Una celebración global de nuestros primeros 300.000 suscriptores
EL PAÍS celebra el éxito de su modelo de suscripción con los lectores como protagonistas
Dice Andrés Díaz, fiel lector del periódico, que la primera vez que tuvo EL PAÍS en sus manos supo que la democracia estaba llegando en España. Era el 4 de mayo de 1976 y atrás quedaban 40 años de dictadura. El nacimiento del periódico, disipada ya la censura en la prensa de las décadas anteriores, era un síntoma de libertad, una herramienta al servicio del ciudadano. Lo sabe bien Díaz, que desde entonces no ha dejado de leer el periódico. Al principio se suscribió a la edición en papel de EL PAÍS y hoy, 47 años más tarde ―él tiene 81―, lo es también a la versión web. Como él, más de 300.000 personas se han suscrito ya a EL PAÍS, de los cuales 264.000 de ellos son exclusivamente digitales. Para celebrarlo, el periódico ha querido rendirles homenaje trasladando el protagonismo de los lectores a los contenidos del diario.
El plan especial del periódico para celebrar este hito arrancó el pasado 2 de junio, con la noticia de que se habían superado los 300.000 suscriptores digitales tan solo tres años después del lanzamiento de su modelo de suscripción digital. En los días sucesivos, los periodistas de EL PAÍS han entrevistado a 10 suscriptores de diferentes perfiles.
Uno de los espacios más relevantes de la edición impresa, la última página, se reservó para ofrecer estas entrevistas, que fueron realizadas por algunas de las firmas más relevantes del periódico. Además, la directora de EL PAÍS, Pepa Bueno. visitó a una de primeras suscriptoras digitales.
A todos los suscriptores les une su pasión por la lectura, pero sobre todo su interés por la información de calidad y la actualidad. El onubense de 48 años José Manuel Álvarez Bautista, afincado en Sevilla, se suscribió porque el periódico le explica “de forma sencilla cuestiones muy complejas”. Al otro lado del charco, a la violonchelista mexicana Mónica Beck, de 52 años, le parece que un periódico es “un bastión, un pilar de la sociedad”. En la misma línea se mostró la analista internacional madrileña de 51 años Trinidad Noguera. En una conversación en su casa con Pepa Bueno, dijo que “un periódico sirve para ayudar a tener una visión de conjunto y una perspectiva crítica”.
Ese altavoz de ser entrevistados por los periodistas de EL PAÍS les sirvió a todos de denuncia de diferentes realidades, lo que les ayudó a verter críticas constructivas, tanto a la sociedad como al propio diario. A la abogada especialista en Extranjería Claudia Rivas, de 29 años, le preocupa la burocracia del asilo y el trato desigual en la inmigración. El médico de 81 años Andrés Díaz, uno de los suscriptores más longevos, defendió con ahínco la sanidad pública. En Colombia, el diseñador gráfico Lucho Correa sueña con que el periódico abra con la noticia de que Colombia logra un cambio social profundo. En País Vasco, el sacerdote y catedrático en Teología Eusebio Pérez, reconoció que “la Iglesia debe denunciar los abusos y evitar el corporativismo” y Trinidad Noguera, analista internacional, dijo que el periódico debería dar mayor prioridad a los temas internacionales porque afectan en el día a día a las personas. Ígor Sierra, un operario y bombero forestal en los Picos de Europa, se lamenta del negacionismo del cambio climático de algunos sectores.
Para todos, de alguna manera, el periódico les da respuesta a los temas que le preocupan, pero sobre todo les ayuda a comprender el mundo. Sierra confesó además cómo no ha podido dejar el vicio que sus padres le inculcaron de pequeño, leer el periódico: “Mi primera conexión por la mañana, con un café, es EL PAÍS”.
