Mueren atropelladas dos crías de lince en Jaén
La población de estos animales se ha multiplicado por más de 10 en dos décadas, pero siguen estando en peligro de extinción
Dos crías de lince han muerto atropelladas en la carretera JA-6104, entre las localidades jiennenses de Vilches y Linares, según confirman la Guardia Civil de Jaén y la Consejería de Agricultura andaluza. La vía, de un carril por sentido y con arcenes estrechos, atraviesa una de las zonas de la provincia de Jaén donde hay mayor presencia de esta especie protegida. La población de estos animales, que supera los mil ejemplares, se ha multiplicado por más de 10 en dos décadas, pero siguen estando en peligro de extinción.
Según ha informado el 112 a Europa Press, fue un particular el que sobre las 9,50 horas de este jueves llamó para alertar de la presencia de los cadáveres de dos crías de lince en la carretera, a cuatro kilómetros del cruce de Vadollano. Desde el centro de emergencias se dio aviso al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA), a la Policía Local y la Guardia Civil, cuyos agentes confirmaron el fallecimiento de los dos animales.
Un portavoz de la Guardia Civil de Jaén explica que todo apunta a que se trata de un atropello fortuito, por lo que en principio no hay un ilícito penal que investigar, como sí ocurre cuando se halla un animal envenenado o con un disparo. En cualquier caso, a los dos cadáveres se le practicará la correspondiente necropsia para confirmar la causa de la muerte. La Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, coordinadora del programa Life Linx Connect, señala que la necropsia la realizará el Centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre de Andalucía (CAD).
“Si con la necropsia se viera que han sido envenenados sí se iniciaría una investigación”, apunta el portavoz. La multa por matar intencionadamente un lince va de los 4.200 euros en Madrid a los 60.000 euros en Andalucía y los 90.000 euros en Extremadura y Castilla-La Mancha. En la zona donde se ha producido el suceso suele haber atropellos de estos animales, ya que los linces tratan de cazar conejos y los roedores muchas veces escapan a través de las carreteras.
La Junta de Andalucía comenta que se va a trabajar de forma conjunta con la Diputación de Jaén —dado que esta carretera es de su competencia— para la colocación de carteles de advertencia en determinadas zonas con los que intentar reducir el riesgo de atropello. “Es importante hacer un llamamiento a los conductores para que no superen la velocidad máxima permitida en estas vías porque con ello se reduciría mucho el riesgo”, apunta un portavoz de la Consejería de Agricultura andaluza.
Una situación crítica
En 2002 la situación del lince ibérico era crítica, con tan solo 94 ejemplares en Andalucía. Los programas de cría en cautividad y creación de diferentes núcleos han logrado que esa exigua población se haya multiplicado por más de 10 en dos décadas. El año pasado la especie superó la barrera del millar en España y Portugal llegando a los 1.111 individuos entre adultos y cachorros. El crecimiento fue del 30% con respecto al año anterior: nacieron 414 crías de 239 hembras reproductoras, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. El objetivo, asegura la ONG conservacionista WWF, es llegar a las 750 reproductoras en 2040.
La población del lince ibérico en Andalucía ha logrado en 2020 un récord de ejemplares, que refuerza a la comunidad andaluza como referente en la conservación de esta especie. El censo de 2020 elaborado por el Proyecto Life Lynxconnect de la Junta de Andalucía señala que la población del lince ha crecido un 10,7% hasta contabilizarse 506 ejemplares en la comunidad, distribuidos por una superficie que supera los 1.600 kilómetros cuadrados. Esto supone un incremento de 49 linces con respecto a las cifras de 2019. Este aumento del 10,7% de la población total en Andalucía viene dado, principalmente, por el incremento demográfico registrado en el valle de Guarrizas, donde el número de ejemplares censados ha subido más del 40% y se han alcanzado máximos históricos con 140 ejemplares
Miguel Ángel Simón, que fue director durante dos décadas y principal impulsor del programa de reintroducción del lince, estima que la cifra puede ser todavía mayor y llegar a los 700 ejemplares en la región. Guarrizas (Jaén) y Guadalmellato (Códoba) son las dos principales zonas donde han vuelto los linces gracias al programa de reintroducción iniciado en 2019. Según Simón, el censo actual es el que se había previsto cuando se eligieron estas áreas para la reintroducción de esta especie, donde se tuvo en cuenta la existencia de poblaciones de conejos.
La situación permite ser optimista, pero con cautela, porque el felino, que dejó atrás su momento más crítico en 2015, continúa clasificado como especie en peligro de extinción en el Catálogo Español de Especies Amenazadas. La gran mayoría de los ejemplares (87,5%) se distribuye por el cuadrante suroccidental de la Península, sobre todo en los cinco núcleos de Andalucía, en los que viven la mitad de los linces españoles. Le sigue Castilla-La Mancha con un tercio de la población y Extremadura, con 141 ejemplares. En Portugal habitan 140 felinos en el área del valle del Guadiana.
Las amenazas a las que se sigue enfrentando esta especie son la baja diversidad genética, la disponibilidad de presas —disminución de la población de conejos como su principal sustento— y la mortalidad no natural —principalmente atropellos—. Simón achaca las muertes en la zona de Guarrizas al impacto de las carreteras locales, “mucho más peligrosas las autovías para los linces”. No es usual que aparezcan ejemplares fallecidos de forma intencionada, aunque el pasado febrero se encontró un lince ibérico muerto por disparos en un arroyo cercano al Parque Nacional de Doñana.
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