El Gobierno británico indemniza por la muerte de una niña a causa de la contaminación
Ella Kissi-Debrah falleció en 2013, a los nueve años, al resultar expuesta a niveles de polución superiores a los recomendados por la OMS, según un fallo judicial histórico que sentó precedente
El Gobierno laborista de Keir Starmer ha decidido finalmente, cuatro años después, compensar con una indemnización a la madre de Ella Kissi-Debrah, la niña que falleció por una exposición excesiva a la contaminación. El Ministerio británico de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales no ha querido revelar la cantidad exacta del acuerdo alcanzado, que deriva de la sentencia histórica de 2020, que sentó un precedente en esta materia.
“En nombre de los departamentos ministeriales involucrados en este caso, aprovechamos de nuevo esta oportunidad para manifestar nuestras disculpas ante la pérdida de su hija Ella, a usted, a sus hermanos y todos los que la conocieron”, ha señalado el ministerio en un comunicado público dirigido a la familia de la niña. “Menores como Ella no deberían sufrir por el aire que respiran. Agradecemos su trabajo incansable [el de la madre de la pequeña], y esperamos que, trabajando juntos durante los próximos años, podamos lograr más mejoras, no solo del aire que respiramos, sino en la toma de conciencia general sobre los efectos para la salud que tiene la contaminación”, concluye el texto.
La investigación oficial sobre la muerte en 2013 de la niña Ella Kissi-Debrah, quien tenía entonces nueve años, concluyó que “la contaminación ambiental fue un factor relevante tanto en provocar como en agravar sus ataques de asma”, y que la menor “resultó expuesta a niveles de dióxido de nitrógeno y partículas flotantes que superaban los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud”.
Los tribunales forenses forman parte del sistema judicial británico desde la aprobación de la Ley de Forenses y Justicia de 2009. Tienen capacidad para investigar, de oficio o a petición de parte, las causas de cualquier muerte, aunque no pueden atribuir responsabilidades penales concretas. Sus sentencias tienen la fuerza legal de cualquier precedente. La decisión del Tribunal Forense del Sur de Londres de hace cuatro años constituyó un hito legal histórico, pues hasta entonces no se había vinculado una muerte de forma directa con la contaminación del aire.
Los dos últimos años de vida de la pequeña, que residía junto a su familia en el sureste de Londres, fueron una constante visita al hospital. Las emisiones de la circunvalación South Circular Road, a su paso por Lewisham, contribuyeron al rápido empeoramiento de la salud de Ella. Los continuos ataques de asma concluyeron hasta en 30 ocasiones en la sala de urgencias. Sus pulmones fallaron al menos cinco veces durante ese tiempo.
“Durante toda su vida, Ella vivió cerca de carreteras altamente contaminantes. No me resultó muy difícil concluir que su exposición personal al dióxido de nitrógeno y a partículas flotantes fue muy alta”, aseguró en su fallo de 2020 el forense Philip Barlow.
La madre de Ella, Rosamund Kissi-Debrah, una profesora, ha dedicado todo su empeño de los últimos años en lograr una revisión de la primera sentencia forense, en 2014, que se limitó a señalar un síndrome respiratorio agudo como causa de la muerte. El Tribunal Superior de Londres anuló la sentencia y ordenó una segunda investigación.
“Las autoridades no proporcionaron nunca a la madre de Ella información sobre los riesgos para la salud de la pequeña que suponía la contaminación, ni su capacidad de agravar el asma que sufría. Si hubiera recibido esa información, habría adoptado las medidas necesarias para evitar la muerte de la niña”, afirmaba la sentencia del tribunal forense.
Una vez hecho público el acuerdo para indemnizar a la familia, la madre de Ella ha anunciado que seguirá haciendo campaña para la aprobación de una nueva Ley de Aire Limpio (Clean Air Act), a la que las organizaciones medioambientales han pedido que se dé el nombre de Ley de Ella.
“Esta ha sido una larga y ardua batalla para Rosamund. El acuerdo es la respuesta y la medida a su firme determinación de que fuera reconocido el dolor sufrido por su hija, consecuencia de la irresponsabilidad de aquellos que debían combatir la contaminación”, ha dicho Susi Labinjoh, la abogada que ha representado a la familia.
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