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Terapia pop

Tras Bravo Fisher! y El Buen Hijo están Guillermo Galguera y Marco Frías, madrileños adoptivos que tocan distintos instrumentos, componen y cantan

Guillermo Galguera está detrás de Bravo Fisher!.
Guillermo Galguera está detrás de Bravo Fisher!.Carlos Pina

Son autores de todas las letras de sus canciones. Escriben, componen, tocan distintos instrumentos y cantan escondidos tras los nombres de sus proyectos musicales. Guillermo Galguera está detrás de Bravo Fisher! y Marco Frías de El Buen Hijo. Ambos viven en Madrid y tienen más puntos en común de los que sospechan. Los dos hacen terapia pop. Exorcizan demonios con su música y comparten sus estados emocionales. Ambos tienen citas en directo pronto. Bravo Fisher! el 6 de marzo en la sala Rockville y El Buen Hijo el 29 de enero en el Museo Cerralbo. 

Pura ansiedad. “En mi cartera siempre hay un blíster de Orfidal. No sé qué pasa, pero lo intuyo”, canta Bravo Fisher! en ‘Yayito’, que cuenta con la colaboración de La Bien Querida. “He perdido la cuenta/ De todas las veces que me he caído/ Si me fallan las fuerzas / Ayúdame a llorar contigo”, dicen a dos voces en el estribillo. Él admira mucho a la artista. Contactó con ella para pedirle su colaboración sin conocerla personalmente. “No pudo ser más maja. Le mandé tres canciones y eligió la que más le gustaba”, desvela. “Cuando fuimos al estudio se involucró e hizo sugerencias como quitar una parte que era un poco larga. Tenía toda la razón”. Es el primer dúo de su nuevo disco, ‘AMOR’, en el que habrá más. Saldrá el 21 de febrero.

Primera década. Nacido en Valladolid en 1983, Guillermo Galguera llegó en julio de 2009 a Madrid después de estudiar Filología Inglesa. “Estos diez años han pasado volando. Los primeros pasaron sin darme cuenta, no hacía más que salir y estar de farra. Luego ya me fui tranquilizando. Cuando llegué viví Madrid muy intensamente”. Era la época del final del Elástico y el principio de Zombie Club. Irrumpió en 2012 en la escena musical con el autoeditado ‘We were overnighters’, un álbum de sinthpop en inglés. Al año siguiente publicó en castellano ‘El valle invisible’. Su indiepop de tintes electrónicos viró en 2016 en ‘Solos’, su tercer disco, a una electrónica elegante y oscura. El año pasado lanzó el EP ‘Como habíamos planeado’, puro pop. “Estoy yendo a sonidos más orgánicos”. Ahora sale por las noches muy de vez en cuando. “Amigos míos me llaman Yayo Fisher, dicen que soy un poco yayo. He salido mucho y ahora no me apetece tanto salir”, dice el cantante, músico, letrista y compositor.

Hombre orquesta. Guillermo Galguera es un auténtico hombre orquesta. Toca sintetizadores, guitarra, bajo y ukelele. “Lo primero que aprendí a tocar fue la guitarra eléctrica a los 16 años”, recuerda. Su nombre artístico tiene su explicación. “En ‘Academia Rushmore’, de Wes Anderson, al protagonista (Max Fisher) le dan una caja en la que pone “Bravo, Max!”” Todos sus discos tienen temas autobiográficos. “Reflejan momentos puntuales de mi vida. Empecé a trabajar en este nuevo disco en pleno proceso de ruptura. Fue menos dolorosa que la del anterior disco, que era bastante más oscuro. Éste es menos deprimente, más de aceptación”. Las portadas de sus dos primeros singles, ‘Yayito’ y ‘Huracán Carla’ llevan la firma de Alba Deliz. Gracias a plataformas como Spotify le escuchan en todo el mundo. “En países como México tengo muchos oyentes. Tengo una aplicación en la que al entrar te dice cuántas personas te están escuchando en ese momento y dónde. La verdad es que reconforta mucho cuando conectas con tanta gente”. 

Desde la izquierda, Miquel Canellas, Marco Frías y Daniel Rodríguez, integrantes de El Buen Hijo.
Desde la izquierda, Miquel Canellas, Marco Frías y Daniel Rodríguez, integrantes de El Buen Hijo.CARLOS PINA

Cinco temitas. Hace dos años publicó el EP ‘Los cinco temitas de El Buen Hijo’. Todas las letras son de Marco Frías. “A veces salen muy rápido, como si las vomitase. Bad Gyal dice que si en 5 minutos no le ha salido una canción no vale para nada. Hablan de vivencias propias y de cosas que ocurren a mi alrededor. Me gusta más hablar de lo que les pasa a mis amigos que de mí mismo”, reconoce el vocalista y compositor. Lo último que ha publicado es el single ‘La fatalidad de las cosas’. “La verdad es que tiendo al fatalismo, aunque tengo momentos de euforia”. Tiene bastante adelantado su nuevo disco. “La gente que venga a los conciertos podrá escuchar nuevos temas en primicia”. Nacido en Mérida en 1992, lleva diez años en Madrid. Vino para estudiar Comunicación Audiovisual en la Rey Juan Carlos. “Está muy mal planteada la carrera. No la volvería a hacer, la verdad”. 

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Orquesta de amigos. Marco Frías formó su banda de pop en español hace cinco años en Madrid. “Tenía una guitarra, me aprendí cuatro acordes y empecé a reclutar amigos para el grupo”, explica. A la primera que le echó el lazo fue a Alicia Ros. “Le pregunté si quería tener un grupo de música y me dijo que sí. Tampoco sabía tocar nada”. Ella comenzó con el bajo en la banda y después con otras amigas formó el grupo Cariño, que ha causado auténtica sensación. Miquel Cañellas (teclado) y Daniel Rodríguez (guitarra) también forman El Buen Hijo. “Somos como una orquesta de amigos”, define su fundador. Ninguno se ha formado como músico. ¿Ni con tutoriales en YouTube? “No, nada de nada. Se aprende tocando”, coinciden. “No hay casi nada que aprender”, bromea Miquel, alma de Sant Miquel, otro ejercicio de honestidad pop. Comparte piso con Daniel, que también está en el grupo Chavales, y con Alicia. “Ella nos animó a tocar en un concierto y nos gustó tanto que nos quedamos en la banda”. Fue el verano pasado en el Contempopránea. 

Su serie preferida. Hace cuatro años, Marco trabajaba en producción de ‘La llamada’, de Javier Calvo y Javier Ambrossi, en el Teatro Lara. “Les dije que tenía unas canciones, me dijeron que iban a hacer una serie y que se las pasara. Les gustaron las canciones y decidieron meterlas”. La serie era ‘Paquita Salas’. Cuatro temas suyos forman parte de las dos primeras temporadas. “Fue lo que nos dio a conocer. Gracias a eso nos siguen llamando para tocar en sitios”. Su próxima cita será en el salón de baile del Museo Cerralbo, dentro del ciclo A las veinte cero cero. “Estamos emocionados. Es alucinante tocar allí. Hay un reloj que lleva sin pararse desde el siglo XIX. Nos dijeron que tengamos mucho cuidado porque por la vibración puede pararse”. No tienen discográfica ni ninguna empresa de booking detrás. Se autogestionan todo. Les gustaría colaborar con Amaia. Ella también forma parte de la banda sonora de su serie preferida.

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