Almendrales recuperará su teatro 25 años después
Los vecinos de la colonia de Usera esperan que comience pronto la rehabilitación de unas instalaciones abandonadas tras la aprobación por unanimidad en el pleno del Ayuntamiento
A sus 74 años, Eugenio Brea, presidente de la Asociación de Vecinos La Unión de Almendrales, tiene pocos deseos en la vida. Uno de ellos es ver el Teatro de Almendrales (Visitación, 3) en funcionamiento tras casi cinco lustros de abandono. El edificio, de 1.850 metros cuadrados, se comenzó a construir en 1992 por orden del Instituto de la Vivienda de Madrid (IVIMA) —ahora Agencia de Vivienda Social de la Comunidad de Madrid— para albergar un teatro-cine y un centro cultural en esta colonia situada en el distrito de Usera. Al acabar la construcción de la estructura tres años después, el proyecto se paralizó debido a la quiebra de la empresa adjudicataria y solo se ejecutó el Centro de Salud Almendrales, anexo al teatro. “No nos dijeron nada salvo que el IVIMA no se podía hacer cargo de proyectos culturales”, cuenta Brea.
La rehabilitación de este “teatro fantasma” —como se lo conoce en el barrio— está más cerca que nunca: esta misma mañana, el pleno del Ayuntamiento ha aprobado por unanimidad de todos los grupos políticos comenzar la gestión para que la titularidad del Teatro de Almendrales pase de la Comunidad de Madrid al consistorio y así iniciar las gestiones para su reforma y puesta en marcha como centro cultural.
La presidenta de la Junta Municipal del Distrito de Usera, Loreto Sordo (PP), anunciaba durante el pleno que “ya hemos acordado desarrollar un anteproyecto económico para cuantificar así la inversión que va a ser necesaria, después de más de 20 años de abandono, para la puesta en marcha del edificio” y pedía “un poco más de paciencia” a los vecinos de Almendrales, presentes también en la reunión municipal.
El Teatro de Almendrales es una reivindicación vecinal. “Aquí no hay nada de nada, ni centro cultural, ni teatro, ni espacio alguno donde poder desarrollar actividades de ocio”, lamenta Brea. “Tener esta mole en el barrio, sin que pueda ser utilizada por los vecinos, es una pena”.
El único proyecto que albergó el edificio —obra del arquitecto Antonio Lopera— fue La Osera de Usera, un espacio autogestionado que nació a partir de las movilizaciones del 15M. “Fueron los propios vecinos los que limpiaron de escombros el interior y le dieron vida a este espacio, que es público pero que le ha sido arrebatado a la gente”, dice Santiago Gimeno, de 32 años, miembro también de la asociación vecinal de Almendrales.
La ocupación del edificio duró apenas unos meses, en el verano de 2012 fueron desalojados. “Y así, se volvió otra vez al inmovilismo y al olvido del edificio”, cuenta Gimeno que llegó poco después a vivir al barrio. “Hay mucha gente joven que se muda aquí, expulsadas por los alquileres del centro, y que no sabe la historia de este edificio, por eso, aparte de reivindicar su rehabilitación, desde la asociación queremos dar a conocer este proyecto que tiene mucho que ver con la esencia del barrio”, añade.
El 27 de octubre, La Unión de Almendrales y el grupo teatral Calatea organizaron una representación en el exterior del edificio que “simulaba la inauguración del mismo y a la que acudía el alcalde”. “Al final es utilizar las propias herramientas del teatro para reivindicar la rehabilitación del Teatro de Almendrales. Fue una propuesta que tuvo una gran acogida por parte de los vecinos”, cuenta el joven miembro de la asociación vecinal y añade que ya están preparando otras actividades con La Grieta Teatro Social. “Es muy importante contar con un espacio cultural como este, sobre todo para los jóvenes porque sin espacios así ya sabemos dónde acaban”, concluye Gimeno.
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