Antonio Pita: “Israel está sobrevalorando el crédito internacional que tiene por lo que ha pasado”
El corresponsal de EL PAÍS en Oriente Próximo analiza el conflicto entre el Gobierno de Netanyahu y Gaza en un encuentro exclusivo para suscriptores del diario
Ningún periodista ha podido entrar todavía en Gaza. Israel no permite que la prensa extranjera informe desde la Franja. No obstante, esto no impide que periodistas como Antonio Pita, corresponsal de EL PAÍS en Oriente Próximo, cuenten lo que está sucediendo. Hace unos días, desde Jerusalén, Pita explicó las claves de este conflicto, así como el trabajo que desempeñan los reporteros, a un grupo de suscriptores del diario. El encuentro, de carácter virtual y moderado por la periodista Andrea Nogueira, forma parte del programa de actividades exclusivas de EL PAÍS+.
Desde que el pasado 7 de octubre Hamás lanzara un ataque sorpresa contra Israel, asesinando y secuestrando a docenas de civiles, los ataques israelíes a la Franja como respuesta son diarios. Los enfrentamientos entre israelíes y palestinos se remontan décadas; no obstante, el corresponsal califica el ataque de Hamás como un “shock” para Israel por ser el más grande de su historia y un “fracaso” de su servicio de inteligencia, uno de los más potentes del mundo. Además, se ha roto la máxima de que Hamás, surgido en la Primera intifada y en el Gobierno de la Franja desde 2007, no se podía permitir un enfrentamiento a gran escala.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, habla de “venganza”. Israel pelea también por ganar la guerra del relato y por eso, mientras que prohíbe la entrada y salida de Gaza de civiles y periodistas, organiza ruedas de prensa y visitas a algunas zonas afectadas. Pita ha asistido a algunas, pero sin perder de vista que lo relevante es “estar en lo humano y hablar de la gente, hacer también el análisis, mirar a lo pequeño y a lo más grande, y no olvidar que en Gaza pasan cosas, aunque no podamos estar dentro para contarlas”.
El corresponsal, junto a otros compañeros, ha visto los estragos del asalto en las zonas limítrofes de Gaza. “Es bastante impactante porque lo que queda son las casas como estaban; en algunos casos hay cadáveres, ves los disparos en las habitaciones donde se metía la gente para esconderse, o el café hecho de esa misma mañana porque el ataque fue a las 6:30″, cuenta. “Son ciudades fantasma, no queda nada ni nadie”.
Muchas preguntas de los lectores tenían que ver con el porqué de que Hamás haya atacado precisamente ahora. Pita recordó que desde 2020 se han normalizado las relaciones diplomáticas entre Israel y algunos países árabes, sin que estos hayan pedido a cambio un acuerdo de paz o el reconocimiento del Estado de Palestina. Esta postura, sumada a la tensión que desde hace tiempo se vive en Cisjordania y al bloqueo y ofensivas intermitentes por parte de Israel en Gaza, ha provocado “un caldo de cultivo que ha culminado en este ataque brutal que Israel nunca había visto en su territorio y que ha cambiado el paradigma”.
La arista religiosa del conflicto también fue tratada. Pita defendió que se trata de una cuestión principalmente territorial, aunque con elementos religiosos muy fuertes. “Es trágico que cuando se hable de este conflicto se hable de lo que pone en la Biblia o en el Corán, porque eso transforma el conflicto en otra dirección”, valoró. Indicó que esta deriva provoca que un conflicto que sí tiene solución, no lo parezca. Y para apoyar esta idea, puso como ejemplos predecesores el Yom Kipur (1973) o la Primera intifada (1987), y sus correspondientes acuerdos de paz en Camp David (1978) y Madrid (1991).
Precisamente cómo será esa solución y final del conflicto es la mayor incógnita. El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, anunció un plan de tres fases que consiste en destruir la infraestructura de Hamás, eliminar los “focos de resistencia”, y, por último, “entregar las llaves de Gaza” para establecer una nueva realidad política. Esa realidad podría concretarse en diferentes opciones. La primera sería que la Autoridad Nacional Palestina asumiese el Gobierno, aunque Pita no lo considera factible porque sería pretender que los palestinos aceptaran un Gobierno puesto por los mismos que los han bombardeado. La otra opción que le planteó en una entrevista el ex primer ministro israelí Ehud Barak es una fuerza multilateral árabe con los países que han establecido relaciones diplomáticas con Israel.
No obstante, el corresponsal duda que se llegue a finalizar la tercera fase. “¿Cuántas semanas más de bombardeos y una invasión puede aceptar el mundo y principalmente Joe Biden sin levantar el teléfono y decir “ya”?”, reflexiona Pita. “Israel está sobrevalorando el crédito internacional que tiene por lo que ha pasado”.
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