La élite del debate juega a salvar el mundo
Más de 130 universitarios simulan en la Camilo José Cela una ONU ficticia durante una semana
Un representante del Gobierno de Sudán del Norte entra en la sala por sorpresa. Anuncia que hay un autobús en territorio de Sudán del Sur lleno de niños de su país y de otros países europeos custodiado por milicias que amenazan con volarlo por los aires y con cortar los recursos del Nilo para toda África. Ante esta crisis, Estados Unidos, China y Rusia, con diferentes intereses sobre el terreno, tendrán que manejar un delicado discurso para no desencadenar el primer conflicto diplomático del siglo XXI. Por lo pronto, a sus representantes les ha cambiado la cara, les sube la adrenalina y se ponen a trabajar.
Situaciones como esta son las que tienen que resolver los más de 130 estudiantes de diferentes carreras de ocho universidades de Madrid, transformados en los delegados de los Estados Miembros de las Naciones Unidas durante una semana. Estos diplomáticos de ficción, fieles a lo que pasa en la ONU, han elegido cuatro comités para abordar los temas que les preocupan. La mutilación genital, las energías renovables, la privatización del agua, el uso del velo, la crisis en Venezuela o la crisis humanitaria derivada de la guerra en Sudán del Sur, son algunos sobre los que debaten en la quinta edición del Modelo de Naciones Unidas que se celebra en el campus Almagro de la Universidad Camilo José Cela.
En un cuarto acristalado, una veintena de jóvenes de 18 años agitan las placas con su país para pedir la palabra. Cada estudiante ha estudiado a conciencia para representar fielmente la opinión actual del Estado que les ha tocado representar sobre cada tema. La presidenta da voz a Emiratos Árabes y José Manuel Romero, estudiante de Relaciones Internacionales en la Loyola, ataviado con la túnica tradicional de Dubai continúa el debate: "Desde la delegación de Emiratos Árabes Unidos queremos recalcar que si en algún momento la segregación del matrimonio constituye un peligro nuestra Sharia (ley islámica) lo prohibiría, no intenten mezclar nuestros argumentos ni nuestras ideas". Está sentado en el comité de ONU Mujeres y discute sobre el matrimonio infantil.
Le llega el turno de réplica a Ariadna Cánovas estudiante del doble grado de Relaciones Internacionales y Comunicación de la Universidad de Sevilla, caracterizada con el obligado hiyab de Arabia Saudí de color negro: "No estamos tratando un tema que afecte solo a las mujeres orientales, es un tema de carácter mundial y todavía no he oído a ningún Estado occidental asumir responsabilidad sobre el hecho de que los matrimonios infantiles también se producen en sus propios Estados". Cuando termina, media decena de delegados piden la palabra. Turno para Rusia, que expone sus razones mientras el resto toma notas. Luego hablará Japón y cerrará el acto un imberbe Canadá hasta después del descanso del café de la mañana.
"Aquí ya no soy española ni europea, soy una hoja en blanco y vengo a construirme". Así explica esta experiencia la representante de Arabia Saudí. Esta mallorquina de 19 años se ha leído la Sharia y el Corán para ponerse en la piel de mujeres que no tienen las mismas libertades ni las mismas oportunidades que las occidentales. "Me he dado cuenta de que tenemos una visión muy etnocéntrica. 'Lo nuestro es lo mejor, lo mas desarrollado'. En ocasiones lo que a nosotros nos funciona no le va bien a otras culturas", explica Cánovas en un receso del debate.
En este modelo, además de delegados que representan a cada país, también hay otros estudiantes —los veteranos— que se ponen el traje de la autoridad académica. Verónica Gil, en el último año de ADE y Derecho de la Universidad Camilo José Cela, lleva el de Directora General. Coordina la logística del proyecto y ya es el quinto año que participa. "Es muy importante hacer este tipo de cosas. Todo lo demás es ir a clase, estudiar y pasar un examen. Si no hubiéramos hecho esto no tendríamos la personalidad que tenemos, nos ha transformado y nos ha hecho más fuertes", explica esta universitaria de 23 años.
Como en el mundo real, la máxima autoridad es el Secretario General de la ONU, que aquí es Alejandro Cifuentes, estudiante de cuarto de Derecho y Relaciones Internacionales de la Rey Juan Carlos. "Participar en experiencias como esta configuran carácter, te dan habilidades de retórica, de negociación, de debate, te permiten conocer nuevas realidades", indica este madrileño de 21 años. La Vice-secretaria General, Ana Méndez, afirma que participar en estos modelos le ha ayudado a tener más seguridad en sí misma. "Aquí me he descubierto lo que quiero ser, lo que me hace feliz, que son los juicios, esos nervios justo ante de salir a hablar en público", explica la estudiante de último año de Derecho y Economía en la Carlos III. "Quiero pasar activamente por la uni, cuantas más cosas haga, más completo mi formación", añade.
Las agencias de noticias también cubren este evento, como en la vida real. Celia González, en último año de periodismo en la Rey Juan Carlos es la Directora de Comunicación de Naciones Unidas. Ella coordina dos medios de comunicación multimedia con dos líneas ideológicas diferentes, una replica a Al Jazeera y otra a la Fox. "Aquí he aprendido a tener pensamiento crítico, ver las cosas en mi día a día de otra manera, representar una opinión que no es la tuya es siempre muy enriquecedor", cuenta la futura periodista de 21 años.
Experiencias como esta han sido cantera de políticos como el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, que ganó con 21 años la Liga Nacional de Debate Universitario con un tema controvertido: ¿Es la prostitución equiparable a otras profesiones? Al equipo de Rivera le tocó defender la postura a favor, por lo que el líder del partido que ha defendido su regularización se erigió ganador con un discurso en el que pedía respeto al derecho a ejercer la prostitución libremente.
Acto de clausura
Este viernes tiene lugar el cierre del Modelo de Naciones Unidas en la Asamblea de Madrid. Allí expondrán las conclusiones a las que han llegado durante los cuatro días de intensos debates. "Siempre son discursos muy emocionantes a los que acuden políticos porque les interesa mucho", explican los participantes.
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