Los Mossos triplican el número de agentes para la seguridad del Barça-Madrid
Un millar de policías y cerca de 2.000 personas de seguridad privada velarán porque el partido se dispute con normalidad
Los Mossos d'Esquadra triplicarán el número de agentes para garantizar la seguridad del partido de fútbol entre el Barcelona y el Real Madrid el próximo 18 de diciembre, según fuentes policiales. Un millar de agentes trabajarán el día del encuentro. La plataforma anónima del Tsunami Democràtic ha convocado una manifestación en las puertas del estadio y ha anunciado un acto sorpresa en el interior. Normalmente, en un clásico intervienen unos 300 policías. El miércoles que viene están movilizadas todas las unidades de orden público, la unidad de subsuelo, la canina, los Tedax, los servicios de Información y agentes de Seguridad Ciudadana.
El Fútbol Club Barcelona también redoblará los esfuerzos, incrementando sustancialmente la seguridad privada. Si habitualmente unas 1.200 personas procuran que nada ocurra en el interior del Camp Nou, en esta ocasión serán cerca de 2.000, según los datos facilitados este viernes por los Mossos en rueda de prensa. El dispositivo aún se está acabando de diseñar y las cifras pueden variar a lo largo de los días.
Las manifestaciones alrededor del campo (hay convocadas concentraciones en cuatro puntos a partir de las cuatro de la tarde) son el factor que obliga a movilizar a más policías. Podrían complicar la llegada de los jugadores y de los árbitros al Camp Nou, y originar enfrentamientos entre aficionados, manifestantes y radicales. Los Mossos prevén que los hooligans, entre ellos miembros de los Boixos Nois, lleven a cabo un corteo (una especie de manifestación) hasta el Camp Nou donde podrían producirse altercados.
Para evitarlo, los Mossos establecerán un cordón policial en dos fases, activo desde por la mañana: primero para garantizar que los jugadores de ambos equipos y los árbitros lleguen al Camp Nou, y luego para que los aficionados puedan acceder al estadio sin enfrentamientos en los alrededores, ha detallado el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent. Como es habitual, en los accesos al estadio se harán controles de seguridad, que en esta ocasión se intensificarán. La policía recomienda a los aficionados que se desplacen en transporte público hasta el campo, con suficiente tiempo.
La seguridad privada blindará el perímetro del terreno de juego, para evitar una invasión del campo. “Sería el peor escenario”, ha admitido Sallent, que ha indicado que los Mossos solo intervendrían “si la situación se volviese especialmente grave” y serían los responsables de sancionar a quienes accediesen al césped. También ha recordado que hacerlo conlleva multas elevadas y medidas disciplinarias como la prohibición de la entrada al campo. La policía considera que es poco probable que Tsunami promueva la invasión del campo, aunque es un escenario que no descartan. El Tsunami ha asegurado a través de Telegram que no tiene intención de suspender el partido, y que ya ha sumado 25.000 personas para sus protestas.
Sallent ha detallado que el dispositivo de seguridad ha sido diseñado por los Mossos d'Esquadra, y no consideran necesario el apoyo de otros cuerpos policiales para llevarlo a cabo. En todo momento han estado en contacto con los dos clubes, y el comisario jefe de la policía catalana ha destacado la buena coordinación y disposición del Barça y el Real Madrid.
El consejero del Interior catalán, Miquel Buch, que también ha participado en la rueda de prensa, ha criticado el aplazamiento del partido, que estaba previsto para el 26 de octubre: “La decisión no fue policial, ni de seguridad, fue de la Liga y no la compartimos. Fue una decisión equivocada. No fue un acierto en ningún caso”, ha insistido. Y ha afirmado que los Mossos garantizarán que se juegue el partido, que accedan los aficionados y velarán por la seguridad en el interior y en el exterior del campo.
Cuatro detenidos por el corte de la AP-7 en noviembre en Salt
Los Mossos d'Esquadra han detenido este viernes a cuatro personas en municipios de la comarca del Maresme, en Barcelona, a raíz del corte en la AP-7 convocado por Tsunami Democràtic a la altura de Salt (Selva) hace un mes.
La noche del 12 de noviembre, centenares de manifestantes cortaron la autopista hasta que a la mañana siguiente antidisturbios de los Mossos y la Policía Nacional dispersaran la protesta, que durante unas horas se trasladó al núcleo urbano de Salt.
El comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, ha detallado este viernes durante una rueda de prensa que los arrestos han sido por presuntos desórdenes y atentado a los agentes, porque hubo "lanzamientos" hacia los policías y material incendiable.
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