilleras. Gracias al nuevo acuerdo, se permite que 14 títulos más de producción norteamericana lleguen a ese mercado. Se primarán películas en 3-D e IMAX, para potenciar infraestructuras en estos formatos. Más importante aún es que a las compañías norteamericanas se les va a permitir obtener el 25% de lo recaudado y no tan solo el 15% como ocurría hasta ahora. No es poco, porque tras un lustro de crecimiento continuado, los ingresos en taquilla en China ascendieron un 30% solo en el año pasado.

La película más taquillera en China fue Transformers, con 170 millones de dólares de recaudación y su productora Dreamworks ya se ha asociado con el estado chino. Resulta un título premonitorio, porque quizá vamos a presenciar una verdadera transformación, paulatina y prudente, donde el poder blando de las películas, la cultura y la forma de vida jugará un papel destacado. Europa, desprestigiada y acomplejada, cuenta poco, manejada por líderes solo pendientes del dato de la Bolsa al cierre de esta tarde.

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