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La fiscalía pide 27 años de prisión para el presunto asesino de Ana Enjamio

La Xunta eleva la petición a 33 años de cárcel para César Adrio, que mató de 28 cuchilladas a la joven ingeniera en el portal de su casa tras la cena navideña de empresa

El padre, el hermano y la madre de la víctima, en una concentración de repulsa en su pueblo, Boqueixón (A Coruña), el 19 de diciembre de 2016.
El padre, el hermano y la madre de la víctima, en una concentración de repulsa en su pueblo, Boqueixón (A Coruña), el 19 de diciembre de 2016.ÓSCAR CORRAL

La Fiscalía pide penas que suman 27 años de cárcel para César Adrio, presunto asesino de la joven ingeniera Ana Enjamio, y que será juzgado por un tribunal de jurado a partir del lunes, en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo. Este juicio estaba señalado inicialmente para mediados de noviembre, pero problemas en la configuración del jurado obligaron a posponerlo hasta la semana del 9 de diciembre.

El ministerio público considera probado que el acusado, quien era compañero de trabajo de la víctima y había mantenido una relación sentimental con ella durante unos meses, la sometió a un total "hostigamiento" y acoso desde la ruptura de dicha relación, en julio de 2016, hasta que acabó con su vida, el 16 de diciembre de ese año, en el portal del edificio en el que la chica vivía, en Vigo.

En su escrito de acusación, señala que César A.O. no aceptó el fin de la relación y le insistía constantemente para que volviese con él, llegando incluso a sustraerle el teléfono para enviar fotos de ambos a la anterior pareja de Ana, con la que ella había retomado el contacto.

Completamente "obsesionado"

El acusado, que llegó a inscribirse en el mismo gimnasio que la víctima, instaló una aplicación en el móvil para controlar sus llamadas y mensajes, se presentaba en su casa, incluso de madrugada, para reprocharle que se viera con ese otro chico y pedirle que volviera a ser su pareja, y llegó a "obsesionarse completamente" con Ana.

De hecho, apunta en su escrito el Ministerio Público, César comentó a sus allegados que había roto su familia para estar con ella (estaba casado y tenía dos hijos cuando inició la relación) y que, si Ana no estaba con él, tampoco estaría con el otro chico.

El grado de acoso llegó hasta tal punto que la joven dejó su vivienda por temor y se fue a vivir temporalmente con el chico con el que había retomado amistad, antes de trasladarse definitivamente a una vivienda compartida en la Avenida de Madrid.

Esa espiral de hostigamiento tuvo su desenlace fatal en la madrugada del 16 de diciembre de 2016. Esa noche, ambos coincidieron en una cena de empresa y, durante todo el tiempo, César estuvo pendiente de Ana, llegando a seguirla a ella y a su grupo de amigos cuando salieron a dar una vuelta después de la cena.

En un momento determinado, el acusado desapareció sin despedirse, al darse cuenta de que Ana iba a regresar a su casa (en el coche de una amiga, junto a otras personas que la acompañaban). César se desplazó a toda prisa a las inmediaciones del piso donde vivía Ana y una vez allí, le rajó las ruedas de su coche, que estaba aparcado en la zona, y la esperó, hasta que la joven llegó y sus acompañantes se fueron.

Entonces, la abordó de forma sorpresiva cuando entraba en el portal y la atacó con un cuchillo o navaja. Sin darle posibilidad de defenderse, la arrastró hasta el fondo del portal, donde le asestó al menos 28 cuchilladas en abdomen, pecho y cuello, de las que 12 le alcanzaron el corazón.

Después, el acusado se fue a casa de sus padres, se duchó y cambió de ropa, y se deshizo del arma del crimen, del teléfono de Ana (que se llevó consigo), y de las ropas que vestía cuando la atacó.

Por estos hechos, la fiscalía considera a César A.O. autor de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, además de uno de acoso. Por el primero de los delitos pide para él 25 años de cárcel, y dos años por el segundo, además de reclamar que se le prohíba acercarse durante 10 años a la familia de la víctima, a la que deberá indemnizar en 450.000 euros por daños morales.

Por su parte, la acusación popular, que ejerce la Xunta de Galicia, pide que el acusado sea condenado a 33 años de prisión. Así, reclama 25 años por el delito de asesinato, 3 años por un delito continuado de coacciones (o subsidiariamente 2 años por un delito de acoso ilegítimo) y otros 5 años de cárcel por el delito de vulneración de la intimidad.

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