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15 meses de cárcel por causar un incendio forestal con una “calçotada” en Tarragona

El viento alimentó unas brasas mal apagadas y el fuego arrasó 120 hectáreas y obligó a evacuar a 200 vecinos

Marc Rovira
Imagen de unas brasas cociendo 'calçots'.
Imagen de unas brasas cociendo 'calçots'.wikimedia commons

La Audiencia de Tarragona ha condenado a quince meses de prisión a un hombre que, por no apagar debidamente las brasas de una calçotada, provocó un incendio forestal que arrasó 120 hectáreas de bosque y obligó a desalojar a 200 vecinos que vivían entre Les Borges del Camp, L'Aleixar y Maspujols (Tarragona). La Fiscalía pedía inicialmente una pena de siete años de cárcel para el acusado por un delito de incendio, pero un pacto de conformidad con la defensa posibilitó una modificación a la baja de la sanción penal. No hay acuerdo, en cambio, con respecto a la indemnización que tiene que abonar el procesado. La Fiscalía le exige un pago de 600.000 euros, atendiendo a los costes que generó la movilización de bomberos y de los efectivos de emergencia que fueron necesarios para sofocar las llamas. La defensa considera que la reclamación económica es excesiva.

El caso llegó este lunes a juicio tras años de instrucción. El incendio se desencadenó el 10 de abril de 2005, en unos terrenos dels Pedrets, cerca del antiguo campo de tiro de Les Borges del Camp. Desde un primer momento, los Agentes Rurales apuntaron que una negligencia era la causa más probable del inicio del fuego y, para hallar pistas que confirmaran la hipótesis, se inspeccionaron las parcelas cercanas al punto donde habían empezado a arder las llamas. Los restos de una calçotada se señalaron como el foco de un fuego que ardió con fiereza, alimentado por las rachas de viento que soplaron en la zona. Las llamas y el humo podían verse desde unos 30 kilómetros de distancia.

El escrito de acusación de la Fiscalía recoge que, aquel día, el acusado estaba acompañado de su familia con la finalidad de celebrar una comida al aire libre. Soplaba viento y, dado el riesgo de incendio, había una prohibición administrativa expresa para encender fuego en las zonas forestales. El acusado, según el fiscal, no había pedido autorización para hacer fuego y no respetó el veto. Decidió encender una hoguera para cocinar los alimentos. Luego, no se preocupó de que las brasas quedaran definitivamente apagadas y cuando, por la fuerza del viento, estas entraron en contacto con el terreno seco, se activó un foco de llamas que se propagó rápidamente por los terrenos colindantes. El fuego puso en peligro a los habitantes de las urbanizaciones cercanas y fue necesario evacuar a unos 200 vecinos.

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