¿Podrá ‘el chileno’ Zampedri romper el maleficio?
Históricamente los delanteros nacionalizados de la selección no estuvieron a la altura de las expectativas. Cinco veces goleador en la liga local, ahora El Toro tiene que levantar el promedio de La Roja
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Horas después de recibir su carta de nacionalidad, Fernando Zampedri, 37 años, nacido en Chajarí, Entre Ríos, Argentina, ya soñaba con vestir la camiseta de la selección chilena. “Puedo ser un aporte. Trabajaré para poder aportar”, dijo a la espera de la nómina de Ricardo Gareca, quien ha vivido su irregular proceso necesitando, con urgencia, de un goleador.
Con interesantes campañas en Atlético Tucumán y Rosario Central, Zampedri llegó a Chile en el 2020 y se consagró de inmediato campeón y goleador. La Universidad Católica compró su pase al término de esa temporada —marcada por la pandemia— y desde entonces El Toro ratificó sus pergaminos, obteniendo un inédito penta-título de artillero en el fútbol chileno. En las últimas dos campañas, fue su aporte en las redes adversarias lo que salvó a su equipo del descalabro, pero no impidió la eliminación temprana de las últimas dos Copas Sudamericanas.
Zampedri jugará en el nuevo San Carlos de Apoquindo e irá por una nueva marca, pero ahora como jugador chileno. Admirado profundamente por el Presidente Gabriel Boric, hincha fanático del cuadro cruzado, seguramente empujará un acto oficial en La Moneda para reconocer la condición de chileno del goleador.
El artillero intentará revertir una serie de sonados fracasos de compatriotas que aprovechando su permanencia en el país recibieron su carta de nacionalidad para incrementar la capacidad goleadora de la selección. Gustavo Canales sufrió lesiones cada vez que fue convocado y Leandro Benegas ni siquiera alcanzó a debutar.
Antes, también en épocas de sequía, Jorge Américo Spedaletti y Oscar Fabbiani llegaron a vestir la roja, también sin suerte, por lo que Zampedri deberá revertir una tendencia histórica que privilegia la ilusión y termina decepcionando.
La Roja siempre necesitó de sangre forastera cuando los festejos escasearon. De hecho, el primer gol lo marcó Frank Simmons, un inglés que llegó a trabajar como inspector de riesgos al país en 1907. Participó en la Copa Centenario Revolución de Mayo en 1910 y le marcó un tanto a Argentina en la derrota por 3 a 1. Otro inglés, aunque nacido en Lima, fue convocado en aquella década. Colin Campbell jugó por la selección tratando de consolidar su fama de goleador, pero tras tres partidos se retiró para dedicarse al cricket.
En 1921, un español nacido en Irún recibió la camiseta número 9. Juan Legarreta, nacionalizado y capitán de la Unión Española en Santiago, jugó dos partidos oficiales sin poder anotar, por lo que su aporte fue rápidamente descartado. La misma suerte corrió, en la Copa América de 1947, el peruano José Balbuena, un goleador devenido en ídolo de la Universidad de Chile. Famoso por su instinto goleador viniendo desde la izquierda, con la Roja no logró marcar en tres partidos.
Ernesto Alvarez, integrante del célebre Ballet Azul, corrió la misma suerte. Apodado “El Maestro”, se nacionalizó chileno en 1963 y alcanzó a jugar apenas un partido, frente a Uruguay, que terminó en derrota.
Están también los que obtuvieron la nacionalidad por lazos sanguíneos, como Ben Brereton, que pareció ser solución y terminó siendo marginado por Gareca, quien jamás le brindó confianza.
Si Zampedri es convocado, tendrá por delante la fecha FIFA de marzo ante Paraguay y Ecuador, dos rivales difíciles de cara a la Copa del Mundo. Y la obligación de rendir ya sobre los 37 años, con el reloj marchando implacable para cumplir su anhelo: llegar a Estados Unidos 2026 en forma y festejando.
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